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Pobre democracia

A raíz de las noticias de estos días
Mientras los que para algunos somos inútiles y sobrantes profesores de filosofía estamos poniendo toda la carne en el asador, la actualidad no deja de darnos razones para que mantengamos vivo el pensamiento. Y curiosamente, estas noticias de la actualidad tienen como protagonista a la misma clase social (los políticos) que, por lo que se vé, quieren disminuir la presencia de la filosofía en el sistema educativo. Yo estaría completamente de acuerdo con esta supresión si fuera cualquiera de los concejales de urbanismo (de los más variados partidos políticos) que están siendo investigados o cuestionados en la actualidad por una gestión poco clara, digamoslo de un modo suave, de las licencias urbanísticas de su municipio. Si yo fuera un ladrón y me aprovechara de un cargo público de alta responsabilidad (por el que pasan milles de millones de euros), preferiría que nadie estudie a Platón, y que nadie sepa que ya en el siglo V antes de Cristo el ateniense tuvo que formular severas críticas a la democracia ante la situación de corrupción generalizada y de ineptitud política. Lo maravilloso del asunto es que mientras todos estos asuntos se destapan, nadie mueve ni un dedo en los partidos políticos. Que yo sepa, todavía no se ha destituido, ni expulsado del partido a los sospechosos, y muchos de ellos continúan en su cargo pese a las investigaciones judiciales. El escándalo para los de un bando son las corrupciones de los demás, nunca las propias y viceversa. La única "tajada" que se sacará de todo esto será la electoral (estamos en campaña...) y los cuidadanos honrados (que alguno queda) nos quedaremos atrapados en ese olvido mediático: España dejará de ser un país corrupto cuando los telediarios y los periódicos (comprados por el poder) dejen de contárnoslo. Una escapada de esa cárcel del olvido, de la ausencia de memoria, puede ser la filosofía, pero claro, resulta demasiado molesto que los futuros ciudadanos hayan tenido la oportunidad, una vez en su vida, de tomar contacto con los grandes genios del pensamiento. Así que los que nos dedicamos a rescatar a Platón del olvido para los oídos de adolescentes tampoco encajamos demasiado bien en todo esto. El buen ciudadano del futuro es el demócrata, y estudiar a quien criticó democracias con grados de corrupción similar a las actuales es un tanto vergonzoso. Decir abiertamente que la democracia vive amenazada por la manipulación o la masificación es molesto. Y más aún: políticamente incorrecto. Como para atreverse a decir que lo que elige la mayoría no siempre es lo mejor, y que a menudo en democracia son los mediocres los que terminan ocupando los cargos de máxima responsabilidad, y que las familias políticas son tan endogamias como las clases sociales de las sociedades tradicionales. Cosas desagradables, que nadie debe decir en una sociedad tan abierta y tolerante como la nuestra, donde los apellidos de los dirigentes de los partidos y de los altos cargos se repiten de una forma inexplicable. Pobre Platón, qué mundo le tocó vivir... con lo bien que estamos nosotros. Entradas relacionadas: P.D: y si nuestra democracia real está amenazada por la corrupción, Amnistía Internacional nos previene sobre el posible descenso de la libertad de expresión en Internet. Malos tiempos entonces para el poder del pueblo, que se ve continuamente traicionado...

Coincido contigo en todo. Creo que debe seguir existiendo ese contacto de los estudiantes con la filosofía. ¿Qué clase de democracia tendríamos sin ciudadanos que hayan experimentado una mínima aproximación a la reflexión, la ética? Creo que para que pueda haber verdadera libertad en una sociedad, se tiene que promover el sentido crítico, y esa responsabilidad recae en parte en el sistema educativo. Para que una democracia sea de verdad eso, los ciudadanos deben estar algo abiertos a una libertad interior (que empieza con la sana duda) y contar con unos fundamentos éticos que pueden tener ya por la educación en su familia, pero que si no es así y tampoco lo aprenden en el colegio... poco podemos confiar en la cultura dominante en ese sentido. Ánimo. Soy estudiante de Filología Hispánica y de alguna manera os comprendo. ;-)

La democracia se ha convertido en un producto más, susceptible de grandes campañas publicitarias que llaman más la atención por medio de logotipos o identificaciones sentimentales que por un programa o unas ideas claras. Y en ese ámbito, el ciudadano que piensa, que se forma una opinión, es una rareza. Yo creo que vosotros ni siquiera les resultáis molestos: confían en que la sociedad de consumo y el ocio programado desactiven la potencial capacidad crítica que vuestra tarea podría llegar a crear en el electorado. Por eso, sus mensajes políticos (como muestra, el anuncio ese que compara a Montilla con la Nocilla) cada vez son más indistinguibles de los comerciales. No me extrañaría que en futuras campañas alguien dijera: "voto a fulanito porque yo no soy tonto".