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La empresa educativa: quiero el ISO 9000

Mi reino por un sello de calidad
Está de moda: como una fiebre adolescente, se ha extendido entre personas que ocupan cargos de responsabilidad en el mundo educativo ir a la caza y captura de un sello de calidad, sea ISO 9000 o el nueve mil y pico que corresponda, que está regido por la Organización internacional de "estandarización" u "homogeneización" (tiene que haber una mejor traducción para "standardization", pero hoy no estoy para mucho cavilar...), o su representante española, la ENAC. El asunto es bien sencillo: se inicia un proceso burocrático-administrativo-psuedoeducativo que consiste en una auditoría externa del funcionamiento de un centro escolar. Si la auditoría es positiva, entonces se recibe el sello en cuestión, y de lo contrario, habrá que seguir el consejo que nos daban las tapas de los yogures (y de tantas otras chucherías) hace unos años: "Sigue buscando, hay miles de premios (o de sellos) reservados para tí". Claro que el proceso suele resultar positivo: el equipo directivo que inicie esta campaña de imagen va a invertir cierto dinero, por lo que pondrá también buena parte de sus recursos humanos al servicio de la auditoría. Por documentación, memorias, planes y proyectos, que no falte. A ver si, gastada una pasta, nos vamos a quedar sin el preciado ISO. Todo el proceso descansa sobre dos falacias enormes: aplicar al mundo educativo criterios propios del mundo empresarial, y una percepción falsa por parte de directivos (y de familias, habría que añadir) de la educación como negocio. Para empezar, es inconcebible pretender medir la "productividad" de la educación. Se trata de un proceso organizado por leyes, sí, pero que, en último término depende de la calidad (humana y docente) de los profesores, algo que ningún ISO puede medir en términos objetivos. Un buen centro educativo es el que cuenta con una buena plantilla, independientemente de que sea público, privado, concertado o desconcertado. Al margen, por supuesto, de que tenga hermosos patios, seguras instalaciones, 25 salas de informática, entorno wifi, o un polideportivo con capacidad para 25.000 espectadores. Por eso conceptos como "eficiencia", "productividad", "rentabilidad", "calidad" y otros tantos por el estilo no deberían tener cabida en el mundo educativo. Y no es que no quiera que me investiguen o algo parecido, sino que lo que van a investigar (y por lo que me podrían dar un sello, una medalla o un premio nobel, quién sabe...) no se corresponde con lo que es una buena educación, algo que depende de factores humanos alejados de las palabras entrecomilladas. Pretender comparar centros con alumnados dispares, en barrios dispares y con profesorados dispares (en su situación laboral, por poner un caso...) en un disparate. Una absoluta estupidez que, genera, eso sí, negocio para la empresas que, quizás sin tener ni idea de lo que es la educación, se encargan de realizar la auditoría. Pero claro, todo esto vende, que es de lo que se trata. Y el problema es que los padres caen en la falacia: identifican sello de calidad con calidad, y aunque suene paradójico, ese razonamiento no es bueno. Cada padre puede tomar la opción que quiera a la hora de llevar a sus hijos a un centro o a otro, pero hay algo que debería saber: en todas partes cuecen habas y la calidad de la enseñanza depende de algo casi sagrado que nadie puede tocar o, mejor dicho, medir: lo que ocurre entre las 4 paredes del aula, donde los alumnos y los profesores tienen que colaborar para que haya aprendizaje. Los centros educativos que presumen que tener tales o cuales sellos han dejado de ser colegios o institutos. Son empresas. Y si enfocan su gestión de un modo empresarial, quizás también traten a sus alumnos de un modo empresarial. Eficacia, eficiencia, calidad, rentabilidad... el que no encaje en el perfil de alumno "ISO 9000" puede encontrarse con dificultades. ¿Qué preferimos, que nuestros hijos vayan a un colegio o a una empresa" Difícil elección, sin duda...

Estandarización ya está aceptado por la RAE, pero si prefieres usar algo que no sea un anglicismo crudo, vamos a ver: Estándar, según el DRAE, es: 1. adj. Que sirve como tipo, modelo, norma, patrón o referencia. 2. m. Tipo, modelo, patrón, nivel. Así que una buena traducción para "standardization" pienso que sería "normalización".

