La respuesta inmediata, obligados como estamos por el positivismo cultural de nuestro tiempo, tiende a identificar la medicina con las ciencias naturales. Cuando el señor Ramón y Cajal dibujaba una neurona, por poner un ejemplo, no se estaba dibujando a sí mismo, ni mucho menos. Tampoco dibujaba al hombre en general o algún aspecto cultural del mismo. Dibujaba una unidad nerviosa elemental, capaz de transmitir impulsos eléctricos. Este mismo análisis se puede realizar respecto a la célula, el cáncer, el SIDA o el virus de la gripe. No en vano, las facultades de medicina están llenas de profesores de anatomía, fisiología y otras tantas asignaturas, pero no se suelen encontrar profesores de historia, ciencias políticas, economía, psicología o filosofía. Nuestro sistema educativo superior incorpora la visión que identifica la medicina con la ciencia natural en la planificación de los estudios. Si la medicina es una ciencia natural, asumiremos que el paciente es un objeto de estudio, un cuerpo con unas características que pueden expresarse en indicadores científicos, capaces de orientar el diagnóstico y el tratamiento correspondiente.
Frente a esta actitud positivista y materialista, resurge inesperadamente cierta reacción que podríamos incluso tildar de "espiritualista". No sé si tenemos alma o espíritu, pero incluso al más materialista le incomoda que su médico le trate sólo como un cuerpo, como un simple objeto de diagnóstico y/o tratamiento. En las últimas décadas ha ido cobrando fuerza la perspectiva de la bioética, y una de sus ramas es la ética médica. Resulta que, desde esta perspectiva, lo que ocurre dentro de una consulta no es un hecho objetivo, un "hecho científico", sino que se trata de un "hecho humano", que puede incluso acompañarse de ciertas características morales. En medio del debate sobre el estatuto científico de la ciencia, he llegado a escuchar a médicos decir que la suya es una disciplina "humana", una ciencia en la que el hombre se estudia a sí mismo, y que la moral juega un papel importante en la práctica médica. ¿Con cuál de las dos perspectivas nos quedamos" ¿Existe una única medicina y tenemos que asignarla a uno de los "cajones" tradicionales de la ciencia" ¿O es posible establecer distinciones entre diferentes tipos y ramas, y existirían entonces partes de la medicina que son ciencia natural y otras partes que son ciencia humana" ¿Cómo equilibrar y ajustar esta postura"
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