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Kant y las preguntas de la metafísica

Las preguntas de la ciencia y las de la filosofía: ¿cuáles nos son más necesarias?

Terminábamos estos días la explicación de la Crítica de la razón pura, y hablábamos en clase de la actitud del ser humano ante las preguntas metafísicas. Tan irresolubles e imposibles de desentrañar como inevitables. Una tendencia del ser humano a la que no podemos renunciar, pero también que jamás responderemos de una forma definitiva. Nunca emulará la metafísica a la ciencia, y preguntas como qué es el hombre, cuál es el sentido de la vida, o la inmortalidad del alma no se pueden responder. Llegados a este punto, suelo plantear en clase un dilema para poner a prueba el "carácter metafísico" de cada clase. La cuestión es sencilla: supongamos que hay dos cajas. En la primera de ellas tenemos la solución a todos los tipos de cáncer que existen, y en la segunda se responde la pregunta por la inmortalidad del alma. La cuestión es que sólo podemos abrir una de las cajas, y una vez realizada la elección ya no será posible abrir la otra. Cuando se lanzan este tipo de preguntas en clase, suele haber disparidad de criterios y una ligera mayoría se muestra partidaria de resolver el problema del cáncer antes que averiguar si el alma es inmortal. Con todo, siempre hay sorpresas: en alguna clase son mayoría los que optan por la segunda caja. En realidad, podemos encontrar argumentos para las dos opciones. Veamos los que suelen exponer los alumnos en clase.

Un argumento muy poderoso en favor de dar prioridad a la caja del cáncer es que la otra caja ya existe y se termina abriendo. La caja se llama y todos la abrimos justo con la muerte. Es ahí cuando descubrimos si realmente hay algo que permanece o todo termina aniquilado. De manera que si esta segunda caja la vamos a abrir antes o después, carece de sentido desperdiciar el conocimiento que se nos ofrece respecto a la solución del cáncer. Sin embargo, a este mismo argumento se le puede dar la vuelta: los "metafísicos" creen tener razón al escoger la segunda caja, puesto que la solución al problema del cáncer no logra evitar la muerte. Si no morimos de cáncer moriremos de alguna otra dolencia, de manera que el enigma de la muerte seguirá planteado ante el ser humano como un desafío abismal. Se pueden curar muchas enfermedades, pero no se cura la muerte, algo que acontece a todos: la "enfermedad mortal" (parafraseando a Kierkegaard) en que consiste la vida no tiene cura alguna, y por ello siempre resultará más urgente y acuciante resolver esta segunda enfermedad que cualquiera de las otras.

Como es fácil de imaginar, el debate no termina aquí. Los alumnos "prácticos" replican a los "metafísicos" que son muchos los millones de seres humanos que sufren de cáncer y que sería una irresponsabilidad y un acto de egoismo dar prioridad a la propia angustia personal ante la muerte frente al dolor de tantos seres humanos. Más aún: incluso los propios familiares de los "metafísicos" pueden morir, con una probabilidad nada despreciable, aquejados de cáncer. ¿No merecería la pena salvar a la persona durante algunos años más" ¿O es preferible rechazar esta opción en favor de una respuesta que conoceremos antes o después" Podríamos llevar los argumentos aún más lejos, si nos dejamos llevar por esta sugerencia e incluimos elementos personales en el dilema: la enfermdad de familiares, o incluso una propia enfermedad degenerativa que no sea cáncer. ¿Qué elegiríamos en cada uno de estos casos" La cuestión es que si hemos de optar entre ciencia y metafísica seguramente la mayoría se queda con la primera. Por motivos prácticos insoslayables: la ciencia progresa, mientras que la metafísica, ya lo decía el propio Kant, sigue siendo el "campo de batalla de inacabables disputas". Pero esto no le quita ni un ápice de razón a todos los "metafísicos": nos preocupamos por la enfermedad, pero no dejamos de preguntarnos por la muerte. Y ello teniendo bien presiente que la pregunta por la muerte es la otra cara de la moneda de la pregunta por la vida: qué sea esta, y cómo hemos de vivirla tiene una relación directa con lo que ocurra al morir. Por eso, aunque Kant matara una y mil veces la metafísica, no dejan de reaparacer sus preguntas.