No tiene desperdicio y, en mi opinión (que, evidentemente, solo tiene mérito para mí), el post da en el clavo. En su momento, tuve que participar en la "implementación" de un sistema de "calidad" de una universidad, inspirado en las ideas que señalas. Los "responsables" del invento eran del departamento de "márketing"... Recuerdo que se falsearon datos; por ejemplo, se dieron por válidas encuestas a las que habían respondido menos de 10 personas de una población de más de 500... Eso sí, con unos gráficos primorosos... Aunque por formación e interés tienda a lo "cuantitativo", me temo que no hay forma de abordar la verdadera calidad educativa si no es por medios "cualitativos". Son demasiados los aspectos que no podemos o no sabemos tratar de forma numérica y que ni siquiera son "normalizables". ¿Qué hace de alguien un "buen" profesor? ¿Cómo se mide la "satisfacción" de los alumnos? ¿Cómo se comparan los conocimientos y la competencia que muestran dos estudiantes? ¿Cómo se "mide" la capacidad de razonamiento? Las preguntas se sucederían casi hasta el infinito. En todo caso, buen argumento para la reflexión. Saludos

Para mi el mejor profesor es el que transmite el valor de aprender. El que transmite a sus alumnos que vale la pena aprender. Aquel que consigue motivar a sus alumnos en el proceso de aprendizaje. Ni por asomo el que consigue mejores resultados al momento. Sino aquel que lo llega ha hacer tan bien que el alumno mantiene las ganas de aprender para el resto de la vida. Y esto no es mensurable. Aunque se hiciera un seguimiento durante toda la vida de los alumnos no se sabría con exactitud hasta que punto lo ha conseguido. No porque llegan a ser personas de relevancia en la sociedad sera mejor profesor sino porque sus alumnos mantienen día a día las ganas por saber mas.

Me ha gustado vuestro comentario. Hoy en claustro nos han presentado "el modelo" y yo que me he sentido maestra toda la vida no he soportado la terminología de clientes, producto final...le sobran términos mercantilistas..!no estamos hablando de jamones! y creo que la reflexión y la mejora de la práctica educativa para que tus alumnos estén más motivados y aprendan algo es nuestra preocupación diaria.!Sí a la educación pero no al adiestramiento! Gracias mañana le daré vuestro artículo a mi director , creo que merecen una buena reflexión para por lo menos ser totalmente conscientes de dónde nos metemos

Prefiero que mis hijos vayan a un colegio que gestione sus recursos de manera eficaz, que sea capaz de detectar sus errores y disponga de mecanismos implantados en su organización que le permitan un cambio hacia la solución de los mismos. Esta filosofía nada tiene que ver con ser o no ser un buen profesor. Tiene que ver con la mejora continua. No me importa que por ello me llamen cliente. Con un SGC no se evalúa al profesor sino la prestación del servicio, a la organización, su capacidad para resolver de forma eficiente las situaciones que se derivan del quehacer diario. Un SGC implica un compromiso por parte de la dirección, el acercamiento de las posturas de los componentes de la comunidad educativa (profesores, padres, alumnos, PAS, empresas,...)a través del análisis de sus expectativas. Concluyendo, y usando el refranero español, "Lo cortés, no quita lo valiente" Buen argumento para la reflexión. Saludos

Querido Miguel, ¿cómo estás?. Este tema no sé si merece mucha discusión pero te voy a decir dos cosas: En primer lugar, ningún equipo directivo pone sus recursos humanos al servico de una auditoría,( no creo que ni siquiera pueda ponerlos al servicio de nada y el posesivo me ha llamado bastante la atención hablando de enseñanza pública ); y, en segundo lugar, voy a citar a Einstein, más o menos literalmente: "Es una locura que con las mismas rutinas esperemos obtener resultados diferentes". Yo, que soy profesora y me siento como tal, creo que hay muchas cosas que cambiar. Y como madre, me asusta pensar, que todo se confíe a la buena voluntad de lo que quiera hacer un maestro dentro de su clase. El profesor (y el padre) responsable debe intentar cambiar todo esto. Hablaremos más despacio. Un abrazo.

