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Los pequechistes de Libsa

Primer dilema moral de la Olimpiada Filosófica

Una de las novedades de esta novena olimpiada ha sido la introducción de los dilemas morales como una más de las modalidades de participación, destinada en este caso a los alumnos de 4º de E.S.O. En esta ocasión, el tema central ha sido la libertad de expresión, así que en estos días traeré por aquí los dilemas que se discutieron en la final, para ofrecer mi punto de vista al respecto. Y de paso, creamos una nueva categoría en el blog, con el compromiso subsiguiente a ir publicando más dilemas para animar la discusión. En la web de la olimpiada está ya la presentación de diapositivas que se utilizó, y también los ejercicios en formato pdf. Tomamos hoy el primero, cuyo texto íntegro reproduzco a continuación:

Los pequechistes de LIBSA

"LIBSA es una editorial española independiente con una gran vocación internacional y 35 años de experiencia al servicio de la edición, que cuenta con publicaciones en 45 idiomas entre los sellos de 286 coeditores entre 70 diferentes países del mundo. Gracias a la calidad y el diseño de nuestra oferta en proyectos de creación propia.” Esta es la presentación en su propia página web de la empresa que protagoniza nuestro primer dilema. A finales del año 2013, LIBSA tuvo la idea de publicar un libro dirigido a los niños, cuyo contenido era básicamente chistes de contenido machista. Como no podía ser de otra manera, el libro reproducía todos los tópicos del género. Al poco tiempo los medios de comunicación se hicieron eco de la publicación, que fue objeto de críticas desde los sectores más diversos de la sociedad. La editorial, tratando de hacer alarde de neutralidad, publicó un texto similar con chistes sobre chicos. Como las críticas continuaron, finalmente ambos libros fueron retirados. Hoy, pueden adquirirse a través de Internet.

Preguntas a resolver: ¿Es aceptable moralmente que se publiquen este tipo de libros destinados al público infantil" ¿Añade algo a la cuestión el hecho de que vayan a leerlo niños""

Éste era el dilema. Mi respuesta estaría a medio camino entre la realidad y el deseo. Y es que uno desearía que este tipo de publicaciones ni siquiera tuvieran el visto bueno de un editor, o del responsable de cualquier colección de libros infantiles. Toda publicación infantil es también una publicación de educación en valores, y los que contienen estos libros, en forma de ridiculización de las mujeres, no son un asunto de broma. Más bien han causado mucho sufrimiento a lo largo de la historia. Es precisamente ahora cuando empezamos a despegar en esta linea, y cuando comienzan a verse frutos de décadas de lucha feminista. Sin embargo, lo que uno desea choca con la realidad: no sé qué sentido tiene levantar tanto revuelo por estos pequechistes, cuando los niños se tragan semanalmente horas y horas de humillaciones en series que van desde Los simpson hasta Padre de familia, pasando por South Park. ¿Por qué nadie se mete con la emisión de estas series en horario infantil" Quizás porque haya detrás grandes productoras y empresas de medios de comunicación. Si somos coherentes con la de veces que han visto los niños cómo Bart humilla a Lisa, tampoco deberíamos rasgarnos las vestiduras con los pequechistes. Y al final, volvemos a cargarlo todo del lado educativo: se puede permitir que se publiquen y se vendan los libros, y luego es decisión de cada familia si los compra para sus hijos o no. Cosa relativamente sencilla cuando se trata de pequechistes, pero no tanto con los dibujos animados: ¿es fácil atreverse a que en casa se vean las aventuras de Cartman" Al final, la postura liberal y permisiva es muy similar a la de la aceptación. Doble discurso: buscamos la igualdad pero la sacrosanta libertad permite que nuestros niños crezcan con series en las que ven de todo, menos igualdad.

!Hola a todos! O tendría que decir !Hola a todas y a todos! Un hombre no puede pensar y mascar chicle a la vez porque un hombre no puede hacer dos cosas a la vez. ¿Es esto un pequechiste? Y si cuando un hombre hace un pequechiste sobre las mujeres se considera machismo cómo se considera cuando la mujer hace un pequechiste sobre hombres ¿Por qué no existe una palabra para el sexismo de la mujer hacia el hombre? Por qué sólo se considera violencia de género a la realizada por un hombre hacia una mujer y no a la de una mujer hacia un hombre o a la de una lesbiana hacia su pareja o a la de un gay hacia su pareja. Es menos mujer una mujer por ser lesbiana que por ser heterosexual. Es que acaso el sufrimiento humano es menor si es causado o sufrido por un homosexual, un heterosexual hombre (sólo cuando es recibido) o una mujer lesbiana. ¿Es que acaso estas situaciones no son moralmente insostenibles? ¿Y de no serlos, se nos podría decir el porqué? ¿Y si lo son, porqué no se legisla como en el caso de la violencia de género machista? ¿A quién o quiénes (personas o colectivos) beneficia? ¿ Porqué aquellos colectivos que luchan justamente por el sufrimiento injustificado de las mujeres “ a manos” de los hombres no luchan igualmente independientemente de las manos ejecutoras? Huelga decir que esto no justifica, ni mucho menos, ninguna discriminación ni violencia hacia la mujer como tampoco significa que sufran igualmente la violencia las mujeres que los hombres. Pero porqué no se legisla simplemente por el hecho de ser persona y no por una determinada condición sexual. Porqué no se condenan igualmente las acciones independientemente de la condición sexual de quienes la realizan.