!Hola Miguel! Pero por qué habría de optarse entre ciencia y metafísica. Pero es que además la ciencia se fundamenta en la metafísica. La empresa científica parte de la creencia en la existencia de una realidad en sí (independiente del sujeto) y de que ésta puede ser conocida por el sujeto. Es decir, sin una determinada concepción metafísica de la realidad y de su acceso a la misma sería imposible la empresa científica. Tampoco se trata de que la metafísica emule a la ciencia. Entre otras cosas porque son empresas cuyo objeto de estudio son de naturaleza diferente. Y por supuesto que la metafísica puede dar respuestas a preguntas como qué es el hombre, cuál es el sentido de la vida o sobre la inmortalidad del alma. Dar respuestas las da, y tanto que las da, cuestión aparte es la “probación física” de dichas respuestas o verificación de las respuestas dadas. El sentido de la vida, por ejemplo, es algo que hay que experienciar (probación física). Es la vida vivida, la experiencia de vida, la que pone a prueba aquellos esbozos desde los cuales partíamos para dar un sentido a nuestras vidas. Lo que ocurre es que aquí, experiencia, es una experiencia de vida y no un experimento como ocurre en la ciencia. A lo que parece, toda experiencia que no sea un experimento no posee validez alguna. Y esa postura es del todo insostenible, al menos, desde mi punto de vista. Por cierto, Kant no es que matara a la metafísica mil veces es que no la mato ni una sola vez, eso sí, la reformuló. Porque decir que “todo” conviene en ser objeto y que además éste es puesto por el sujeto es metafísica pura. Su metafísica no es ontología sino, y permítaseme la expresión, “objetología”.

Hola Elias et alii, saludos. Has tocado un punto, diría básico: dices, “Pero es que además la ciencia se fundamenta en la metafísica.” Pregunto, si no será más bien al revés, aunque no exactamente. Habría que inquirir sobre el origen de lo que denominamos “ciencia”, que, generalizando mucho, diría que sería la, búsqueda de soluciones, más o menos seguras, a los problemas que la vida presenta, (algunos reduccionistas llamarán a eso utilitarismo), y en fase posterior, buscando unas “presuntas causas últimas” se accede a ese mundo-mas-allá, el que como dice Kant,”nos lleva a aventuras que (el ser humano) nunca es capaz de abandonar, pero que tampoco puede concluir jamás”. Otra cuestión sería si esa búsqueda o ese afán de saber, lo tiene todo ser humano o solamente algunos. Esto último es lo que yo creo, pero es sólo una opinión. Saludos cordiales,

¡Hola, Buho! Cuando hablo de ciencia me refiero a la ciencia moderna. En la actualidad, tanto la ciencia Aristotélica como la Teología, por ejemplo, no se considerarían propiamente ciencias. Yo personalmente sí que considero que en todo hombre, y constitutivamente, hay un afán de saber y de búsqueda. Todo hombre siempre se hará al menos las siguientes preguntas: ¿Qué va a ser de mí? y ¿Qué voy a hacer de mí?. Otra cosa es el nivel de profundidad con que se formulen y la respuesta dada a las mismas. Un saludo