¡Saludos! Ya que el tema parece animarse voy a añadir algunas consideraciones: 1) Qué sea "mejora continua" en la educación es algo que no se puede definir tan fácilmente. En cualquier caso yo no lo identificaría con "un compromiso por parte de la dirección, el acercamiento de las posturas de los componentes de la comunidad educativa". La mejora de la educación no reside en la organización o la eficiencia de un equipo directivo. Si bien son condiciones que ayudan, no implican que la educación sea mejor. Quizás estemos hablando de sentidos distintos de la palabra educación, pero lo que yo tengo en mente es el proceso de enseñenza-aprendizaje, algo que no es fácilmente reconducible a una buen equipo directivo. 2)No se trata de confiar la calidad de la enseñanza a la buena voluntad de nadie. Si esto parece poco aceptable, menos lo es confiarla a un papel otorgado por una empresa que cobra unas sumas muy importantes por expedir ese papel. Conozco centros que tienen el certificado de calidad que tiene unos fallos estructurales importantes, que no gestionan sus recursos de un modo eficiente y que han bajado bastante en su "calidad educativa" (reconocido por trabajadores de estos centros). Sin embargo, se las agencian para lograr el dichoso certificado. Sigo pensando que se trata de un mero instrumento publicitario y propagandístico. En vez de invertir miles de euros en anuncios, se los gastan en sellos y medallas. Algo que nada tiene que ver con la educación "de calidad" (expresión que, por otro lado, también es cuestionable...).

Hola Miguel Evidentemente estamos hablando de conceptos distintos. Usted habla de "educación", mientras que yo hablo de "Sistemas de Gestión": conjunto de acciones y procedimientos operativos. Un "sistema de gestión de la calidad" será tan sólo un instrumento más que colabore en alcanzar la "calidad educativa" (si es que esto es posible). ¿Puede un centro educativo prescindir de un sistema de gestión? Si su respuesta es afirmativa ¿Cómo? En el proceso de enseñanza-aprendizaje, existen, como en todos los demás procesos que se realizan en un centro educativo, componentes operacionales. Por citarle un ejemplo: "los criterios de evaluación y calificación deben ser comunicados al alumno". Un SGC tan sólo se asegura de que esto suceda. ¿Podemos objetar algo? Las organizaciones se aseguran, mediante los SGC, de que todos los factores que afectan a la calidad de sus productos y servicios están bajo control, y de que se previene cualquier tipo de deficiencia. Que las acreditaciones son utilizadas por algunas empresas y organizaciones como elemento propagandístico es un hecho, como también lo es que para muchas otras (la mayoría)sea simplemente un reconocimiento por parte de una entidad independiente. Las normas ISO están reconocidas e integradas en 130 países, y adoptadas por millones de organización, pese a que su aplicación es voluntaria. ¿Por qué? ¿Cómo elemento propagandístico, bastante costoso por cierto? No puedo creerlo. Por otro lado señalarle sólo algunos requisitos exigidos por la norma ISO 9001:2000 (le recomiendo su lectura)en cuanto a las responsabilidades de la dirección (capítulo 5): 5.1 Compromiso de la dirección 5.2 Enfoque al cliente 5.3 Política de la calidad 5.4 Planificación 5.4.1 Objetivos de la calidad 5.4.2 Planificación del sistema de gestión de la calidad 5.5 Responsabilidad, autoridad y comunicación 5.5.1 Responsabilidad y autoridad. 5.5.2 Representante de la dirección. 5.5.3 Comunicación interna. 5.6 Revisión por la dirección 5.6.1 Generalidades 5.6.2 Información para la revisión 5.6.3 Resultado de la revisión Un buen sistema de gestión no será la panacea para resolver los numerosos problemas del sistema educativo (ni por supuesto de la "educación"), pero ayudará a mejorarlo. Insisto a riesgo de ser pesada "lo cortés no quita lo valiente" Saludos

