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¿Existe alguna relación entre el llamado "nivel educativo" y el fracaso escolar?

Una de las expresiones más empleadas por el discurso educativo (sin importar que sea "oficial" o "alternativo") es la de "nivel educativo". Entre las ideas más extendidas está también la que acusa a la L.O.G.S.E. de haber reducido drásticamente el "nivel educativo" del país, y de estar en el origen del desorbitado índice de fracaso escolar de nuestro país. Habría que decir, para empezar, que no se sabe muy bien qué es eso del "nivel educativo": de una manera difusa parece referirse al grosor de los libros, a la cantidad de conocimientos teóricos estudiados, a los criterios de promoción y titulación o a otras cuestiones más o menos secundarias. A veces, de hecho, oir a algunos compañeros hablar del bajo nivel educativo de nuestro sistema parece ser sinónimo de "cómo han bajado el número de horas semanales de mi asignatura" o "en qué lugar han quedado las asignaturas de mi departamento". Pero dejemos de lado intereses particulares: uno de los mayores lugares comunes del discurso educativo consiste en culpar al bajo nivel educativo del fracaso escolar.

La situación es especialmente paradójica por parte de los que critican el sistema actual: si fuera verdad que la L.O.G.S.E. supuso un bajón en eso que llamamos "nivel educativo" y andamos con un treinta por ciento de fracaso escolar, tendríamos que preguntarnos muy seriamente qué pasaría si pusiéramos más dificultades para superar las distintas asignaturas y lograr pasar de curso u obtener el título en su caso. Quizás podríamos estar ante una de esas situaciones en las que causa y efecto se confuden: quien sabe si parte del fracaso escolar se debe, pongamos por caso, a lo fácil que resulta titular y pasar de curso para un alumno medio, y a la desmotivación que, en este sentido, transmitiría el propio sistema. Si así fuera, la solución para el fracaso escolar sería relativamente sencilla: introducir una mayor rigidez en los criterios de promoción y titulación, y aumentar la exigencia de cada una de las asignaturas, fundamentalmente a través de los criterios de evaluación. ¿Acaso es tan fácil arreglar nuestro sistema educativo"

Los que vivimos dentro de la educación sabemos que no es así. Sabemos, por ejemplo, que muchos de los alumnos que se quedan por el camino y que forman el grueso principal de ese índice de fracaso escolar, llevan consigo problemáticas sociales y familiares. De la misma forma, cierta flexibilidad en los criterios de promoción y titulación permite que un porcentaje significativo de alumnos pueda progresar en sus estudios llegando a la universidad o a los ciclos formativos con ciertas lagunas. La cuestión a debatir sería qué contenidos (o competencias) mínimos habría que exigir a un alumno universitario o a quien desea realizar un ciclo formativo. Todo esto enmarcado en una sociedad como la nuestra, en la que hace tres décadas, no lo olvidemos, muchos alumnos abandonaban sus estudios de forma prematura, y el "alto nivel" del sistema podía mantenerse precisamente pagando el alto coste social de tener un amplio grupo sin la formación más elemental, con otras consecuencias como la saturación de titulados universitarios que hemos sufrido después. ¿Hasta qué punto podemos entonces "culpar" al nivel educativo del fracaso escolar"

Las evaluaciones internas de los alumnos del ministerio no dicen que cada vez sepan menos. Lo que pasa es que se saben cosas diferentes y que cada profesor solamente ve su asignatura, lo que pierde y no lo que gana el conjunto. Estos discursos proliferan desde Sócrates, si cada vez la juventud estuviera peor seguiríamos en las cavernas. Totalmente de acuerdo con el último párrafo