¡Hola Elías! Estoy de acuerdo contigo en que en nuestra sociedad hay casos concretos en los que quizás haya una sensibilidad exagerada hacia estos temas. Buscando la igualdad, terminamos provocando la desigualdad, y es difícil encontrar el término medio. Esto no le resta ni un ápice de legitimidad a un feminismo construido desde el respeto y que busca la igualdad entre hombres y mujeres. Con todo, me vas a permitir que retome la pregunta: ¿crees lícito que se publiquen este tipo de libros para niños? Precisamente el debate que lanzaron los propios alumnos se dirigía más a esta cuestión. Ellos pensaban que os chistes machistas o feministas se podían publicar sin problemas siempre que se dirigieran a un público adulto, pero no era aceptable que estuvieran orientados a los niños.

Hola, Miguel! Me preguntas: ¿Crees lícito que se publiquen este tipo de libros para niños? No, por supuesto que no. Lo único que trataba es de reflexionar sobre aspectos relacionados con esta cuestión y tratar de hacer ver que en estas cuestiones muchas veces priman más las ideologías que el verdadero afán de evitar todo sufrimiento humano. Por cierto, yo no hablaba del movimiento feminista sino del fundamentalismo o radicalismo feminista. Y cualquier fundamentalismo es inaceptable. Pero no por ser feminista, católico o laico sino por su raíz fundamentalista. Miguel, a nadie se le oculta que se soy un tanto puñetero y por eso te voy a formular la misma pregunta ¿Crees lícito que se publiquen este tipo de libros para niños? ¿Y porqué te formulo la misma pregunta? Pues te la formulo porque tu respuesta fue: “Y es que uno desearía que este tipo de publicaciones ni siquiera tuvieran el visto bueno de un editor, o del responsable de cualquier colección de libros infantiles” ¿Desearía? Es que la moral se fundamenta en los sentimientos que nos despierten determinadas acciones. Bueno, aunque quizá lo que nos estás diciendo sea otra cosa. Y esto último ya es más peliagudo. Porque quizá lo que ese “desearía” significa es que a pesar de que lo consideres desde el punto de vista moral como algo inaceptable en el fondo, y por encima de morales personales, debe de primar la pluralidad. Es decir, que el que no considere esas publicaciones para niños como algo inaceptable pues que lo publique. Lo que ocurre es que al final, y con ese tipo de consideraciones, puede llegarse al sufrimiento injustificado Y he de reconocer que a mi esto último me crea un gran dilema que no logro resolver. Por una parte admito que los valores son algo “construido” pero no acepto el “subjetivismo”. Eso sí, creo que se puede defender perfectamente que los valores son algo construido sin tener que caer en un mero subjetivismo. Y ahí están las filosofías de Nietzche, Ortega o Zubiri para defender que a pesar de las perspectivas no todas son igualmente válidas. Pero el dilema se me presenta a nivel práctico. Sé que muchos podrán pensar que en realidad lo que estoy planteando es un falso dilema porque en el fondo lo que me ocurre es que no termino de aceptar con todas sus consecuencias el pluralismo ¿Cómo poder llevar a efecto, o a buen término, un verdadero pluralismo? ¿Es que acaso nos justificaríamos con simplemente decir que no sería deseable el machismo o el sufrimiento injustificado? ¿Es que acaso nos justificaríamos con simplemente decir que sería deseable que todos defendamos los derechos humanos? ¿Quedaríamos plenamente justificados con tan solo decirlo? ¿Y qué hacer cuando alguien no considerase deseable lo que nosotros sí que consideramos deseables? 1.- Tal vez imponerlo. Pero es que la imposición ya iría en contra de la misma idea de pluralismo. 2.- Tal vez votarlo. Es decir, votar democráticamente entre todas las alternativas para ver cuál de ellas llevamos a término por decisión de la mayoría. Pero es que el resultado de esa votación acabaría con el pluralismo. 3.- O permitir toda la pluralidad de ideas y de valores. Sin duda alguna esto sería un pluralismo genuino. Pues si ese fuese el caso muy bien para el pluralismo. Pero qué pasaría con nosotros. ¿Quedaríamos nosotros plenamente justificados? ¿Qué le diríamos a una niña o una mujer que ha sufrido toda su vida el machismo? Acaso nos justificaríamos diciéndole a esa niña o a esa mujer que su sufrimiento injustificado es el precio a pagar para que triunfe el pluralismo. O le diríamos que en realidad su sufrimiento está plenamente justificado.

¡Hola Elías! Bueno, tampoco eres más puñetero que yo, que también te lo he preguntado directamente. Ahí va mi respuesta: ese "desearía" cobra significado dentro de la pluralidad a la que tú aludías. Para bien o para mal, no vivimos en una sociedad en la que un editor considere inadecuado publicar estos libros. Prohibirlo desde un punto de vista político me parece un exceso. Creo que estas iniciativas deberían morir por sí solas: si el editor no tiene dos dedos de frente, que los tenga al menos el cliente de la librería. Otra cosa que no nos podamos fiar mucho de lo que se compra en librerías: todos tenemos muy reciente la cantidad de libros que ha vendido Belén Esteban en nuestro país. Me parece hipócrita, y esto ya lo apuntaba el artículo, poner el punto de mira sobre un libro de una editorial pequeña y comernos con patatas las series norteamericanas de dibujos animados que incluyen sarcasmos y humillaciones bastante más dolorosas. Así que por mi parte no lo prohibiría, pero jamás gastaría ni un solo euros en libros como ese, ni para mi ni para nadie de mi entorno. ¡Salud! P.D: por cierto, mantengo una postura similar, por ejemplo, respecto a la tauromaquia. Jamás acudiría aun "espectáculo" similar (por llamarlo de alguna manera) y me gustaría que despareciera, pero no por voluntad política, sino por un proceso de cambio cultural (y tampoco me atrevo a decir si eso sería "evolucionar", que conste...)