Pues sí, Juana, manejamos conceptos distintos. La expresión "enfoque al cliente" me parece disonante en el mundo educativo. El clientelismo puede ser una de las lacras del sistema en muy poco tiempo. Lo de "comuinicación interna" por ejemplo, es algo que se viene haciendo desde hace años y que ha convertido la educación en un trabajo burocrático, lleno de reuniones que, la mayoría de las veces, son de dudosa utilidad. Podríamos ir analizando expresión por expresión y ver si es aplicable al mundo educativo. Desde luego que es necesario un sistema de gestión, pero igualmente te digo que la calidad de la educación no depende del mismo. Y me parece excelente que hay 130 países que reconocen estas normas y que las apliquen: en industrias, fábricas y empresas privadas de la más diversa índole. Pero no en el mundo educativo. Sólo una persona que no tiene mucho que ver con la educación, que ignora en qué consiste, puede estar convencido de que llenarlo todo de protocolos y evaluaciones mejora el sistema. Y también hay que estar bastante alejado del mundo educativo para no saber que todos los centros que solicitan este tipo de certificados lo hacen con fines propagandísticos, aunque sean sus mismos directivos los que estén hasta arriba de rellenar los papeles requerido para al famoso plan de calidad. Pero claro, son conscientes de que el tema vende y mucho. Es una falacia: los criterios empresariales del ISO 9000 no sirven en educación. Un centro con certificado no es necesariamente mejor que uno sin certificado. Cualquier profesor lo sabe. Otra cosa es que a las personas que se encargan de realizar las auditorías les interese vender la moto. Es natural: a más clientes, más dinero. ¡Saludos!

Cliente es un término que se aplica a quien paga por un bien o servicio. Según nuestra constitución, todos los ciudadano tienen derecho a una educación digna, luego, aún cuando indirectamente a través de los impuestos de sus padres,etc, abonen su cuota. Los padres de los menores de edad y los alumnos mayores de edad son meros "usuarios" de ese servicio que prestan los centros educativos: aseos, conocimientos, entre otros. Educación es algo mucho más valioso: - No puede adquirirse como un bien. Sólo el deseo sincero de conocer lo hace posible. - No puede ser impartida sin amor por lo que transmites, ni se puede comprar con dinero. - La falta de libertad del supuesto transmisor y la burocracia matan la creatividad, y no son propicias para su crecimiento. - Admite abonos, como el interés que demuestren sus familiares por los temas que se desea aprender. - Por último, al igual que cuándo un agente del orden testifica, se le supone un principio de honestidad y buen hacer; el mismo principio debería operar cuando un docente hace su trabajo. Si esto no es así por parte de padres, instituciones, y la opinión social generalizada, se esta dañando gravemente la capacidad de educar de los educadores, y con ello las posibilidades de sus educandos. - Por último, la relación no es simétrica. El educador no solo asume un rol, se coloca en la posición del que sabe, y tiene algo importante que enseñar, es necesario ese reconocimiento básico.

Bueno Miguel, siento de verdad tanto inmovilismo. Parece que la resistencia al cambio no permitiese la objetividad. La ISO no es sólo una norma, es una filosofía del "cómo hacer". Me gustaría que enumerases algún principio o apartado de la norma que perjudicase al mundo educativo. Sin demagogias. En cuanto al conocimiento del mundo educativo, simplemente poseo el que me da la experiencia de impartir clase en un ies público durante dieciocho años y por supuesto la de recibir los servicios de la enseñanza pública como madre otros tantos. (Por cierto que durante todos ellos mi hija no fue informada ni una sola vez sobre los criterios de evaluación y calificación. Triste). Es cierto también que tengo experiencia en cuanto a la implantación de normas ISO (14000 y 9000) en organizaciones privadas. Experiencias, por cierto, satisfactorias aunque hayan requerido un gran esfuerzo (personal y económico). Satisface que los trabajadores hablemos de reciclar, residuos peligrosos..., y, en definitiva de cómo realizar nuestra actividad de manera que se perjudique lo menos posible el medio ambiente, por ejemplo. Y te aseguro que ello supone un mayor coste económico para la empresa. A veces, no todo lo mueve el dinero. Saludos

