Pese a todo no quiero convertir la anotación de hoy en un lamento personal. Lo que sí pretendo es poner de manifiesto la nula promoción del profesorado. Aquel que pase a formar parte como un número más del cuerpo de profesores de enseñanza secundaria puede contar con la absoluta seguridad de que se jubilará como profesor de enseñanza secundaria. ¿Que dedica parte de su tiempo a experimentar con las TIC en su área" Excelente. Sus retribuciones y su reconocimiento oficial será exactamente los mismos que reciben aquellos que ni siquiera se preocupan de navegar por Internet buscando recursos para su asignatura. ¿Que emplea su tiempo a cursos de formación o a la elaboración de una tesis doctoral" Fabuloso. Nada le distinguirá del compañero que lleva quince años utilizando el mismo material didáctico. Si por casualidades del destino, el ingenuo profesor novato estudia idiomas, recibirá la inestimable recompensa de ser integrado, quizás, en un programa de enseñanza bilingüe, sin contrapartida alguna. El estímulo a la formación, la innovación y el perfeccionamiento del profesorado en este país es inexistente, dato que choca con la innumerable legislación que deja de lado a uno de los integrantes esenciales de todo sistema educativo.
La crítica habitual del apoltronamiento del profesorado olvida una causa de dicho fenómeno: la ausencia completa de incentivos para que el profesorado se siga formando, innove, mejore. La máxima aspiración del profesor que comienza tiene muy cortas miras: ir cumpliendo trienios y sexenios para cobrar una cantidad mayor al mes. Y ya. Nada que invite a los profesores a investigar con las TIC, nada que premie su participación en proyectos bilingües, ninguna mejora profesional. Absolutamente nada. Con este panorama, no es de extrañar que un grupo no insignificante se canse de un sistema que ignora la tarea docente, y dedique a su trabajo el tiempo y esfuerzo estríctamente necesarios. La administración fagocita el trabajo de los iluminados que gastan tiempo, dinero y esfuerzo en aprender. No los reconoce, pero los utiliza. El profesor que antes daba clase en castellano, ahora lo hace en inglés en algunos centros. ¿Coste del bilingüismo" Cero euros, a no ser que contemos con los costes de los cursos de formación. Las nuevas tecnologías: miles de internautas extraen recursos de páginas web que carecen de apoyos institucionales. ¿Coste" Los equipos informáticos, sus autores son prescindibles. El profesorado trabaja gratis, no necesita reconocimiento y mucho menos promoción. A ver qué se han creido los profesores...
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