Sólo por leer el poema de Pessoa, ya merece la pena. Pero, si nos animamos a ir un poco más allá, la propuesta didáctica elaborada por Pablo puede resultar bien útil para los profesores. Desde el campo de la filosofía, para entender mejor las metafísicas materialistas o la crítica de Nietzsche a la misma metafísica. Pero también, por qué no, para explicar ese "ansia metafísica" que el poeta comienza negando para terminar, sin saberlo y sin quererlo, defendiendo. Una metafísica de la vida, de lo cercano, del mundo y la naturaleza, poetizada en las palabras de Pessoa. Qué duda cabe, que puede ser un instrumento válido, mucho más que cientos de ordenadores, el poder contar en una clase con una voz que dé cuerpo a estas palabras y que estas pasen, por un instante, a vivir en el aula, a sonar, que es la auténtica naturaleza del logos y no este letargo cibernético de las bitácoras
De nuevas tecnologías se nos habla. De Webquests, cazatesoros, patatas y de aulas virtuales. Todo al alcance de la mano y del "clic". Y ahí, por muchos olvidada, sigue viva la palabra, que es la mejor, la más completa y la auténtica herramienta de todo profesor de filosofía. Realizar una maravilla didáctica con palabras. Una creación máxima de nuestro lenguaje en palabras para todos: eso es lo que logró Pessoa. Y la propuesta del cuaderno de párvulo es precisamente eso: reivindicar la poesía, la palabra, como el medio esencial del pensamiento. Bienvenida sea la propuesta, y ojalá que muchos sean los profesores de filosofía que la puedan conocer y aplicar en su aula. Con un poco de suerte habrán logrado dos buenos objetivos: que los alumnos entiendan mejor qué es metafísica, así como sus grandes corrientes. Pero que aprendan también a amar la poesía como una de las mayores formas de creación (a veces filosófica) humana.
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