Hola Julio 1º. El término cliente tiene muchas acepciones. Has utilizado la económica. Aquí va otra: "En términos de procesos, existe y se definen también los clientes internos y los clientes externos a la organización, entendiéndose a los primeros como parte de la cadena de producción y o provisión de un servicio, y a los segundos como los cosumidores finales o intermedios." Es decir en el mundo educativo clientes serían: profesores, PAS, alumnos, madres y padres, empresas, universidades, Consejería de Educación,.... Nada que ver con el pago. 2º ¿la educación no es un bien? ¿es un "algo"? Bueno, solamente por crear polémica: La economía considera el trabajo uno de los tres factores de producción (tierra, trabajo y capital). La formación y la experiencia laboral incrementan las habilidades de aquellas personas que desempeñan una labor. Así el sistema educativo, la experiencia laboral y la organización empresarial influyen en los resultados de este factor de producción. Cierto que un profesor tiene que formar (transmitir conocimientos, habilidades para el desempeño de una actividad) y educar (¿en valores?). Cómo profesora colaboro indudablemente en esta última actividad (más importante si cabe que la primera, como lo deberían hacer los medios de comunicación, y cualquier agente social; sin embargo creo que la mayor responsabilidad en la educación la deberían asumir las familias. Esta polémica nada tiene que ver con la ISO. Es otra guerra. 3º "Deseo de conocer": ¿qué hacemos con los alumnos que no lo tienen? ¿los mandamos a casa? "Amor por lo que se transmite": ¿qué hacemos con los profesores que no lo poseen? "Falta de libertad del transmisor": la normativa vigente señala el curriculo de cada materia. El "cómo" se transmite es la libertad. Nada que ver con la ISO. "Supuesto de honestidad y buen hacer": ¿quién lo niega? pero ello no significa que todos los que ejercemos esta profesión seamos honestos (¿no conoces algún caso?). La ISO tiene un objetivo: "hacer las cosas bien". "Reconocimiento social": un reconocimiento hay que ganarlo. La ISO es un medio para lograrlo. No obstante, Julio, estoy de acuerdo contigo. Todos los puntos que has enunciado resultan imprescindibles. Como dice Miguel, vendería "mi reino" por ellos. Un saludo

Estimada Juana: Efectivamente, he usado la acepción económico-jurídica. La otra la conozco perfectamente por ser profesor de la asignatura o módulo "CALIDAD". Además mi Centro goza del privilegio de la Certificación ISO 9000:2000 hace años. Antes he impartido otras afines, como organización empresarial, seguridad e higiene en el trabajo, que han quedado obsoletas. No olvidemos que bajo los fines declarados y perseguidos, permanece una concepción y estructuración de la realidad que condiciona de manera casi-inconsciente aquello que pretendemos comprender para "mejorar". El término "hacer las cosas bien" presupone que conocemos en qué consiste el "BIEN". En su nombre y por su persecución como meta se han cometido muchas tropelias en la historia del ser humano. En definitiva, es un término ambigüo, bastante subjetivo, y sobre todo demasiado ambicioso, que no me atrevería a definir.( Siempre puedes preguntar a Sócrates-Platón). En cuanto a la EDUCACIÓN con mayúsculas, humildemente me atrevería a decir que es aquello que nos hace libres realmente. En parte es un arte que nos ayuda a ser críticos y tolerantes con las ideas de los demás, lo cuál no impide que las podamos criticar en el buen sentido de la palabra. Nos inmuniza frente a corrientes de pensamiento imperantes, al cuestionarnos las ideas y reflexionar. En relación al reconocimiento, gracias a mi quehacer diario, me siento afortunado por gozar de él entre mis alumnos. Pero cuando un agente del orden, o un fedatario público testifica en un juicio, todos se lo atribuimos por ley, salvo que el individuo se gane el desmérito, y no al contrario como propones. Y no todos han de ser honestos, incólumes y con un sentido de la ética desarrollado, como bien dices, pero creemos que la mayoría del colectivo goza de dichos atributos. (No nos echemos tierra encima) En realción a los alumnos que no desean aprender, que no quieren conocer, que se niegan a la educación, lo único que sé es que no podemos obligarlos. Si algo he aprendido, es que podría vivir en un régimen totalitario, y podría optar por no expresar mis ideas abiertamente, pero nadie, ni con pistola en mano puede obligarme a pensar como otros quieran, aunque reconozca públicamente como el tópico sobre Galileo Galilei, que estoy equivocado (pero a pesar de todo,..se mueve). En mi interior soy libre (reconociendo que mis circunstancias, como decía Hunamuno, contribuyeron a formarme). Muchas gracias por hacerme reflexionar con tus comentarios!

