En el curso de la conversación saltamos del ejemplo de los ponentes a los profesores. Las nuevas tecnologías, se comentaba, son una máscara para esconder la mediocridad. Si un profesor no es capaz de mantener la atención de sus alumnos durante la mayor parte de la clase una estrategia de huida es recurrir a la tecnología: presentaciones con diapositivas, pizarras digitales, videos descargados de internet o directamente la proyección de páginas web. Estrategias y recursos, se decía, para no tener que dar la cara, para que los alumnos no se den cuenta de nuestras propias carencias y deficienciencias. Con la expansión de las nuevas tecnologias y la tecnologización de la enseñanza estamos dejando de lado habilidades que se habían venido considerando características y propias de todo docente. Tenemos una enseñanza más tecnológica, pero con peores profesores que cada vez necesitan más "aparatos" en clase para "entretener" a los alumnos. La enseñanza se convierte en espectáculo.
Evidentemente, uno no puede evitar darse por aludido cuando se hablan estas cosas. El ejercicio de autocrítica es en este ámbito muy necesario. No creo que un profesor sea peor por el hecho de utilizar las TIC, pero sí que lo es cuando esas tecnologías no son enriquecidas con contenidos y actividades valiosas y de interés que no puedan realizarse dentro del aula real. Si las TIC nos sirven como excusa para no desarrollar nuestra materia, si revoloteamos a su alrededor justificándonos en nuestra propia experimentación estamos perdiendo el tiempo y lo que es peor, se lo estamos haciendoselo perder a nuestros alumnos. Las TIC no pueden ser la máscara que esconda nuestras posibles lagunas o nuestra mediocridad. El dominio de la propia material y el conocimiento de nuevos materiales y contenidos es, a mi juicio, más importante que la tecnología que utilicemos en el aula. Y, en igualdad de condiciones, considero mejor profesor de filosofía a quien ha leído 100 libros (pongamos por caso) y no utiliza las TIC que a quien por integrarlas en el aula sólo accede a la mitad. ¿Dónde está el término medio" ¿Cuánto tiempo dedicar a la tecnología y cuánto a nuestra materia" Son preguntas importantes, que deberíamos plantearnos, porque nuestros propios compañeros empiezan a vernos el plumero...y ya hay quien dice que el rey de las nuevas tecnologías anda desnudo por la calle.
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