"Sin embargo, la justificación más general para no votar es que, por las razones que hemos expuesto, se trata de un ejercicio inútil para el ciudadano con derecho a voto que está sumido en la pobreza. Se tiene la justa impresión de que la diferencia entre los dos partidos respecto a los temas de interés inmediato es insignificante, y que por lo tanto no merece la pena decidir entre ellos. Así queda asegurada la soberanía de la mayoría de los satisfechos." (John Kenneth Galbraith, La cultura de la satisfacción)
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¡Qué gran pensador y qué humano el autor de "Pirámides de sacrificio". Pero, aunque analizando la cruda realidad de los partidos políticos se nos cae con frecuencia el alma a los pies, el no votar al que creamos que es el menos malo, no es positivo. Porue triunfará el que consideramos menos aceptable y las cosas serán cada vez peor.
¿Cómo influir para que los partidos vayan cambiando y adaptandose a lo que sea más justo? Como no es tan fácil crear un partido político que coincida al cien por cien con nuestras ideas, debemos utilizar todos los medios correctos moralmente (Moral y Ética son lo mismo aunque haya habido y haya mentes pensantes que intenten imponer lo contrario, sólo se diferencian en su origen idiomático). Usar los medios de comunicación, entrar en el partido y transformarlo desde dentro, etc.
Manolo