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Un positivismo larvado

Sobre el origen del comportamiento moral
Eduard PunsetNadie va a poner en duda a estas alturas la valía de Eduard Punset y su tarea de divulgación a través de su programa Redes. Sin embargo, hay algo que no puedo compartir en el planteamiento general y en algunas de sus ideas. De hecho, la crítica ya la planteé por aquí hace unos meses: me da la sensación de que desprecia la filosofía (jamás leí un cumentario favorable hacia los filósofos en sus textos) y, sin embargo, suele meter la pata (al menos desde mi perspectiva) cuando se adentra en terrenos más propios de la filosofía que de la ciencia. Su formación científica y su especialización le han podido llevar a un desprecio de la filosofía, que jamás produjo leyes generales, ni teorías, y mucho menos una tecnología aplicable. Su defensa a ultranza de la ciencia (la cual comparto, aunque tendría que matizar) le lleva a anular o invador otros campos de investigación que si bien no son científicos (en el sentido "fuerte" de esta palabra) sí que pueden ser valiosos. Veamos el último ejemplo: el origen del comportamiento moral.

En el último artículo que he leido (¿Qué nos hace tomar decisiones"), publicado en XLsemanal el día 2 de diciembre, pone el ejemplo del juego del ultimátum, y trata de explicar cómo es posible que, frente al propio interés que predice la economía, el ser humano está dispuesto a sacrificar un posible beneficio si lo considera injusto (es decir, a veces actuamos en función de nuestras valoraciones morales). A continuación afirma Punset: "De ahí a sugerir que existe un programa moral innato no hay más que un paso que muchos científicos están ya dando". El intento de "naturalizar" o "biologizar" la moral es ya conocido: ahí está el gen egoísta de Richard Dawkins. Pero resulta una falta de rigor muy sospechosa que Punset quiera ver en la elección de un ser humano adulto la expresión de "un programa moral innato". Olvida el señor Punset años y años de educación, tanto formal como no formal. La moral puede tener bases biológicas, desde luego, pero eso no implica que la familia, la sociedad y la cultura en que el individuo se desarrolla tienen mucho que decir al respecto. Algo que sí ha probado la neurobiología: las experiencias que vivimos modelan y troquelan también nuestro cerebro. Son siglos de civilización, de educación, de productos culturales que pueden dejarse de lado desde ese positivismo (probablemente tan bienintencionado como ingenuo) que está tan de moda y se publica en los medios.

La fe en la ciencia llevada al extremo conlleva también sus peligros. Los propios científicos lo saben y lo predican, aunque no sé sin con un pleno convencimiento. El integrismo cientificista que acompaña a todo positivismo termina triunfando, se están dejando de lado reflexiones de importantes científicos, como las del mismísimo Einstein, o de filósofos como Popper. De manera que aunque no sea políticamente correcto y me arriesgue a llevarme una reprimenda por parte de los millones de seguidores de Redes y de Punset, creo que ya va siendo hora de sacar este tipo de cuestiones a debate. Hace décadas que en filosofía sabemos que la ciencia no tiene la última palabra sobre todas las cuestiones. Lo saben los filósofos y los científicos. Desmontar el mito de la ciencia (y por qué no, valorar las disciplinas que no son científicas) es uno de los mejores favores que podemos hacerle. Y no estaría de más que Punset, desde su posición de privilegio y responsabilidad, diera un paso adelante en este sentido.

