Pasar al contenido principal

Kubrick y la filosofía

Ensayo de José Manuel Campillo

Más de una vez se ha comentado por aquí el escaso interés del mundo editorial convencional por la actividad que pueden llegar a cabo el profesorado de secundaria, y no es excepción el de filosofía. Por suerte, contamos hoy con múltiples opciones para difundir idesa y trabajo. Y esto es lo que ha hecho José Manuel Campillo, profesor de filosofía y autor del libro que comentamos hoy: Kubrick y la filosofía (que se puede adquirir también en su versión Kindle a un precio un tanto más econónimo). Se trata de su segundo libro: la novela Sonata para perdedores ya fue comentada aquí en su día. En esta ocasión hay un claro cambio de registro: abandonamos la ficción para acercarnos más al ensayo, convirtiendo las películas de Kubrick y su posible aplicación en la filosofía en el tema principal del libro. Un acercamiento a la relación entre el cine y la filosofía con más de una aplicación al aula.

La elección de Kubrick es ya particularmente significativa: autor de culto para unos, y sobredimensionado para otros. Pero no es extraño encontrar alguna de sus películas en los primeros puestos de las diferentes listas de las mejores películas de la historia del cine. La estrategia de José Manuel Campillo se mantiene a lo largo de todo el ensayo: película a película nos presenta en primer lugar el argumento general, para a continuación seleccionar los momentos de la película en los que sería posible extraer un mayor significado filosófico. Los amantes del cine, podrán encontrar quizás nuevos significados para la película, mientras que los que disfrutamos con las ideas filosóficas disponemos de una buena mina de escenas que poder utilizar en clase o con las que poder iniciar una discusión de un tema. La larga discusión sobre la relación entre cine y filosofía encuentra en el ensayo de José Manuel numerosos ejemplos de escenas que bien pueden representar teorías clásicas y temas de discusión eternos.

El texto es sin duda una propuesta más que interesante, tanto por su carácter divulgativo como por las ideas que puede aportar para una clase de filosofía. Queda para los profesores el trabajo didáctico: seleccionar alguna de las escenas que comenta José Manuel, y utilizarlas en clase como un recurso educativo más. Con el valor añadido de que los alumnos de bachillerato o secundaria descubran a Kubrick, un director que no suele aparecer entre los más conocidos en el mundo educativo. En cierta forma, inicia un camino que merecería una mayor atención y ser continuado con el trabajo y compromiso de ir preparando propuestas concretas para trabajar el libro en una clase, de manera que los alumnos puedan descubrir que también en el cine se incluyen ideas filosóficas, y que muchas películas requieren una lectura filosófica, ya que posiblemente el propio director ha querido que sus personajes o las situaciones que estos viven esconden ideas que innegablemente van ligadas a la filosofía. No en vano, José Manuel Campillo ha escogido como director protagonista de su ensayo al que ha filmado dos de las que pasan por ser películas de un alto contenido filosófico: La naranja mecánica y 2001, una odisea en el espacio.