
Primer ejemplo: entre otras cosas comenta patata (su pseudónimo es Kartoffel, pero traducido del alemán significa patata) algo supuestamente "divertido" de las etiquetas de esa anotación: parece reírse de que aparezcan el estoicismo y el epicureísmo, quizás porque ignore que la práctica 4 y la 5 están (casi literalmente) tomadas de esta filosofía. Un poco antes Hans-madrid ironiza sobre el mismo artículo sugiriendo que su voto y su meneo van a hacer más feliz y dichoso a quien esto escribe. Y un poco más abajo se nos dice que las propuestas "suenan" contraculturales, como si la filosofía en sí no implicara cierta actitud crítica, alejada del sistema. En fin: son todos ellos lectores que nunca antes han venido por aquí y que probablemente nunca vuelvan. Los meneantes son lectores a los que no se dirigen los artículos escritos en Boule, no se está pensando en ellos cuando se redactan: quien viene por aquí necesariamente ha de tener cierta afición por el mundo del pensamiento, porque si no esto resultaría aburrido e insoportable. Cada anotación sería, como dice un amigo, "another brick on the wall". Un auténtico peñazo.
Estos sistemas de popularidad pueden interesar a quienes pelean por estar en los primeros puestos del technorati, a los que viven pendientes de sus visitas y del posicionamiento. Los grandes ponentes de los congresos de blogs y páginas web (bueno, y aquellos que no son ponentes porque no se puede cubrir su caché). Qué duda cabe que a quien esto escribe le gusta ser leído, y también que haya diálogo y comentarios. Pero también soy consciente de que una bitácora educativa y cultural jamás despertará grandes entusiasmos en el mundo 2.0, dominado por convencionalidades vacías que aquí se han criticado más de una vez. No señor, no soy 2.0, qué le vamos a hacer. Su popularidad, sus votos y sus meneos, pero también sus comentarios destemplados y a destiempo, los deja usted en otros lados, más populares y con más calidad que este (claro que, según he oído y leído, el sistema de votos del menéame debe estar intervenido por un grupo dirigente, por lo que una vez más estamos ante una organización intervenida, que algunos han comparado a una mafia). Que el mundo menee lo que quiera, pero que dejen a las bitácoras educativas en paz, ya que no les interesa hablar de ellas, y las redes de bitácoras viven dominadas por periodistas y expertos en tecnología. Al resto del mundo, que nos dejen tranquilos. Y sin meneos.
- Comentarios bloqueados