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Un acontecimiento histórico

¿Quiénes son los protagonistas de la historia?
La semana pasada hemos podido escuchar que en los próximos meses todo el planeta asistirá a un acontecimiento histórico. Las reacciones han sido muchas y muy diversas, y no es plan de seguir ahondando en la herida. A fin de cuentas, cualquiera puede decir una estupidez en algún momento de despiste, aunque la lleve escrita en un papel. No obstante hay un aspecto que puede darnos que pensar: el concepto mismo de "acontecimiento histórico" (o planetario, tanto da) parece presuponer que la clase política es, en nuestro tiempo, la principal protagonista de la historia. Desde este punto de vista, la historia es la sucesión de reyes, guerras, conflictos, gobernantes. Habría una clase dirigente que toma las decisiones más relevantes para la humanidad, sin que las opiniones, decisiones o acciones de la gran mayoría de la población tengan mucho que decir al respecto. Tú y yo nos levantamos cada mañana, acudimos a nuestros trabajos, pagamos nuestros impuestos y cada cierto tiempo acudimos a las urnas, a diluir nuestro voto en la anónima masa social. Nuestra vida pasa en las menudencias de la hipoteca, la luz y el gas, pero no ocupamos ningún puesto de responsabilidad, ni somos factores dinámicos de la sociedad como para que podamos formar parte de un acontecimiento histórico. En resumidas cuentas: la historia pasa ante nuestros ojos sin que podamos tocarla, tan inmersos en la misma como alejados de su cuadro de mando.

La Historia (así, con mayúscula) es entonces el devenir del poder, y en eso parecen andar metidos nuestros dirigentes. Cuánto hablan de la ciudadanía, de lo mucho que se interesan por nosotros y nuestros intereses, pero qué pronto asoma su verdadera visión: más de seis mil millones de seres humanos importan un carajo, en comparación con la coincidencia del señor X y el señor Y en sendos puestos de poder. Fue curiosamente Marx (algunos le indentifican aún como el fundador del socialismo, paradojas del destino) el que propuso invertir la visión de la historia: es un juego de poder, desde luego, pero no tiene lulgar en el terreno de las ideas, de la nobleza o de los partidos políticos, sino en el terreno económico. La visión marxista de la historia creó escuela: no son pocos los historiadores que se han fijado no en los gobernantes, sino en los gobernados. Cómo viven, cuánto trabajan, qué comen, cuánto viven. Estos son los indicadores verdaderamente relevantes de la historia, y no si ocupa tal o cual palacio fulatino o menganito. La historia de nuestro tiempo se escribiría, entonces, a partir del euribor, del P.I.B., del I.P.C., la renta per cápita, o las estadísticas del paro. Todo ello sin olvidar las cifras de hambre en el mundo que, esas sí, son planetarias.

Más cercana a lo cotidiano está la propuesta unamuniana de la intrahistoria. Quizás con menos pretensiones filosóficas que el marxismo y desde una óptica literaria, Unamuno propone que todos hacemos la historia y que no existe una Historia que no incluya "nuestra historia", lo que nos pasa, los pequeños detalles de la vida diaria, de todos los que jamás estaremos al frente de ministerios o gobiernos. El acontecimiento planetario no es tal. La exclusividad u originalidad del momento queda repartida a lo largo de un tiempo de miles de años, poblado por miles de millones de voces calladas, a las que el poder jamás escuchó. Contar su vida es la misión de esta intrahistoria, en muchos sentidos más auténtica que ese viejo teatro del mundo en el que juegan su papel reyes y presidentes. Marx, Unamuno, Kant, Hegel... y de fondo toda una sociedad, que respalda y alienta al sistema político que lo gobierna. Porque hay un dato que no se puede olvidar: cuando cambian los ministros y los gobiernos, hay muchos millones de ciudadanos que cumplen con sus obligaciones laborales, que sustentan el sistema económico y que son los que, les guste o no a los políticos, dan el tono moral, político y cultural a un país. Nunca se ha paralizado ni un sólo centro educativo por el cambio ministerial o por unas elecciones, y lo mismo ocurre en empresas, hospitales y fábricas. Nosotros producimos, pagamos y votamos. Ellos son, en cambio, los protagonistas de la historia. Al menos así lo ven algunos responsables de nuestro país. ¿Alguien puede ayudarnos a definir la historia" ¿Quiénes son sus protagonistas" ¿Qué es un acontecimiento histórico"

¡Escribiste "carajo"! Sin lugar a dudas, ese es un acontecimiento histórico genuino.

¡Hola! No sé yo si escribir "carajo" es un acontecimiento histórico genuino. Si me oyeras hablar todos los días no te resultaría tan curioso ;D ¡Saludos!