Democracia y populismo
Todos somos demócratas. Unos más y otros menos, pero quién no se define hoy como demócrata. Aunque hayan pasado ya varias décadas, aún duelen en la memoria los experimentos antidemocráticos de diverso signo que han jalonado el siglo XX. Asociamos la democracia a valores como la libertad y la dignidad y solo por esto nos merece una mejor consideración que cualquier otra alternativa. El problema está en que todo esto es una convicción que duerme ahí, en el fondo de la sociedad y seguramente en el de más de una cabeza pensante.