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La Ilustración: características generales y consecuencias

Resumen de la Ilustración, redactado para la realización del examen de P.A.U.

La Ilustración es un movimiento cultural de alcance muy amplio. Es quizás un momento muy particular de la historia, ya que en él ciencias, artes y humanidades parecen coordinarse, caminar en la misma dirección. Como no podía ser de otra manera, la filosofía también fue parte activa de esta gran transformación que viene a significar la culminación de la modernidad, y que se convertirá en un gran símbolo de nuestra civilización, con diversos significados que pueden ir de la esperanza a la desesperación, tal y como comentaremos al final. Pero antes de llegar a esta valoración, conviene perfilar las características más relevantes de la Ilustración como movimiento cultural:

  1. Confianza en la razón: los ilustrados creían que la razón era la mayor capacidad del ser humano, y que sólo ella podría garantizarnos el progreso, concepto que en algunos casos terminará convirtiéndose prácticamente en un mito. Con todo, no debemos idealizar esta confianza: junto al optimismo racionalista de filósofos como Leibniz, crecerá la crítica de otros ilustrados como Voltaire. La propia filosofía kantiana suele presentarse como una filosofía de límites: precisamente uno de sus resultados es que la razón no puede conocer muchas de las preguntas que más interesan al ser humano. Y no podemos olvidar que también dentro de la Ilustración se formulan filosofías empiristas y escépticas como la de Hume. De manera que, aglutinando ideas y perspectivas cabría decir que se espera de la razón la transformación del ser humano y de la sociedad, en función de ideales de tipo ético y político, ya que en ella se fundamentan valores tan propios de la Ilustración como la libertad o la justicia.
  2. Progreso de la ciencia: es otro de los valores característicos del siglo XVIII. Un hecho capital será el que impulse la ciencia: la publicación, en 1687, de Philosophiae naturalis principia mathematica, la gran obra de Isaac Newton en la que se asientan los principios más importantes de la mecánica clásica. La repercusión del trabajo de Newton es difícil de describir en pocas lineas: se convirtió en el modelo de ciencia, que el resto de disciplinas trataron de imitar, aplicando su misma metodología. Pero esta obra traspasó la física: como hemos visto antes, Hume intentó ser “el Newton de la moral”, y la física será precisamente la referencia permanente del “conocimiento seguro” en la Crítica de la razón pura de Kant. A partir del siglo XVIII la ciencia se convertirá en el conocimiento más fiable del que podemos disponer, y su difusión social y cultural irá en aumento, hasta convertirse en lo que es en la actualidad: una de las señas de identidad de la civilización occidental.
  3. Transformaciones sociales y políticas: la Ilustración es también un tiempo de cambios en lo político y lo social. No hace falta decir que hay pensamiento político anterior a este periodo, pero será durante la Ilustración cuando la democracia moderna tome un impulso inusitado hasta la época. Se podría decir que la Ilustración implicó, allí donde verdaderamente se expandió en un clima de libertad, una paulatina democratización de los regímenes absolutistas. Locke es uno de los primeros ilustrados ingleses, pero le seguirían otros como el propio Kant, que habla de la Ilustración como un tiempo de libertad, lo que necesariamente nos conduce a la democracia. Y todo esto sin caer en idealizaciones: a todos nos resulta familiar el “despotismo ilustrado”, cuyo lema (Todo para el pueblo pero sin el pueblo) no parece muy compatible con la democracia. Habría que decir que durante el siglo de las luces se están poniendo las bases teóricas de una democracia que no alcanzará toda su fortaleza hasta décadas, o incluso siglos, después. Si la física de Newton es el gran símbolo de lo que podríamos llamar razón teórica, la revolución francesa, y todas sus implicaciones, desempeñará un papel similar en el ámbito de la razón práctica. Sabemos que esta revolución desembocaría en el terror jacobino y la ascensión al poder de Napoleón. No obstante, la reflexión de autores como Montesquieu terminará fructificando más adelante.
  4. Una encendida defensa del saber y la cultura: nos basta la definición kantiana de Ilustración para entender este aspecto: “salida del hombre de su autoculpable minoría de edad”. La Ilustración es así emancipación moral e intelectual, y el Sapere aude! (Atrévete a saber) es otra de sus divisas. Una de las ideas que vertebran toda la Ilustración es precisamente el valor de la cultura y la educación: ambas nos sacan de nuestro estado de servidumbre y nos brindan las oportunidad de ser auténticamente libres. El pensamiento crítico, otro de los grandes valores ilustrados, sólo puede ponerse en práctica con un conocimiento suficiente. La Ilustración es, por ejemplo, el tiempo del primer gran compendio del saber humano: la enciclopedia de Diderot y D'Alembert pretende albergar todo el conocimiento de su presente. La Ilustración se concibe a sí misma como un movimiento histórico de calado, y al hacerlo convierte a la historia de la humanidad en uno de los temas filosóficos centrales, que ocuparán a filósofos como Hume o el propio Kant.

Estas características apenas esbozadas se convirtieron en las señas de identidad culturales y intelectuales de occidente durante el siglo XVIII. No, como decíamos, de una manera dogmática, ya que encontramos también grandes críticos a la Ilustración como Rousseau, pero sí como ideas reguladoras que aparecen en una gran mayoría de autores. El siglo XIX, en respuesta, criticó la Ilustración tal y como se aprecia en el romanticismo o incluso en el marxismo. Con todo, siguió habiendo corrientes filosóficas que pretendían salvar alguno de los rasgos de este periodo, como por ejemplo el compromiso con la ciencia del positivismo. La gran crítica de la Ilustración será planteada por Nietzsche, y, ya en el siglo XX, por la ascensión del nazismo en el país que, en teoría, presumía de ser de los más ilustrados de Europa. Pero en vez de adelantarnos, tratemos de centrarnos ahora en las ideas de uno de los mayores ilustrados: Immanuel Kant.