Quizás nosotros no sepamos lo que es el “nivel educativo” o el “nivel económico”, y lo podamos confundir, con el posible grosor de los libros o de las monedas. Pero en fin, preguntemos a las personas que se formaron hace 20 años o a los actuales parados de larga duración, y a lo mejor, ellos si entienden lo que se quiere decir con dichas expresiones. Ya saben, la ignorancia es muy osada, y esos malditos ignorantes, lo son. ¿Poner más dificultades para superar las distintas asignaturas? Si poner dificultades a un alumno significa que cuando termine su enseñanza obligatoria sepa, por ejemplo, las capitales Europeas o escribir sin faltas de ortografía, pues en fin, yo ya no entiendo absolutamente nada. Por supuesto que todos sabemos que muchos de los alumnos que se quedan por el camino llevan consigo problemáticas sociales o familiares (supongo que como en Japón, Alemania o Suecia) y que debemos ayudarlos, y no como en el sistema anterior, en que se los dejaba de lado (o al “final” de la clase). Pero esa flexibilidad no debe de ser generalizada. Si hay algo que me irritaba sobremanera en las evaluaciones era cuando le tocaba el turno a un alumno que había aprobado todo. La únicas palabras que se escuchaban eran: “Rápido, rápido, el siguiente”. Pero es que aún me irritaba más cuando le tocaba el turno al alumno que no aparecía por clase y lo suspendía todo. Entonces, las únicas palabras que se escuchaban eran: “Es una pena, porque, es tan inteligente.” Yo no sé a ustedes, pero a mí, los alumnos más inteligentes eran los que lo suspendían todo o los que yo denominaba alumnos-bomba (te dinamitaban la clase). Casualmente, los que se esforzaban y estudiaban, nunca estaban entre los mejores estudiantes. En fin, vivir para ver. Tengo amigos que son profesores Universitarios, y el diagnóstico que realizan sobre el nivel educativo de los alumnos que alcanzan dicho nivel, es desolador. Cada vez llegan menos preparados. Es decir, cada vez saldrán, peores médicos, abogados, etc. Pregunten ustedes cuál es el nivel en la actualidad para aprobar las oposiciones a Judicatura con respecto a unos cuantos años atrás, y así, en las respectivas áreas. Vamos a ver, todos los alumnos no tiene porque asistir a una facultad de economía o de derecho, pero el que lo haga, tiene que tener un “alto nivel”. Bueno, al menos, si queremos ser un país competitivo. De muy pequeño aprendí, aunque no era del todo consciente de ello, que había algo peor que ser “malo”, y era, ser un mediocre. Y lo siento, pero como sigamos con este sistema educativo, nos vamos a convertir en un país de mediocres. Eso sí, democrática e igualitariamente mediocres. Un Saludo

Concebía Zubiri la Historia como una transmisión tradente. Es decir, como una transmisión de tradiciones. Y lo que se transmitía eran diferentes formas de estar en la realidad y de afrontarla. Pero además consideraba que dicho proceso histórico no tenía porqué conllevar un progreso. Existían progresiones y regresiones. No se trata de que si cada vez la juventud estuviera peor seguiríamos en las cavernas. Eso sería tanto como considerar que da igual el sistema educativo, total, siempre va a ser mejor, ya que si la juventud estuviera peor seguiríamos en las cavernas. No, un sistema educativo puede acabar con muchas generaciones, como igualmente, puede potenciarlas. El sistema educativo, en la Rusia Comunista, acabó con toda aquella magnífica generación de literatos, pintores y científicos. Como igualmente, aquel sistema franquista, acabó con toda aquella generación de literatos, pintores y científicos. Por cierto, el que una cosa sea mala o mejorable, no significa que lo que venga detrás, tenga que ser mejor. Un Saludo

[...] ¿Existe alguna relación entre el llamado "nivel educativo" y el fracaso escolar? boulesis.com/boule/nivel-educativo-y-fracaso-escolar/  por personare hace 2 segundos [...]

Bueno como docente (de México)me doy cuenta de que padecemos de lo mismo: fracaso escolar. Creo que hay dos cuestiones básicas para entender lo que puede estar pasando que son la calidad de los maestros, para que comprendan el fenómeno educativo considerando a la persona que aprende y (en educación inicial o básica), a la calidad moral del padre de familia: su compromiso de hacer valer al docente como el tutor que les ayuda en la educación de sus hijos y no al que hay que hay que hacer valer menos por los errores que comete...