Me parece estupendo sacar estas cuestiones y afrontar debates. Me parece, sin embargo,, que a Punset hay que verlo (leerlo), y mi impresión es que él mismo lo fomenta, con un cierto "excepticismo larvado". Algo que parece compartir su propia cadena de televisión. He visto, quizás porque me interesaban, programas suyos más cercanos al análisis de los procesos de aprendizaje que a los genéticos, o a esa neurobiología que mencionas, lo que no quita que la sobredosis de ADNs y sus derivados que conlleva hoy la divulgación científica nos regale genes egoístas y "genealogías de la moral"... ( si Nietzsche levantara hoy la cabeza...) (Conste aquí que mis conocimientos filósoficos datan del bachillerato en un colegio religioso de Jaén en los años 70)

Efectivamente, a menudo se ha hablado de procesos de aprendizaje... subordinados (creo) a la neurobiología. En alguno de sus programas se explicaba cómo se podía adaptar la enseñanza a la estructura y capacidades del cerebro humano en cada una de sus etapas. Recuerdo que utilicé fragmentos de ese programa en una presentación sobre nuevas tecnologías, y también se podía detectar cierto positivismo.

Me parece muy interesante el artículo. Mi opinión sobre Punset no es precisamente buena. Creo que el mejor favor que hace a la divulgación científica consiste en las aportaciones de sus invitados, en el programa. Por lo demás, la divulgación científica, como cualquier "divulgación", no es tarea fácil, porque exige el esfuerzo del receptor. Desconfío de lo que me ofrecen como tal y no me exige esfuerzo... Y lo que publica Punset... no me exige ninguno. El tratamiento de cuestiones científicas que hace en los libros que he leído de él roza lo inmoral: no hay mejor forma de traicionar lo que dice un científico que sumirlo en un maremágnum de opiniones científicas, a veces opuestas (pero sin sañalarlas como tales), a veces contradictorias. Pero lo peor llega cuando, revestido de opiniones de científicos ilustres, vende al lector no avisado sus opiniones, no necesariamente científicas (él no es "científico" por formación, al menos si se aplican los criterios de Bunge, por ejemplo) y sí interpretativas, "filosóficas" (en el peor sentido de la palabra), opiniones presunta pero falsamente basadas en lo dicho por sus invitados. Por supuesto, la persona que no comparta lo que digo tiene todo el derecho a exigirme "pruebas". Algunas las he señalado en mi blog. Sería muy largo e improcedente exponerlas aquí, pero les aseguro que las hay. Sinceramente, me parece que REDES es aprovechable, pero sus acríticas publicaciones más me recuerdan un mercado que una verdadera divulgación científica. Un saludo.

Suscribo lo que comentáis y el desprecio por todos los filósofos y por los científicos serios. En su "El alma está en el cerebro", del que ya leí una crítica en el blog de Illaq, con el que coincido plenamente en su comentario, dice literalmente: "Descartes imaginó una estructura que llamaba 'la red extensa'" (pág.21, 5ª ed.) Ahí lo dejé decorando una estantería, escondido detrás de uno de Gardner. Saludos.

hola amigos, y perdon... leo continuamente su página -la sigo por feeds- y son padrísimas sus elucubraciones filosóficas -yo la estudié, eclesiasticamente-; y me disculpo porque a propósito del positivismo no me pude contener agregarles este vínculo para que le echen un ojo: http://videos.eluniversal.com.mx/paginas/videosdet4751.html ¡gracias!

Punset no es científico ni hace ciencia. Tiene la suerte de poder conocer a grandes científicos, les escucha y luego escribe libros de autoayuda. La ciencia es algo mucho más serio que lo que hace Punset (y no implica, por cierto, el desprecio de la filosofía). Tu problema Miguel es que valoras a Punset como si fuera científico y no lo es. A los científicos de verdad sí nos interesa la filosofía.

Soy estudiante de filosofía y estoy totalmente de acuerdo contigo. Pese a creer que Redes es un programa bastante bueno (al menos, comparativamente hablando), no puedo evitar esa sensación de la que hablas (la de desprecio hacia la filosofía) cada vez que lo veo. Además, me gustaría añadir que establece y difunde una imagen de la ciencia y del científico que tiene poco que ver con la realidad. Por cierto, me he tomado la libertad de menearte el post.

Punset estudió derecho y su contribución a través de sus palabras ó prosa a la divulgación de la ciencia es dudosa y poco rigurosa. Su logro está en haber conseguido mantener el programa Redes y en haber dado voz a los expertos que en ellas hablan.