

Pese a esto, deberíamos mantenernos bien atentos a las críticas, que han llegado a asimilar a Platón a los estados totalitarios, al comunismo y al nazismo. La exageración es a menudo uno de los pecados de la equilibrada filosofía. Y es que argumentar que el sistema político de Platón no valora demasiado las libertad individual entra dentro de lo correcto. Identificarlo con cualquier sistema totalitario (igual da nazismo que comunismo, para muchos de sus críticos) es una auténtica brutalidad filosófica y conceptual. Entre otras cosas porque estos sistemas no se caracterizan principalmente por anular la libertad, sino por la acumulación de poder en un solo foco, y por la degradación del ser humano. En todos ellos, la dignidad humana queda reducida a la más mínima expresión.. Frente a esto, es difícil encontrar un solo pasaje de la República en el que Platón abogue por degradar al ser humano, o en el que no defienda ardientemente la justicia como uno de los valores esenciales de la política, algo que cualquier sistema totalitario ignora completamente.
La valoración del ser humano (¿acaso ninguno de sus críticos se ha dado cuenta de que el humanismo renacentista tiene como trasfondo a Platón") y la defensa de la justicia alejan a Platón de cualquier totalitarismo moderno. Pero hay más motivos que deberían darnos que pensar. Nuestros sistemas políticos favorecen la libertad, se nos dice. No hace falta rascar mucho en esta idea para darse cuenta de que puede jugar un papel ideológico: ¿quién el el verdaderamente libre" Amartya Sen (premio Nobel de economía) ha defendido que no existe libertad sin unas condiciones económicas elementales. Consecuencia: la libertad tiene las alas muy cortas para varios miles de millones de personas. Todos los que criticaron a Platón por ser totalitarista y por el hecho de que el estado escoja por el individuo parecen preferir este orden nuestro en el que el mercado y la economía mundial elijen por lo individuos. Que en nuestra sociedad (y subrayo lo "nuestra" hay más libertad que en la utopía platónica parece aceptable. Que podamos extrapolar eso a nivel mundial no. Y que los profetas de la libertad se carguen a Platón, tampoco.
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