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Entre la censura y la impertinencia permitida

¿Sabemos estar a la altura de las posibilidades de la red?
CensuraCualquiera que esté gestionando una página web ha pasado por la experiencia: antes o después aparecen contenidos (amparados por la sacrosanta web 2.0, la interacción y la participación de los lectores) cuyo contenido es más que dudoso: desde insultos directos y descalificaciones a críticas absurdas y sin fundamento, pasando, faltaría más, por diversas salidas de tono que no vienen a cuento. A partir de entonces, se me vienen diversas ideas a la cabeza, y el razonamiento habitual suele ser como sigue: "Cuanto más plural y mayor contenido haya en una página, mejor. No es bueno censurar opiniones". Pero claro, uno termina releyendo lo que aparece en esos comentarios, y a ese argumento le sigue este: "En cualquier caso, esta página no está montada para que este tipo de opiniones sean vertidas de esta manera. El que quiera insultar y descalificar a terceros, que cree su propia página y sea él el responsable de lo publicado en sus espacios, con las consiguientes consecuencias legales (posibles, sí, pero reales)". Así que al final termino eliminando el comentario de marras. Por respeto al trabajo que cuesta montar la página en cuestión, por respeto a sus contenidos, y por respeto a los lectores. No tengo ni idea de lo que se estilará en otras páginas web (supongo que dependiendo de su carácter y contenidos tendrán un mayor o menos índice de resistencia a la falta de educación y al improperio), pero viendo lo que pulula por la red cada vez me veo más obligado a moderar contenidos y comentarios. ¿Será que nos falta educación para saber movernos por la red"

Que nadie se alarme, no estoy proponiendo una nueva asignatura sobre la navegación por internet. Lo que sí convendría ir asentando es que no se puede (mejor dicho, no se debe) escribir lo que a uno le dé la gana en la página que a uno le dé la gana. En mi corta experiencia en la red (que incluye esta página, la de mi instituto y alguna bitacora que modero de vez en cuando) me ha tocado cerrar comentarios en varios lugares. Insultos, acusaciones que deberían expresarse en otras páginas (o bien en páginas personales o bien en las instituciones correspondientes). Y estoy seguro que las personas cuyos comentarios han sido moderados piensan que es un ejercicio injustificado de censura. Vándalos los ha habido siempre, y han encontrado la forma de manifestarse. La red no podía ser una excepción. El problema es que terminan pagando justos por pecadores, y la posibilidad de que alguien aporte algo de valor se ve anulada por el mal uso de las posibilidades de las llamadas páginas 2.0. La participación de los lectores es a veces impertinente y puede incluso traer problemas a las personas que sí dan la cara y a las que se puede acceder fácilmente pinchando en el "acerca de", "quiénes somos", o enlaces similares.

Sería de desear que quien desee insultar creer su propia página y dé la cara. El anonimato tiene sus ventajas, pero un gran inconveniente: la salida de tono no deja más rastro que una IP. El trabajo que exigiría averiguar quién realiza esos comentarios, y la denuncia correspondiente son tareas pesadas que ningún moderador de comentarios está dispuesto a realizar. Entre otras cosas porque, tal y como están las cosas, con aquello de la libertad de expresión puede que la ley proteja a los "terroristas del lenguaje y de la red". Ver la cantidad de insultos y basura que se vierten sobre las herramientas 2.0 (foros, comentarios de bitácoras, wikis...) es realmente desalentador, y los que se dedican a crear contenidos están obligados a gastar parte de su tiempo en borrar los comentarios inapropiados. En fin, que no es de extrañar que de vez en cuando haya páginas en las que se cierran comentarios, o en las que ciertas informaciones dejan de estar visibles. Colgar fotos u otra clase de información puede ser fantástico, y es una manera de facilitar la comunicación. Pero si los usuarios a los que se destina toda esta información demuestran no ser capaces de dar un uso responsable a la misma, terminaremos con páginas web empobrecidas, que no aprovechan las posibilidades que la red ofrece. En fin, vandalismo, censura... nada nuevo bajo el sol, en estas modernísimas nuevas tecnologías de la información y la comunicación. A muchos les falta educación para poder utilizarlas.

P.D: la imagen está extraída de esta página.

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