El célebra título de Primo Levy nos pone sobre la pista de que todos somos "potencialmente" peligrosos. Los ejemplos de la historia son, sin duda, mucho más crueles de los que podríamos poner basándonos en la experiencia personal. Pero al final, terminamos aprendiendo que aquello de que todo el mundo es bueno está un tanto alejado de lo que somos. Antes o después, todos nos hacemos daño... al menos alguna vez.
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