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¿Gracias por nada?

¿Una acción moral o una muestra de servilismo?
"Quiero dar las gracias a todo el público y toda la gente que hace posible este torneo y que permite que pueda ser el mejor torneo del mundo"

Rafael Nadal "muerde” su sexta copa en Roland GarrosEsta frase, o una muy similar, forma parte del acontecer protocolario de cualquier competición. Todos hemos escuchado alguna vez la coletilla: "de buen nacidos es ser agradecidos". ¿En todo momento y ocasión" ¿Incluso aunque no haya motivos para el agradecimiento" Vamos al caso: Rafa Nadal pronunció este agradecimiento hace dos días, después de ganar su sexto título en Roland Garros. El gesto ha despertado incluso la admiración de amigos, periodistas y compañeros: el campeón daba las gracias a un público que le ha vuelto la espalda durante años, y de una manera especial en la edición en curso y con más intensidad en la final. En París, el tenista español siempre tiene un enemigo más que el resto: el público, que censura aciertos y llega incluso a aplaudir errores. Y después del sarcasmo, la humillación y el desprecio, llega el agradecimiento. ¿Cuál es el significado moral de este gesto" ¿Se trataba de un agradecimiento sincero o de una sencilla pose" ¿Podemos sentir agradecimiento incluso ante aquellos que no desean nuestro bien y hacen todo lo posible para que no logremos nuestros objetivos" Un sencillo gesto deportivo, que nos sirve para una pequeña reflexión moral.

Cabe interpretar, en primer lugar, que el agradecimiento de Nadal es sincero. Cualquier torneo deportivo es mucho más que el público: puede que el gran campeón sienta el afecto de todos, desde el recogepelotas hasta el director del torneo. Y puede que la actitud del público sea, en este sentido, un factor más a sumar con el resto. Quizás se sienta allí mucho más cómodo que en cualquiera otra competición de las que jalonan el largo año del tenis. Y cabe aún ir más allá: la toma de partido del público puede ser incluso un factor motivacional a mayores. Así funciona también la psique humana en el deporte: cuanto mayor sea la adversidad, más espoleado se puede sentir el deportista para luchar por su objetivo. Pero probablemente no sea este el sentido que Nadal quiere dar a sus palabras. En su agradecimiento se ha querido ver un gesto de la más alta moralidad a la que puede acercarse el ser humano: dar las gracias a quien desea tu derrota es un detalle que honra al campeón, y nos presenta esa acción como totalmente desinteresada. Se trataría de una acción por deber, en el sentido kantiano de la expresión.

Pero caben también otras formas de afrontar el detalle. Desde un punto de vista racional, el agradecimiento tiene sentido como respuesta a un favor o un beneficio que alguien nos ha hecho. No parece ser el caso, cuando el público de la final aplaudía los errores del jugador. El agradecimiento sería, entonces, absurdo. Y no cambiaría mucho la respuesta si lo miramos desde la perspectiva emocional: los abucheos y la alegría ante el error no pueden provocar precisamente una alegría interior. ¿Por qué mostrar entonces agradecimiento tras la victoria" Nietzsche diría que esta manifestación de humildad es decadente y borreguil. No se hace lo que se quiere, lo que se siente, sino lo que nos han hecho pensar que hay que hacer. Lo suyo hubiera sido, más bien, mostrar la fortaleza del campeón, hacer ver al público su clara inferioridad. ¿Tiene razón Nietzsche o nos situamos más del lado kantiano" ¿Acaso Nadal, con su actitud, le dio un buen revés al irracionalismo y al vitalismo" ¿Es positiva esta actitud de humildad en el deporte y en la vida, o es un síntoma de servilismo y debilidad" A ver si algún "forofo" del tenís se anima a dar su opinión...

