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Casablanca

Reflexión sobre el amor en uno de los clásicos del cine
Carátula de la película CasablancaSituar en medio de la discusión filosófica la que es considerada una de las mejores películas de la historia del cine puede ser considerado una osadía. Se ha escrito mucho sobre el rodaje, los actores, la forma "improvisada" de sacar la película adelante... no son pocos los que han señalado que la película y su éxito consiguiente fueron fruto de la casualidad. Azar o no, el caso es que nos encontramos ante una de esas películas ante las que crítica y público unen sus voces y coinciden en señalarla como excelente. No dudo que haya motivos técnicos para ello, pero quizás haya también otros que pueden explicar el suceso: los temas que aparecen en la película. Hay universales humanos que por mucho que cambien los tiempos estarán siempre presentes: de ellos se nutre la literatura, la filosofía y el arte en general. Uno de ellos, sin duda, es el amor. Estamos, probablemente, ante el motivo que más veces ha movido al ser humano a actuar y ante uno de los temas esenciales del arte. ¿Qué quedaría de la pintura, la literatura y el cine si le arrebatamos el amor como uno de sus temas"

Una de las cuestiones filosóficas que rodean al amor es el de su autenticidad. Y es que no faltan quienes piensan que debajo de todo acto de amor se esconde una buena dosis de egoísmo. Amamos a quienes nos rodean esperando ser correspondidos, y la recompensa que obtenemos, que no tiene por qué ser necesariamente material, excede el tipo de esfuerzo que realizamos. En definitiva: el amor es egoismo camuflado. La película representa la escenificación de este conflicto: en medio de una situación política complicada el protagonista ha de tomar una decisión en la que se ven involucrados varios deseos y motivaciones. Una mujer que en principio no iba a volver a ver nunca aparece repentinamente en una situación de necesidad. El protagonista ha de tomar una decisión: ayudarla a que escape junto a su amante y renunciar a su amor por ella o ayudar solamente al amante de la mujer, obligándola indirectamente a ella a permanecer en Casablanca.

Ciertamente, la película nos presenta una situación límite. Sin embargo, en la vida diaria tomamos decisiones en las que los valores son relativamente similares: si bien no tiene por qué estar en juego la vida de cada uno, tenemos que elegir entre lo que podría ser nuestro propio bien y el de la persona amada. El protagonista de la película decide la opción que cabría calificar de "moral": ayuda a la mujer a escapar en compañía de su amante, lo cual implica su renuncia al amor de su vida. Sacrificio y altruismo llevados hasta sus últimas consecuencias: beneficiar a la amada aún perjudicándose a sí mismo, asumiendo que jamás volverá a verla. Si la película ha fascinado a millones de espectadores es, entre otros motivos, por eso: nos presenta un conflicto en el que aparece un modelo de amor y entrega que roza lo sobrehumano. Mezclado con el amor imposible (otro de los temas "eternos" en arte y literatura) podemos hacernos una idea de por qué Casablanca es mucho más que una película: esconde entre sus fotogramas toda una teoría del amor. En la que, por cierto, se apuesta firmemente por su existencia y su altruismo. ¿Es feliz el final de la película" Para gustos, los colores: siempre queda una "bonita amistad".