¡Hola de nuevo! Mi crítica, Juana, no está basada en ningún tipo de inmovilismo. No tengo ningún problema en que un auditor venga y revise todos mis documentos, mis prácticas docentes y lo que quiera. Simplemente, estoy convencido de que eso no va a mejorar la educación. Y si no, al tiempo. Lo veremos en unos años, cuando se compruebe que son otras variables (y no los procedimientos del ISO 9000) las que definen un buen centro. Ningún apartado del ISO perjudica al sistema, pero ninguno lo mejora. O mejor, puede mejorar el sistema, sí, pero no la educación. Quizás es un problema de perspectivas: yo pienso, sobre todo, en lo que ocurre dentro del aula, algo que ningún ISO puede evaluar. Te has referido a comunicar los criterios de evaluación: no hace falta ningún ISO para saber que eso es una condición indispensable. Con esto quiero decir que las cosas son sencillas cuando las queremos hacer sencillas, que todos sabemos muy bien cuáles son nuestras obligaciones y nuestros deberes, y que la calidad de la enseñanza depende mucho más de la calidad de los recursos humanos que de los protocolos. Si con un barniz burocrático-jurídico-empresarial nos quedamos más contentos, adelante. Luchemos todos por nuestro ISO, invirtamos tiempos y dineros (por cierto, tiempos y dineros que no estamos empleando con los alumnos, ¿es esa la calidad?), y cuando todo esto acabe, nos daremos cuenta de que nuestra educación sigue perdiendo agua, fallando. Propondría que nos olvidemos de ISOS. Hay otros datos más relevantes: los índices de fracaso escolar o los informes de Pisa me parecen más importantes (sin querer decir con ello que debamos entenderlos al pie de la letra) que lograr el ansiado ISO9000. Pero vamos que por mi parte no hay ningún problema. De inmovilismo nada: todo lo que hago está aquí colgado. Que vengan todos los iseros y me cuentes si explico bien o mal mi materia... ¡Saludos!

Estimnado no tienes idea de la iso 9000 ni de educacion, estudia un poco y despues participa de un blog... un SGC puede aplicarse facilmente en la educacion sin que se la compare con una empresa te sugiero que leas un poco mas para no confundiar a la gente que piensa que tus comentarios son serios gracias y perdona si no te gustarn mis comentarios

Estimado Lucas: te agradecería que no vinieras aquí a descalificar ni a sugerir lo mucho que sabes y has leído tú y lo poco que saben y han leído los demás. Que yo sepa el insulto y el desprecio hacia el otro es una de las falacias más antiguas que se conocen: ad hominem, creo que se llamaba. Así que si se te ocurre volver a participar, aporta argumentos referidos a lo mucho que sabes y controlas sobre educación. Los comentarios descalificativos en esta bitácora suelen ser eliminados.

Buenas noches: creo que a través de la educación se busca transformar el mundo, y al hombre, intención que se hace evidente en todos los tiempos. La empresa educativa no es ajena a los cambios, los desafios y los retos, para ello se ha valido de nuevas y sofisticadas formas de mostrar los avances logrados, es ahí donde aparecen las normas ISO 9000. La intención de mejorar procesos y renovar no es malo, lo malo está en la intencionalidad mercantilista que pretende conseguir con las normas ISO 9000.

Lamentablemente la educación sigue andando casi a oscuras, puesto que nos estamos engañando con certificaciones de calidad ISO que realmente no nos merecemos, y esto se evidencia en los resultados que como empresa se están arrojando. No basta con el esfuerzo de los profesores; es necesaria una conciencia del gobierno y muy especialmente de la familia para enfrentar la educación en pleno siglo XXI. Los docentes no somos magos ni dioses para hacer que un alumno demuestre el interés y sienta la importancia de estudiar, de aprender, esto lo inculca y cultiva la familia, siendo ella y el estado los verdaderos responsables, porque además es el estado el que debe posibilitar que realmente la familia esté ejerciendo su ineludible labor educadora y formadora que finalmente hoy se le quiere descargar por completo a los docentes. Pensemos si verdaderamente estamos(familia, estado, docentes) ofreciendo un servicio de calidad (técnico, científico, ético, moral y humanístico)porque la interdependencia de estos tres actores, es inevitable para que exista verdadera calidad. Reflexionemos.