Hola Elías saludos.Volvemos a encontrarnos debatiendo las mismas cosas. Voy a resumir como se planteó el debate antes de continuar. Miguel, habla de las cuestiones metafísicas, desde el planteamiento kantiano, las conocidas preguntas, “qué puedo saber, qué debo hacer, qué me es permitido esperar”, que otros plantean de forma parecida: que somos, de donde venimos, a donde vamos. Y se termina preguntando, “¿qué se debe hacer?”. Tu Elias, has opinado que la ciencia y la metafísica tienen objetos distintos y que la ciencia se apoya en la metafísica, lo que me lleva a deducir que partes de la presuposición de unos principios absolutos, que radican en ese mundo-más-allá, el mundo metafísico. De ahí que consideres normal que todo hombre se haga ese tipo de preguntas, puesto que, al parecer, opinas que se puede hablar de una naturaleza-humana-absoluta. Yo creo que se puede plantear la pregunta original de otra forma: ¿por qué debo hacer tal o cual cosa?, ¿por qué no puede hacer cada uno lo que le venga en gana? La respuesta es obvia, porque vivimos en sociedad, vivimos en grupos, más o menos extensos. Esta es la condición sine qua non de la existencia humana. Algunos, llaman a eso el tribalismo, rasgo fundamental de la existencia humana, que consideran el valor universal absoluto de la naturaleza humana, del cual emergen de forma natural las “distintas manifestaciones que llamamos cultura”, entre las que habría que incluir, la filosofía, la ética y, por supuesto, la forma metafísica de interpretar el mundo.(E.O.Wilson). Son distintas, variadas, porque sus manifestaciones concretas dependen de las condiciones en que se desarrollan. De ahí se seguiría que podría darse el caso de culturas o al menos de casos individuales en que no se planteasen ese tipo de cuestiones. Aunque por lo que dicen los antropólogos, todos los grupos sociales parecen disponer de mitos explicativos sobre esos temas, pero en casos individuales yo creo que se da el caso de individuos que pasan del asunto. Esta es mi opinión, aunque como dijo D.Quijote, “si a ti te parece bacía de barbero a mí me parece el yelmo de Mambrino y a otro le parecerá otra cosa”. Saludos cordiales,

¡Hola Buho! Creo que ya te lo he explicado en alguna ocasión anterior, pero para que no sigas atribuyéndome a placer cosas que no son ciertas, lo explicaré nuevamente. La filosofía desde la que yo parto es la del filósofo Xavier Zubiri. Supongo que sabrás que dicha filosofía consiste en una radicalización de la fenomenología. Y no, dicha filosofía no parte de la existencia de un mundo-más-allá ni de la existencia de unos principios absolutos ( si a Dios te refieres) sino de una descripción del “quedar” de las “cosas” en la aprehensión.Ahora bien, que si la idea que te formas de mí parte de la etiqueta que previamente tú me has colocado, pues claro, no me extraña. Verás, Buho, que la ciencia (y creo que he dejado claro que se trata de la ciencia moderna) y la metafísica tratan sobre objetos diferentes (o del mismo objeto analizado desde diferentes planos) no es una mera opinión. Por cierto, para Kant la ciencia también estaba fundamentada en la metafísica objetología). Y por cierto, para Kant la ciencia también estaba fundamentada en unos principios absolutos. Que esos principios residieran en un sujeto puro y no en un más allá no cambia la cosa. En cualquier caso, Buho, si tú crees que la ciencia moderna no se fundamenta en la metafísica, por favor, no te “cortes”, ahora tienes la posibilidad de explicarnos razonadamente que la ciencia moderna se sustenta sobre sí misma o por qué no posee fundamento alguno.Pero insisto, si tú quieres seguir creyendo sin fundamento alguno que mi fundamento último en filosofía es Dios, pues nada, adelante. No voy a entrar en las respuestas que cada cual pueda dar a las preguntas últimas que todo ser humano se formula. Yo considero que las preguntas últimas que todo ser humanos se plantea (formuladas de una u otra forma) son: ¿Qué va a ser de mí? y ¿Qué voy a hacer de mí? mientras que tú las reformulas según los siguientes interrogantes ¿por qué debo hacer tal o cual cosa?, ¿por qué no puede hacer cada uno lo que le venga en gana? Pues bien, no es que no esté de acuerdo con que el hombre no se plantee esas preguntas sino que son preguntas ulteriores a las que yo he formulado ¿Y por qué? Pues porque las preguntas que tú planteas son estrictamente éticas. Y la ética es tan sólo una de las cuestiones que atañe al ser humano. Pero es que al ser humano lo que última y radicalmente preocupa no es tan sólo una parte de sí mismo; sino todo él. Y preguntarse por qué debo hacer tal o cual cosa o si puedo hacer lo que me venga en gana es para poder saber lo que va a ser de mi y lo que voy a hacer de mi. Por cierto, opinas que no se puede hablar de una naturaleza-humana-absoluta (aunque no sé muy bien lo que quieres decir) pero finalizas diciendo que según la antropología todos los grupos sociales parecen disponer de mitos explicativos sobre esos temas. Eso sí, añades, pero en casos individuales yo creo que se da el caso de individuos que pasan del asunto. Una cosa es la realidad humana y otra es el “ser” de dicha realidad (Zubiri lo explica muy bien, y tranquilo, Dios no aparece por ninguna parte). El que el “ser” humano dé diferentes respuestas según su dimensión personal y su situación socio-histórica no significa que la realidad humana, y por ser constitutivamente abierta, no se haga cuestión de sí mismo porque no puede dejar de hacerlo. Un Saludo

