Terminamos Aristóteles en esta época, y se suele comentar su defensa de la vida teórica como la más propia del ser humano. Aunque la reflexión de Aristóteles tenga ya algunos siglos, no está de más retomarla en nuestros días y ver si hoy, como hace veinticuatro siglos, la vida del lógos (y no la vida pirata) es la vida mejor. Veamos algunas ventajas...
- La vida dedicada al conocimiento es barata. Existen bibliotecas, centros cívicos, lugares en los que enchufarse a la red, actividades de difusión de la cultura... Mucho más barato que vivir entregado a otras actividades. Esto, es los tiempos que corren, es una gran ventaja.
- Es una forma de vida autosuficiente: tal y como defendió el propio Aristóteles, quien vive para conocer se basta a sí mismo. No son preciso artilugios extraños, ni un séquito de aplaudidores.
- Aprender por uno mismo es una experiencia placentera: está demostrado que cuando apredemos algo, o logramos algún descubrimiento que nos ha costado esfuerzo, liberamos endorfinas, el neurotransmisor del place.
- Porque es un estilo de vida humano realista: frente a otras alternativas, que expresan cierto escapismo o incluso cierto pesimismo vital, quienes optar por el conocimiento desarrollan capacidades propias, y son capaces de orientarse en el presente en que viven.
- Porque es la manera de vivir que más progreso y desarrollo ha generado en nuestra especie. Si hoy somos como somos y vivimos como vivimos es una consecuencia de todos aquellos que, antes que nosotros, han sentido curiosidad, han entregado su vida al saber. no habría mayor síntoma de estupidez que despreciar esta herencia.
- Comentarios bloqueados
Pues sinceramente, creo que la búsqueda de conocimiento está sobrevalorada hoy en día; no sabía que la cosa venía de tan lejos. En mi opinión es más importante la búsqueda de sentido que la de conocimiento. Es algo mucho más amplio y menos excluyente. Se puede buscar sentido en el arte, en el servicio a la comunidad, en la espiritualidad, en la misma búsqueda de conocimiento... Por lo que cuentas creo que Aristoteles proyecta su visión del mundo y la universaliza, valorando que lo mejor para él es lo mejor para todos.
¡Hola Yabu!
No creo que haya que entender la "vida teórica" que propone Aristóteles en un sentido puramente académico o científico. Es más, quiero pensar que Aristóteles también aceptaría lo que tú mismo señalas (el arte, la ciencia, el compromiso ético o la religión). Todo esto, si me dejas ponerme idealista, es "patrimonio del espíritu" (valga la expresión) y seguramente sería aceptado por Aristóteles como ingredientes que pueden ayudar a formar una vida feliz.
El “sentido” se da en la respectividad de las cosas (mundo) con la vida humana. Y generalmente se suele entender como que es el sujeto el que “otorga” el sentido a las cosas. Pero el logos de que nos habla Aristóteles no es algo que pertenezca al hombre, sino, a las cosas. El “decir” es de las cosas, y no, algo “puesto” por nosotros. Son ellas las que nos hablan y nosotros quienes escuchamos lo que nos tengan o quieran decirnos.
Y efectivamente, lo que está sobrevalorada (sería mejor decir “enterrada”) en la actualidad es la consideración de que son las “cosas” las que nos hablan. Hoy en día quién habla es el “sujeto”. Él es el “pastor del “ser” (como sugería Heidegger), el es el verdadero dador de sentido, en definitiva, Él es el autentico “Creador”.
Sí, se podrá buscar el sentido en el arte, en la comunidad, en la espiritualidad o en el conocimiento, todo ello es cierto. Pero es que el “sentido” es algo secundario, y por tanto, derivado. Y Aristóteles no deseaba conocer lo derivado, y por tanto, el sentido que le damos a las cosas, sino que deseaba conocer las cosas mismas. Y por eso se ocupaba del conocimiento de las cosas mismas, y no, de su sentido.
Sólo nos ocupamos del “sentido” de las cosas cuando creemos que es éste el que crea a las cosas. Pero no es el sentido el que “desvela” a las cosas, sino, justamente al contrario. Porque hay cosas es por lo que podemos conferir algún sentido a las cosas (y el “sentido” depende en primera instancia de las cosas, y no, de las personas).
Mucha gente considera que el sentido sólo está en el hombre. Y si no hubiera hombres pues no habría sentido. Pues bien, sí y no.
Por supuesto que si no hubiese hombre no habría sentido, pero de ello no tiene porqué derivarse que el sentido sea una creación espontánea del hombre.
Sólo porque las cosas poseen unas propiedades “físicas” es por lo que nosotros podemos conferirles un “sentido” a las cosas.
Una cosa es una “oquedad” en una montaña y otra cosa es una caverna o una morada. La oquedad en la montaña es una cosa-real mientras que una caverna o una morada en una cosa-sentido (algo en relación a la vida humana).
Sólo porque la “oquedad” en la montaña posee unas propiedades independientes de nosotros es por lo que nosotros, y posteriormente, podemos atribuirle un sentido para nuestras vidas (caverna o cabaña). El “sentido”, por tanto, está “montado” sobre las cosas reales.
Un hueco en la arena de dos centímetros jamás podrá desempeñar en nuestras vidas el ser morada o caverna por mucho que nos empeñemos.