Este "retorno a la verdad" que nos propone Nietzsche a partir de sus estudios genealógicos no está exento de polémica. Hemos de extender la sospecha cuando uno de sus maestros, capaz de argumentar que debajo del concepto de verdad se esconde la voluntad de poder, nos invita a aceptar una propuesta o una teoría como verdadera. Rasquemos un poco en el método genealógico: a mi entender se trata de un método imprescindible para conocer lo que hemos sido, en un sentido más amplio del puramente biológico: qué hemos sido en ámbitos como la cultura, la ciencia, la filosofía, la religión... La gran aportación de la genealogía es sacar a la luz el devenir. Ciertamente se pueden descubir incoherencias y traiciones, y ayuda en un proceso tan revelador como necesario: tomar conciencia de lo que somos, de dónde estamos. No es de extrañar que la genealogía haya mostrado su fecundidad no sólo en la filosofía de Nietzsche, sino en algunos de sus seguidores, como por ejemplo Foucault y algún que otro autor contemporáneo. En su desarrollo, esta forma de pensamiento incluye un innegable potencial crítico que hemos de valorar positivamente.
Sin embargo, hay un momento falso en toda la propuesta genealógica: la identificación de lo originario con lo verdadero. Podemos detectar traiciones en la historia, giros y vueltas en las ideas y en los hechos. Sin embargo, no hemos de asociar necesariamente cada uno de estos giros con la traición y el abandono de "lo auténtico". Un ejemplo sencillo puede clarificar esta crítica: cuando Galileo rompió con los modelos científicos precedentes, no estaba proponiendo una teoría falsa. En esa "traición" científica había mucho de verdad: era una "traición" necesaria, por así decirlo, y ninguna reconstrucción de tipo "genealógico" de la historia de la ciencia se mostrará partidaria de que volvamos a los tiempos en que los griegos pensaban que la tierra era plana. Por mucho que se diga que "el que da primero da dos veces" no podemos asociar esa originariedad con la verdad. Mezclamos dos planos completamente distintos: cuándo se formula o está vigente una forma de vida (lo "originario", lo "auténtico") y si esa forma de vida, teoría o propuesta es verdadera o válida o, por el contrario, no lo es. En resumen: habría que decirle a Nietzsche que lo primero no es mejor por el hecho de ser primero. ¿O no es así"
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