Hola a todos! Soy un profesor con una maestria en gestion de calidad empresarial. Me agrado este tema de discusion y por lo tanto estoy participando. Un sistema normativo, procedimal y operacional tiene que ver con la educacion: disciplina, responsabilidad, evidencialidad. Y si ayuda a una "empresa educativa" en el siguiente sentido. Para un accidente de un alumno (hijo de un cliente) en el colegio, el colwegio tiene que proceder, operar bajo una norma. y esto si tiene que ver con un manual opeartivo ISO 9001

[...] “protocolos de actuación” y, si el jefe de turno se empeña en ello, buscar el famoso sello de calidad. Los centros públicos reciben llamamientos para realizar su “carta de servicios”, [...]

He leído estas reflexiones con especial interés. Se trata de que hace varios años he estado investigando sobre este tema, para -de algun modo- probar que lo que hemos hecho hasta hoy, en términos de "gestión de la calidad" basado en la Norma ISO 9000 (u otro mil cualquiera), no ha hecho más que poner a las instituciones de este tipo, un "traje" con el que pretendemos estar en sintonía con las corrientes soplan en el entorno ("los sistemas de gestión de la calidad", pero que "no nos sirve" y en ocasiones termina -más que vistíéndonos a tono con nuestro tiempo... -, siendo un disfraz que -lejos de permitirnos andar con flexibilidad y creatividad en el escenario en que actuamos-, nos hace lentos, arcaicos e incapaces de responder con la celeridad y pertinencia con que nuestros clientes (que a diferencia de otros servicios, son muy diversos actores interesados desde distinta perspectiva en un resultado)esperan. No se trata de negarnos a adoptar un modelo de gestión que favorezca procesos cada vez de mayor calidad. Por el contrario !!! Pero debemos covencernos de la necesidad de desarrollar modelos propios para gestionar "la calidad" en este tipo de instituciones, orientados a la formación y la capacitación de nuestros clientes -con base en sus necesidades reales. La particularidad está en que no tenemos un cliente único: prescriptores, decisores y alumnos deben ser satisfechos con el "servicio" (formación / capacitación)cuando lo más probable sea que no siempre sus expectativas con este servicios sean exactamente las mismas. El niño llega a la escuela y se siente satisfecho (desde su expectativa) con un maestro capaz de crear un ambiente lúdico que facilite su disposición a aprender; pero lamentablemente -ese maestro- no tiene las habilidades para atender las diferencias individuales de sus alumnos y hacerlos avanzar a todos a un hasta un mismo nivel de conocimientos; entonces el alumno está satisfecho con la escuela y su maestro, pero el padre no, porque comprueba que el hijo no ha logrado aprender tal como él esperaba; pero hay más: es probable que la expectativa del padre respecto a en qué y para qué debería prepararse su hijo no sea congruente con las aspiraciones de otros "actores sociales" que esperan que la escuela "le entregue niño con habilidades, valores y motivaciones para actuar con éxito en su comunidad" justo cómo y cuándo lo requiere. Por otra parte -y finalmente-, el acelerado proceso de creación y aplicación de los nuevos conocimientos en nuestra época, ha alcanzado tales niveles (y debe seguir desarrollándose)que los procesos tradicionales que siguen la Norma y sus requisitos, pueden llegar a frenar la necesaria creatividad, innovación y celeridad con que la sociedad, la familia y las personas, esperan que actuemos. No pretendo en modo alguno convencer a otros (especialmente a aquellos tan aferrados a los modelos de gestión de la calidad con base en la ISO que hoy aplicamos; sólo es un punto de vista que deseo compartir para promover la reflexión y el intercambio... Elementos y experiencias concretas a favor de una u otra posición, las recibiré de muy buen grado. Saludo a todos quienes deseen compartir sus juicios y apreciaciones.