Pasar al contenido principal

Pedro, el lobo y Risto Mejide

Sobre la devaluación (y el poder) del lenguaje
Pedro y el LoboHabía una vez una persona que utilizaba el lenguaje para reirse los demás. Con la amenaza (real) de la posible llegada del lobo, conseguía que la gente se asustara, corriera a guardar sus ovejas y se metiera en su casa. Esto provocaba, como es bien sabido, que el protagonista de nuestra historia se echara unas buenas risas a costa de sus vecinos. Eran unos "pringaos", que no sólo se dejaban intimidar por un lobo, sino que además se creían lo primero que se les contaba. Pobrecitos. Bastaba un grito de alerta para que la reacción general fuera inmediata. Hasta el día en que el mentiroso tuvo que decir la verdad. Hasta el día que llegaba el lobo (el de los colmillos afilados y cortantes), y se había quedado sin herramientas para poder avisar a todos los demás. Tenía las palabras, sí, pero las había desgastado tanto en las últimas semanas, que estas ya no tenían significado. Las palabras no servían, no funcionaban. Estaban vacías y huecas. Nadie pudo avisar, y sobrevino la catástrofe. El lobo se pegó la mayor panzada de su vida. Mucho tiempo después Pedro ya no era Pedro, sino Evaristo Mejía o algo parecido. El pueblo había crecido mucho, y era ya ahora una enorme ciudad, o mejor, un país de más de 40 millones de habitantes. Evaristo vivía en lo que ahora llamaban "aldea global", un lugar en el que entre otras maravillas, existían aparatos que te permitían colarte en la vida de la gente, sin que estos pudieran hacer demasiado para evitarlo. Y Evaristo, Risto para los amigos, no tuvo otra ocurriencia más que aprovechar la oportunidad para repetir lo que Pedro, en su pequeño pueblo, había hecho cientos de años atrás. Embutido en su chupa de cuero y con unas gafas que le dieran aire de misterio, volvió a abusar del lenguaje: degradaciones, expresiones malsonantes, insultos... Lo que fuera por llamar la atención, por escandalizar, por utilizar la palabra como forma de agresión. Sin importar contra qué o contra quién la metralleta de las palabras siempre dio réditos de popularidad. Y la popularidad, a la larga, es sinónimo de dinero, como bien sabía Evaristo. Todo sea por el share. Con el tiempo, su estrategia logró su objetivo: todo el mundo hablaba de él, de sus infantiles intentos de llamar la atención, de su premeditada manera de resultar insorportable. No porque dijera lo que pensaba, sino sencillamente porque decía lo que él sabía que violaba las reglas normales del uso del lenguaje. Se hizo famoso, pero después llegó un tiempo en que cayó en el olvido. Cada vez que iba a abrir la boca, nadie les escuchaba: todos sabían que sus palabras estaban tan huecas como las de Pedro. Su mensaje estaba vacío. Por decir siempre lo mismo, terminó por no decir nada. Por no tener nada que decir. O los demás terminaron por no tener nada que escucharle. La palabra, ese poderoso instrumento que le aupó a la "cima" del famoseo, le condenaba al mayor de los silencios. Había perdido todo el crédito que cualquier hablante deposita en las palabras. Los oídos y las cabezas, que a veces piensan, identificaban a Evaristo con el hartazgo, con la nada. Y a la larga, cuando pasó la ola de la fama, todos estaban de acuerdo en recuperar las palabras. E incluso, dicen algunos, alguna vez tuvo Evaristo algo interesante que decir, pero nadie quería escucharle, nadie creía en sus palabras. Todos, sin decirlo, gritaban con su indiferencia: "Evaristo, cállate".

Que un publicista haga de crítico musical dice mucho de la situación de la música en España. Que un programa donde supuestamente se dan a conocer "nuevos valores" de la música sea más conocido por el lenguaje de uno de los críticos que por los concursantes también dice mucho de la situación de ese programa. La música en España (a nivel de lo que más se vende y se promociona en los medios) lleva ya tiempo muerta, enterrada y pudriéndose.

Miguel apunta un nombre, Risto Mejide, que se ha hecho popular en España a través del concurso Operación Triunfo. Ha sido muy polémico por los comentarios que ha hecho de los concursantes como jurado del programa. Incluso tuvo un enfrentamiento con Kike Santander, productor musical. Para los que no tengan el gusto de conocerle, aquí dejo unos videos de algunas de sus aparciones: http://youtube.com/watch?v=bUKJMR36R6o http://youtube.com/watch?v=J4ldtipd9Ho

Comentario crítico Es impresionanate que un lobo pueda fundar un pais de 40 millones de habitantes. Si el lenguaje no hubiera sido usado con abuso(es eso immoral?¿pero deacuerdo con qué moral, la del lenguaje, y quién son los decididores que emiten esos "juicios"? Lo de llamar la atención y escandalizar qué significa? ¿No es siempre el receptor el que se escandaliza?¿Cómo va a escandalizar alguien a otro que está escandalizado?Y sin importar contra qué...¿Acaso no es el lector el que se da por aludido?¿Cómo puede alguien ser el responsble de otro que se da por aludido en una afirmación? En cuanto a las reglas normales del uso del lenguaje......por DIOS, ¿es que quieres que el arte deje su existencia?¿quieres matarlo como Hegel? ¿Acaso Risto estaba realmente imitando a Pedro?¿Y si así fuera,no es un arte la imitación? Hoy día por desgracia se lleva la palma. Por otro lado: ¿No será el silencio lo que Risto,y Pedro buscaban? Si un hablante pierde el crédito que deposita en las palabras, directamente no podría hablar, se quedaria "sin palabras", y no volvería a hablar nunca, nisiquiera para recordar la historia de Pedro o _Risto. Si identifican a Risto con la nada, es porque ellos mismos se han quedado sin palabras, ellos son la nada. Y después de la nada está la fe. A estos los llamaremos los "sinpalabras".

¡¡Felicidades por tu artículo!! Me parece realmente fantástico el símil que planteas. Tienes toda la razón: la palabra y los medios de comunicación de masas son una herramienta muy poderosa y hay que tener mucho cuidado en la forma de utilizarla.

Hola, me gustó el cuento, afortudamente ya lo habia oido desde muy pequeña fabulas como estas y otras similares, volaba mi imaginación cuando cerraba los ojos y oia la radio, que pena ahora la "TV". Por cierto me inculcaron unos valores este tipo de cuentos que son reales como la vida misma.... ¡ que pena que pena que las personas tengan que estar pendientes de estos comentarios...! Y no pensar por ellos mismos... sin dejar que su mente piense por si misma...sin que nada les distraiga, como funcionaria este mundo... Bueno.. me gustaria saber explicarme mejor y escribir mejor ...a veces mi forma de pensar va mas rapida que mis palabras... Un abrazo Margarita

Evaristo, no tienes remediooo!!has utilizado a los cantantes de O.T para darte a conocer. Eres la reperaaaaa!!!no te quiere nadieee!!! ERES LO PEOOOOOOORRRRRRRRRRRRR!!!!!!