
Una de las cuestiones filosóficas que rodean al amor es el de su autenticidad. Y es que no faltan quienes piensan que debajo de todo acto de amor se esconde una buena dosis de egoísmo. Amamos a quienes nos rodean esperando ser correspondidos, y la recompensa que obtenemos, que no tiene por qué ser necesariamente material, excede el tipo de esfuerzo que realizamos. En definitiva: el amor es egoismo camuflado. La película representa la escenificación de este conflicto: en medio de una situación política complicada el protagonista ha de tomar una decisión en la que se ven involucrados varios deseos y motivaciones. Una mujer que en principio no iba a volver a ver nunca aparece repentinamente en una situación de necesidad. El protagonista ha de tomar una decisión: ayudarla a que escape junto a su amante y renunciar a su amor por ella o ayudar solamente al amante de la mujer, obligándola indirectamente a ella a permanecer en Casablanca.
Ciertamente, la película nos presenta una situación límite. Sin embargo, en la vida diaria tomamos decisiones en las que los valores son relativamente similares: si bien no tiene por qué estar en juego la vida de cada uno, tenemos que elegir entre lo que podría ser nuestro propio bien y el de la persona amada. El protagonista de la película decide la opción que cabría calificar de "moral": ayuda a la mujer a escapar en compañía de su amante, lo cual implica su renuncia al amor de su vida. Sacrificio y altruismo llevados hasta sus últimas consecuencias: beneficiar a la amada aún perjudicándose a sí mismo, asumiendo que jamás volverá a verla. Si la película ha fascinado a millones de espectadores es, entre otros motivos, por eso: nos presenta un conflicto en el que aparece un modelo de amor y entrega que roza lo sobrehumano. Mezclado con el amor imposible (otro de los temas "eternos" en arte y literatura) podemos hacernos una idea de por qué Casablanca es mucho más que una película: esconde entre sus fotogramas toda una teoría del amor. En la que, por cierto, se apuesta firmemente por su existencia y su altruismo. ¿Es feliz el final de la película" Para gustos, los colores: siempre queda una "bonita amistad".
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