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Ecos de la selección natural

Propuesta de aplicación de la idea de Darwin al mundo de la cultura
Charles Darwin, autor de El origen de las especiesLa feria de la cultura ha puesto sus ojos sobre Darwin y el segundo centenario de su nacimiento. Lo fascinante de la teoría de la evolución es su sencillez: cuando hay problaciones de seres vivos que exceden los recursos disponibles, sólo los mejor adaptados sobreviven. Los estudios que respadan la teoría y los detalles de la misma (así como el posterior desarrollo de la genética) son mucho más complejos y aún hoy existe controversia científica en torno a ciertos aspectos de la teoría. Sin embargo, el núcleo central asombra por su maravillosa simplicidad. A esta característica hay que añadirle otra: la fecundidad de la intuición darwiniana, su capacidad para ser exportada y aplicada a otros campos de investigación. La idea de selección natural es un buen ejemplo de interdisciplinariedad: de una forma más o menos manifiesta mantiene relaciones con otras disciplinas, y ha sido aplicada a campos muy diversos, algunos de los cuales comentaremos a continuación.

Las referencias al darwinismo social son bien conocidas: basta con dejar indicado que pretende extender los presupuestos de Darwin al entorno social y económico, de manera que aquellos que ocupan puestos más bajos en la escala económica serían "inadaptados", deduciéndose tesis de carácter racista y excluyente. Sin embargo hay otras aplicaciones más escondidas que quisiera subrayar: pensemos, por ejemplo, en el arte y la literatura. Hay un presupuesto "darwinista" oculto cuando denominamos una obra del pasado como "artística" o cuando nos referimos a una obra literaria como "un clásico". Se entiende tácitamente que el mero hecho de que hayan llegado hasta nosotros le da un valor añadido a esa obra. Es decir: habría una "selección cultural histórica" que va escogiendo a lo largo del tiempo aquellas obras de arte que merecen un puesto especial en el Olimpo de los artistas. ¿Cabría decir lo mismo de ideas filosóficas y autores" Quien sabe: quizás exista una oculta batalla de las ideas y los pensadores, en la que unos logran vencer sobre otros sencillamente por su calidad.

Si nos paramos a pensar un poco, este tipo de interpretaciones no son estrictamente darwinianas, pero sí incluyen cierto tinte evolucionista: el mundo de la cultural, el arte y la filosofía también selecciona "lo mejor". Pese a todo, no está de más mantener cierto sentido crítico: al bendecir la selección natural da la sensación de que las perspectivas evolucionistas aprueban cualquier estado actual de cosas. Sea el equilibrio de las especies, el panorama cultural, o las valoraciones artísticas, literarias y filosóficas. Contradictoriamente hay una doble tendencia: por un lado el status quo es aceptable, fruto de un equilibrio en el que lo mejor ser conserva. Por otro lado, el concepto de evolución parece orientar nuestra mirada hacia el cambio y el progreso. Estáticamente el presente vive en equilibrio. Dinámicamente estamos sometidos a un cambio permanente, biológico, ecológico y cultural. ¿Es posible extrapolar la idea de selección natural al mundo del arte, la literatura o la filosofía" Si así fuera, ¿cómo explicar el rescate del pasado de autores hasta entonces desconocidos o ignorados, tan frecuentes en el mundo de la cultura" ¿Supone la selección natural una revisión del calificativo de "artístico", "clásico" o "filosófico"" A ver quien se anima a responder alguna de estas elucubraciones ultradarwinianas...

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