Hola Elias. Aunque más adelante, aprovechando el fin de semana te contestaré mas detalladamente, te quiero anticipar que yo no he hablado Dios para nada. Parece que, como cuando se habla de Platón, se está empeñado en ver la sombra de Dios detrás de cualquier referencia al mundo-de-más-allá. Este expresión es una paráfrasis del texto de Platon en el que habla del "úper oúranos tópos" en contraposición al mundo sublunar. El mundo de las ideas o modelos o como se quiera denominar a los modelos platónicos, estaría más-allá del mundo corpóreo,material. Pero todo esto, como sabemos, son expresiones metafóricas. Lo que si es seguro es que Platon no dice en ningún lugar que se refiera a Dios. Aunque sí lo hace cuando dice, “Pues bien querido Glaucón…compara…el ascenso y contemplación de las cosas de arriba con el camino del alma hacia el ámbito de lo inteligible, y no te equivocarás en cuanto a lo que estoy esperando, y que es lo que deseabas oir. Dios sabe si esto es realmente cierto…”(República, 517 b, versión de Conrado Eggers Lan) saludos

Amigo Elias, saludos. Ocurre que, con frecuencia, en el calor de las discusiones se ve uno implicado en discusiones que no se pretendían. Por eso creo que es conveniente aclarar de qué estamos hablando. A veces, también, se termina discutiendo sobre detalles de los que, en el fondo, no se discrepa totalmente. Y me temo que, en algo, pueda ser este el caso. Las preguntas de la ciencia y las de la filosofía: ¿cuáles nos son más necesarias? Este era el enunciado original de Miguel, que ha dado lugar a este debate. Decías: “Pero por qué habría de optarse entre ciencia y metafísica. Pero es que además la ciencia se fundamenta en la metafísica. La empresa científica parte de la creencia en la existencia de una realidad en sí (independiente del sujeto) y de que ésta puede ser conocida por el sujeto. Es decir, sin una determinada concepción metafísica de la realidad y de su acceso a la misma sería imposible la empresa científica.” Aceptando el uso vulgar de los términos “ciencia” y “metafísica”, estoy de acuerdo en que no hay por qué optar entre una y otra, puesto que se está hablando de objetos distintos y métodos distintos que es lo que dice Kant. Otra cosa es tu afirmación de que la ciencia se fundamente en la metafísica, para lo que habría que determinar con más precisión qué se entiende por ciencia y por metafísica. Afirmar que “La empresa científica parte de la creencia en la existencia de una realidad en sí (independiente del sujeto)” me parece que es una afirmación que no apoyarían todos los científicos actuales. A vuela pluma, por utilizar ese tópico, te cito: “La realidad física de un objeto depende de cómo elijamos observarlo”,(De Broglie) “las observaciones no solo perturban lo que miden sino que lo producen”(Pascual Jordan) “La idea de que la observación crea la realidad observada es más difícil de aceptar. “La ciencia no puede revelar ningún mundo real más allá de lo observado. Todo lo demás es filosofía” (Bohr) La interpretación de Copenhague deja claro que el papel de la ciencia es predecir el resultado de las observaciones no discutir sobre la realidad ultima (B.R.y F.K.) (Citas espigadas de la obra “El enigma cuántico” de B.Rosenblum y F. Kuttner, Tusquets, 2010) Cierto que se trata, como reconocen los autores, de un tema controvertido, solamente lo incluyo para avalar mi rechazo de tu afirmación citada:“La empresa científica parte de la