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Esta claro que el individuo se tiene que ver fuertemente condicionado con la sociedad en la que vive. Pero eso no quiere decir que esa sociedad no sea la suma de los individuos y que como tal las acciones de cada uno puedan condicionar el resultado final.
El individuo es sin duda. un ser maravilloso, y un grupo de ellos, es un grupo maravillosos, pero por simples matematicas y si quieren democracia, dos vale más que uno, y millones más que dos, por lo que considero absurdo el pensamiento de Elster contra el viejo y sabio platón.
SALUDOS DESDE COLOMBIA...EN PRIMERA INSTANCIA CONSIDERO QUE UNA SOCIEDAD SE CREA A PARTIR DEL SER HUMANO Y POSTERIORMENTE DICHA SOCIEDAD CONSTRUIDA EMPIEZA A MOLDEARLO SIENDO YA VICTIMA DE SU PROPIO INVENTO...Y PUES QUIEN GANA...YO JAJAJA SALUDOS...
Deberíamos comenzar a considerar al individuo como motor de esa entidad secundaria ( derivada ) que es la sociedad. El primero, en tanto que poseedor de conciencia ( capacidad de intuir la diferencia entre el bien y el mal ) impulsa la constante mejora del grupo al que pertenece, cumpliendo así el más alto fin moral : el de la perfectibilidad, o mejora constante respecto a referencias que trascienden la realidad mundana. La sociedad es una entidad receptora de las mejoras constantes de sus componentes, pero en sí no es más que una creación que recive el eco siempre débil y distorsinado de los individuos que la componen. Otra cosa es, también interesante y verdadera, la noción de unidad que da la física cuántica a individuo y sociedad. Platón, aunque treméndamente intuitivo, no llegño a formularlo así. En todo caso, tan sólo el individuo débil y sin criterio podrá ser dirigido, incluso influido, por la sociedad. Mientras que el individuo que brilla por sí mismo abre caminos en el grupo y al grupo. en mi opinión, dar prevalencia a la sociedad sobre el individuo representaría demoler la constante mejora social que sólo impulsa el primero, además de abrir arriesgadas puertas a nuevos totalitarismos. mi voto es a favor de Elster, con cariño a un quizá mal entendido Platón.