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Razón histórica en José Ortega y Gasset

Es tomar conciencia de la historia de la razón, lo cual implica revisar su pasado, sacar a flote las creencias en que se ha ido apoyando y especialmente analizar y asumir el presente en que se vive. Este concepto acuñado por Ortega pretende responder a la desilusión generada por la razón física o, si se quiere, el cientificismo. La ciencia no satisface al ser humano porque éste es fundamentalmente historia. Por ello, es preciso impulsar una nueva forma de entender la razón como algo construido y generado a lo largo de la historia, y no independiente de ella. La razón histórica es una razón situada, y por lo tanto limitada. Podemos leer en Historia como sistema: “Por eso ha de extender con todo su rigor la expresión razón histórica. No una razón extrahistórica que parece cumplirse en la historia, sino literalmente lo que al hombre le ha pasado, constituyendo la sustantiva razón, la revelación de una realidad trascendente a las teorías del hombre y que es él mismo por debajo de sus teorías.” El objeto propio de la razón histórica es el acontecer, el proceso, el flujo de acontecimientos que conectan el pasado con el presente. En otro conocido texto de este mismo ensayo: “La razón histórica, en cambio, no acepta nada como mero hecho, sino que fluidifica todo hecho en el fieri de que proviene: ve cómo se hace el hecho. No cree aclarar los fenómenos humanos reduciéndolos a un repertorio de instintos y «facultades» –que serían, en efecto, hechos brutos, como el choque y la atracción–, sino que muestra lo que el hombre hace con esos instintos y facultades, e inclusive nos declara cómo han venido a ser esos «hechos» –los instintos y las facultades–, que no son, claro está, más que ideas –interpretaciones– que el hombre ha fabricado en una cierta coyuntura de su vivir.”