creencia en la existencia de una realidad en sí (independiente del sujeto)” Aunque admito que, desde un punto de vista ordinario, esa pueda ser la opinión común. Para no alargar demasiado este comentario, paso a tu afirmación de que mis contestaciones son afirmaciones éticas. Completamente de acuerdo. En mi opinión, si la filosofía actualmente tiene algún papel que jugar es en el terreno de la ética. Ese, me ha parecido que era el sentido del comentario original de Miguel: qué elegiríamos ante un dilema moral como el que cuenta, dilema que, más o menos, es el tema de la literatura de siempre y el cine contemporáneo. Para terminar, también es un tema opinable, yo no creo que todas las personas se planteen las preguntas clásicas sobre el sentido de la vida, etc.,…al menos yo conozco muchas, algunas con cultura normal, universitaria, otras con cultura vulgar, gente del campo donde yo vivo, que dudo mucho que en su vida se lo hayan planteado. No dispongo de datos estadísticos sobre el tema, es solamente una conjetura. Otras cuestiones han ido surgiendo en el transcurso de este breve debate, como sería el tema de si se puede hablar, definir una naturaleza humana, del tipo de aquello “hombre=animal racional”, a la que yo he designado como naturaleza-humana-absoluta. Quizás no fue una buena descripción. De cualquier forma este es un tema marginal y lo mejor, es enviarlo directamente a la papelera por el momento. Saludos cordiales, el buho.

¡Hola, Buho! Efectivamente, Buho, algunos padres de la física cuántica no coincidirían aparentemente) con lo que yo he dicho. Y digo aparentemente por dos razones: 1.- Una cosa son determinados científicos y otra, y como yo he dicho, la empresa científica. Sigo pensando que la empresa científica se sostiene sobre la divisa: “La empresa científica parte de la creencia en la existencia de una realidad en sí (independiente del sujeto)” 2.- El que estos científicos no compartan una determinada concepción metafísica de la realidad no significa que no defiendan otra. Tan metafísica es la sentencia de que existe una realidad independiente del sujeto como que la realidad es puesta por el sujeto. La metafísica puede ser ontología, epistemología u “objetología”. Mucho de los padres de la física cuántica eran Kantianos. Pero el que Kant diga que no se pueden conocer las “cosas en sí” no significa que la suya no sea una doctrina metafísica. Sí, de acuerdo, para ti puede que la única función que le reste a la filosofía sea hablar sobre cuestiones éticas. Pero de ello, a decir, que por lo tanto los hombres sólo se preguntan por cuestiones éticas porque la función de la filosofía sea hablar únicamente de cuestiones éticas creo que es insostenible. Al hombre le sigue, y le seguirá preocupando, qué va a ser de él y que va a hacer de él, independientemente de cuál sea la función de la filosofía. Francamente, dudo mucho que alguna persona no se haya preguntado por su futuro (qué a ser de mí) o que no se haya preguntado por lo que va a hacer con su vida. Lo siento, Buho, pero es que lo dudo mucho. Que no le interese la filosofía, vale. Que no sea culto y que no posea instrucción alguna, vale. Que con su formación académica le deberían interesar ciertos temas de los cuales no tiene ni idea, pues vale, también. Pero que no se preocupe por su futuro (de una forma u otra) creo que es imposible. En cualquier caso supongo que sí; que es una cuestión opinable. Un Cordial Saludo