
Uno de los mayores desafíos que tenemos planteado, es el de encontrar un equilibrio entre el progrso tecnológico y la conservación de la naturaleza. Ahí está la
ética ambiental, tratando de encontrar soluciones a los desmanes que vamos expandiendo allá por donde pasamos. Ante los distintos
problemas son muchas las soluciones, y una es particularmente llamativa: la ética del "cow-boy". Consiste en defender la tesis de que la ciencia y la tecnología encontrarán solución a las distintas situaciones críticas que puedan ir surgiendo. El hombre puede (y debe) disponer de la naturaleza a su antojo, explotándola sin reparos: a fin de cuentas, se nos viene a decir, no somos tan tontos como para extinguirnos a nosotros mismos, y siempre encontramos "un roto para un descosido". Lo peor del caso es que me da la sensación de que esta idea diabólica está incorporada en la vida cotidiana de mucha gente.
No sé lo que me pasa, pero a veces me da la sensación de que estoy rodeado de "cow-boys": vas por la autovía a 120 (bastante contaminación se despide ya a esa velocidad), y no paran de adelantarte coches, furgonetas, camionetas... Las prisas, sí, pero somos muchos millones de seres humanos aumentando considerablemente las emisiones de CO2 a causa de nuestras prisas (por otro lado, me maravilla lo estupidamente que perdemos el tiempo en otras ocasiones). Lo malo es que éste no es el único ejemplo: las manchas de aceite en el campo son cada vez más extrañas, pero algunos "cow-boys" dejan la huella de su utilitario sin reparar dónde. Parques llenos de basura, ruidos, gentes que no reciclan sus desperdicios, pilas por el suelo... Somos la cilización de la basura, y encima a ello le añadimos la arrogancia y prepotencia ignorante del "cow-boy". Playas llenas de colillas, mares hasta arriba de compresas, botellas y cartones. Todo para nuestro disfrute.
Los ejemplos se multiplican por miles: tubos de escape que ensucian el aire, otros trucados para emitir más ruido, desechos de juergas y botellones en los parques. Lavadoras en los ríos, y desechos industriales en el aire, la tierra, y el mar. "Cow-boys" ricos y poderosos pero también pequeños y humildes "vaqueros" que ponene su granito de arena para que nuestro aire sea cada vez más irrespirable, nuestro sol más perjudicial y cancerígeno, nuestras aguas más escasas (el cow-boy tampcoo se preocupa de ahorrar agua, faltaría más...) y de peor calidad, y nuestras tierras más estériles y venenosas: pues si tenemos que aumentar la producción con pesticidas que pasan a la tierra y después a los alimentos, ¿cómo no lo vamos a hacer" Puede que todos, dentro de nosotros, llevemos a ese déspota que aparece personificado en el "cow-boy", pero puede que, si alguno de nosotros conserva una chispa de inteligencia, terminemos eliminando este tipo de comportamientos. ¿Será para entonces demasiado tarde"
P.D: la foto ha sido extraida de Flickr, concretamente de este enlace.