Si yo me pusiera en su lugar hubiera dicho "Gracias a la gente que me ha apoyado y a los que no lo han hecho también, porque me ha dado más fuerzas"... o algo así. Porque sí es verdad que hubo mucho gente que le pitó y celebró sus fallos, pero también hubo otra (minoritaria), que le animó. Creo que Nadal, fue políticamente correcto, dijo lo que querían escuchar, lo que pasa que viene muy a cuento, algo con lo que yo, no estoy de acuerdo. Y es que cuando ocurren este tipo de sucesos, te dicen "hay que que ser un caballero, mostrar el señorío". ¿Caballero con quién?. ¿Con alguien que te pita, aplaude tus fallos, incluso te pita, porque señalas una bola que se fue fuera?. No digo que te pongas a desproticar contra todos los franceses, pero sí al menos hacerles ver, que no le ha gustado su actitud, contra él, y contra todo lo que huela a español. Saludos.

Buenas noches; hombre, habría que matizar que el público no despotrica por despotricar, ni abuchea sin más, sino que expresa una opinión al hacerlo; al público le pareció la bola buena, y también que quería seguir viendo un buen tenis;no sólo....y es incluso de agradecer, como lo hace Nadal, dando a entendernos que el espectáculo, es de todos. El público dicen que es sabio en estos casos; voy a poner un ejemplo bastante antiguo que Nietzsche a su vez pone en "La lucha de Homero"; cuando Alejandro taladra los pies de Batís y ata su cuerpo a las ruedas del carro para escuchar las burlas de los soldados, no lo hace sin intención de elevar la moral de sus soldados; esto ya lo hizo Aquiles con el cuerpo de Héctor, pero no es una mera caricatura lo de Alejandro; tiene rasgos de ofensivo y cruel; pero lo hace para ganarse el derecho antiguo y, hoy es muy parecido en el deporte,a ganar dejando correr toda la corriente de su "odio" al rival mientras el partido dura; es algo intrínseco al juego, para justificar la victoria; Nadal debiera haber sido más ofensivo en su juego; si no se hiciera así, parecería una victoria insulsa e incluso injustificada. Esta es la tensión de las esculturas griegas y lo es de los deportistas. Nadal ganó a su adversario con una precisión absoluta. Lo que piense el respetable tiene un fondo muy interesante y entra en el juego. O sea que Nadal, nada de servilismo en el juego, y hace lo que tiene que hacer y decir después, es un simple formulismo, lo interesante es el juego. Es homérico, nada oscuro ni horrible; todo lo vemos. De servilismo nada.

¡Saludos! Estoy de acuerdo con la visión que has dado, Ruben. Pero hay unas preguntas que te formulas, concretamente, y cito tus propias palabras: Y es que cuando ocurren este tipo de sucesos, te dicen “hay que ser un caballero, mostrar el señorío”. ¿Caballero con quién? ¿Con alguien que te pita, aplaude tus fallos, incluso te pita, porque señalas una bola que se fue fuera? No, en primer lugar, con quien hay que ser un caballero es consigo mismo. El señorío no se demuestra porque un tenista acepte que la bola del contrario rozó la línea, y por tanto, fue “buena”. Porque ese tenista, pudo hacer lo que hizo, simplemente, para que dijese de él que es un perfecto caballero. Se es un caballero, porque uno se respeta en primer lugar a sí mismo, y porque es de caballeros respetar a los demás y a las normas del juego. Un caballero - y la más palpable y palmaria de las demostraciones es Don Quijote de la Mancha- hace en todo momento lo que debe de hacer (esta es la faceta Kantiana que resalta Miguel), independientemente de lo que hagan los demás,de sus burlas,de sus chanzas y de las consecuencias. Un saludo

Yo creo que es una muestra de elegancia situarse por encima de los abucheos del público y también una cuestión de interés, no olvidemos que Nadal tiene veinticinco años y todavía le quedan muchas visitas a París. ¿Para qué pegar una rajada? Te expones a ponerte al público en contra(aún más)añadiendo una presión innecesaria sobre ti en un deporte tan mental como el tenis. Un saludo.