El pasado mes de noviembre se realizó en las disitintas provincias de la comunidad la reunión de armonización de la P.A.U. Después de la prueba de junio expresé aquí mismo mi sorpresa ante un examen que rompía con criterios que se habían venido cumpliendo en convocatorias anteriores. En la reunión comenzaron explicando las estadísticas generales de historia de la filosofía en la comunidad. Porcentajes de participación (aproximadamente un poco más de un tercio de los alumnos), nota obtenida por los alumnos... Después llegó el turno de preguntas, y cuando expuse algunas de las ideas que expresé en la anotación del pasado junio, me respondieron aludiendo a la última reforma de la prueba. El caso es que hay criterios que puede que no hayan llegado a todos los profesores, entre otras cosas porque la asistencia a las reuniones de coordinación no es ni mucho menos masiva. Y el cambio esencial afecta a la tercera pregunta del examen.
Por lo que nos contaron en la reunión cualquier pregunta teórica de las que están escritas en el temario oficial puede aparecer en el examen, respetando la redacción literal que aparece en dicho temario. Así, se puede dar la circunstancia de que el texto sea de Kant, por poner un ejemplo, y la pregunta de teoría verse sobre Sto. Tomás. Lo cual afecta, por supuesto, a los epígrafes que no tienen texto: presocráticos, San Agustín, la revolución científica del renacimiento... todas estas preguntas pueden aparecer en el examen, independientemente del texto. Cuando consulté sobre la posible desorientación de los alumnos ante esta estructura, contestaron que la estructura anterior era menos clara, ya que había alumnos que repetían ideas y contenidos en la pregunta 1 (contexto histórico y filosófico), la 2 (términos o conceptos esenciales) y la 3 (desarrollo de teoría).
¿Por qué es posible que esta información no sea conocida por parte de todos los profesores. Hay varios motivos. En primer lugar, que las reuniones se realizan en el mes de noviembre, en fechas en las que en muchos centros se están realizando los exámenes de la primera evaluación. Este fue el motivo que me impidió acudir a la reunión del año anterior. Pero no es esta la única razón: hay profesores que piensan que estas reuniones no cumplen con la función correspondiente. Por un lado, ha habido años en los que la información en distintas provincias no era la misma, y por otro lado, somos los propios profesores los que convertimos las reuniones en un auténtico gallinero. Así que, aunque no sea esta ni mucho menos la página más adecuada para difundir este tipo de información, me ha parecido oportuno compartirla, no vaya a ser que algún profe desconozca este "detalle". Ya he manifestado en otras ocasiones mi desacuerdo con la estructura actual de la prueba y más aún con esta novedad, que viene a introducir una mayor complejidad. Creo que es poner una piedra más, por si ya tuviera pocas, encima de la filosofía, pero todas estas reflexiones son harina de otro costal. Al menos que alumnos y profesores vayamos a la próxima convocatoria con la mayor y la mejor información posible.
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