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A lo mejor no es para tanto... ¿o sí?

Otra vuelta de tuerca a la navidad
Iluminación navideña de VigoHace un poco más de un año, se publicaba por aquí una pequeña denuncia de las contradicciones implícitas en las fechas que se nos acercan (un tema al que Juanjo ha dedicado también dos anotaciones, I y II). El caso es que en su día un buen amigo me dijo que era un artículo muy manido, que recurría demasiado al tópico, al orientar la crítica a fenómenos de sobra ya criticados como el consumismo, el gasto energético de los ayuntamientos, la hipocresía telemaratoniana de los grandes medios o el lacismo político que se silencia en navidad. Y es verdad: son críticas que están muy oídas, qué duda cabe. A lo mejor entra aquí en juego algo de lo que hablaba el otro día: la hipocresía social. Quien más quien menos consume por estas fechas (y no me refiero sólo a poner a tope la calefacción), quien más quien menos se deja llevar por ese aparente terremoto de los buenos deseos. ¿Hipocresía o necesidad"

Démosle la vuelta a la tortilla y analicemos todo lo que se critica de la navidad desde otros puntos de vista: ¿Acaso preferiría el autónomo que acaba de abrir una tienda de regalos o de decoración que no compremos" ¿Qué opinarían de la crítica al consumismo las miles de personas que aprovechan estos días para trabajar a destajo envolviendo regalos, pero sacarse unos cuartos que les permiten irse de vacaciones o pagarse los estudios" Podemos estar seguros, por otro lado, de que la ONG beneficiaria de los telemaratones prefiere que se organicen este tipo de espectáculos humanitarios. Puede que no sea su fuente de financiación más valorada, la más querida, pero desde luego que es cuantiosa. Tampoco se puede decir algo muy distinto del gasto energético: es un adorno más que decora el ambiente. Potencia el consumo (por eso las tiendas ponen parte del dinero) y despierta en nuestra mente ese E-R (consciente-inconsciente) que tiene asociado ya iluminación-navidad-regalo.

Y es que del dicho al hecho va un trecho: nuestras autoridades políticas, los responsables económicos y nosotros mismos como ciudadanos (palabra de moda) podemos criticar abiertamente todo lo que va a ocurrir en buena parte de occidente, rasgarnos las vestiduras y aprobar asignaturas que están en contra del consumismo, conceder premios (nobeles, asturianos o de donde sea) a las mentalidades más aparentemente ecológicas y presentarnos como los abanderados de la razón que no admite más dios que el argumento que nace del lenguaje humano y no de una virgen imposible de entender para los seguidores del principio de no contradicción. Todos estamos en contra y somos los más "anti" cuando de la navidad se trata. Y mientras tanto, año a año, se repiten los mismos rituales. O bien no somos libres de escoger, o bien no nos disgusta tanto como decimos, es decir, nos dejamos llevar por un discurso oficial (supongo que vestido de progresismo y cierto toque intelectual y humanitario) y también por las "modas" oficiales. A lo mejor todo esto de la navidad no es para tanto... ¿o sí"

"... su hostilidad a toda tentativa de "historia autónoma", es decir, de historia sin regulación arquetípica" (Mircea Eliade) Salud y librepensamiento para todos los que se pasean por estos bosques boulésicos y, en especial, para el inquebrantable Miguel. Mi regalo, oh hermanos: http://es.youtube.com/watch?v=-zay71bmVLk