Pasar al contenido principal
Sobre la filosofía en el nuevo marco de enseñanza superior
No es que vayamos hoy a ofrecer una receta de inspiración filosófica (ahí queda la propuesta para los Adriá y compañía, sería cuando menos original que elaboraran recetas y un buen menú inspirado en la filosofía): se trata, sencillamente, de la respuesta al meme que ha lanzado a la red Phiblogsopho, en el que se proponer reflexionar sobre la posible influencia del proceso de Bolonia y el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) en la filosofía. Una advertencia previa: me aburre el tema Bolonia. La razón principal: la ausencia de información sobre lo que va a ocurrir. Nadie sabe concretar muy bien qué es, y cómo se van a concretar sus ideas rectoras. Alguno de los responsables universitarios que hablan del tema prefieren dedicarse al autobombo, explicando lo bien preparada que está su universidad para adaptarse a las exigencias del EEES. ¿Cómo afectará a la filosofía un proceso tan difuso como el de Bolonia" Ahí van algunas sugerencias desde la oscuridad de la falta de información.

Para empezar, entiendo que el proceso no afectará a la filosofía, sino a su enseñanza. La filosofía y el pensamiento existirían aun cuando no se enseñaran oficialmente en ninguna escuela, algo que ya supo ver Manuel Sacristán en un polémico texto de hace unos años. Pero entrando en el tema, se dice que el proceso de Bolonia supondrá, entre otras cosas, una mayor conexión o incluso dependencia entre la universidad y las empresas. Consecuencia: no parece haber muchas empresas "filosóficas", o "humanísticas". Dicho de otro modo: si no hacen falta estudiantes de humanidades, parece que estas carreras irán languideciendo con el paso del tiempo. Esta conexión provoca los lamentos y las críticas de los humanistas, que consideran que este tipo de reformas atacan directamente las raíces culturales de occidente. Quizás debamos hacernos una pregunta inversa: ¿Es Bolonia la "culpable" del lento apagarse de las disciplinas humanísticas o son estas las responsables, al realizar tareas completamente alejadas de lo que cabría llamar "vida diaria".

No me gusta Bolonia, pero tampoco la academia. Creo que los especialistas contribuyen a la situación que viven y denuncian. La alianza entre empresas y estudios superiores tampoco ha de ser nociva: estoy cansado de oir durante los últimos quince años que la formación universitaria era inútil y no servía para lo que después se iban a encontrar en su trabajo los químicos, ingenieros, arquitectos o informáticos. ¿Por qué entonces llevarnos las manos a la cabeza" La crítica de ofrecer una formación sobreabundante y exagerada ha acompañado a la universidad española de las últimas décadas. Aprendemos demasiado en comparación con lo que luego necesitamos. Siempre me pareció que la Universidad suiza era superior a la nuestra entre otras cosas porque había más contenidos prácticos, incluso en la filosofía, con trabajos expuestos en clase, debates... Acercándonos a la filosofía y Bolonia: no me parece correcto que el master de docencia sea impartido por pedagogos. La consecuencia inevitable: es cierto que los futuros master docentes para filosofía tendrán menos conocimientos que los actuales licenciados. Pero planteemos la pregunta de otra manera: ¿Cuántos de los contenidos "propiamente filosóficos" de la licenciatura son necesarios en la enseñanza secundaria" Quizás Bolonia sea una respuesta al bajón generalizado de contenidos que ha sufrido la enseñanza secundaria y el bachillerato (me temo que no sólo en España, sino en Europa)

¿Cómo afectará entonces a la filosofía" Dependerá fundamentalmente de lo que los filósofos y los profesores de filosofía hagan de esta materia. Me temo que al igual que otras disciplinas de humanidades, nos hemos limitado a parapetarnos detrás de un escudo de cierto abolengo académico: hablamos de pensamiento crítico, de conocimiento de teorías alternativas, de confrontamiento de ideas... igual que los compañeros de otras disciplinas se refieren a "glorias pasadas" para justificarse. La actitud de cómo afecte una ley o toda una sociedad a la filosofía no conducirá muy lejos si no logramos que el gremio filosófico afronte el problema de frente y diga abiertamente qué es lo que puede aportar a la sociedad o al individuo que se acerque a estudiarla. La crítica a las leyes y los planes de estudio debe acompañarse de una autocrítica ausente en muchos ámbitos. ¿Cómo afectará Bolonia a la filosofía" Mi respuesta sería algo así: da igual Bolonia, el problema son los propios filosófos, somos los profesores, es lo que se da en llamar "mundo intelectual" que vive tan vergonzosamente separado de intereses sociales, políticos y económicos.

En lugar de publicar una nota sobre el meme de Phiblogsopho en mi casa, me apunto a lo que dices - si capto bien tus intenciones comunicativas. Así que fagocito tu entrada y la rubrico. Me aburre el tema. Las predicciones que se hacen me recuerdan a aquel tipo que imaginaba, viendo a su niño de un año, neurocirujano. Hay debajo (todo lo bueno está debajo de las sábanas de la actualidad)otro tema que es más relevante: ¿ filósofos? ¿para qué? . Creo necesario entrar en una dinámica de fortalecimiento no ya de la filosofía sino de eso que se llama las humanidades: la literatura en general, la ficción figurativa de la narrativa y la conceptual de la filosofía o la historia. Hay que crear público y espíritu. La filosofía, como género o actividad,especialmente la ontología, es relativamente autónoma de todo tipo de salsas boloñesas. Eterna ... al menos hasta que dure el lenguaje. Salud. Firmeza en el combate. ¡Dead or Glory!

Por una vez, y sin que sirva de precedente, también suscribo tus palabras. La expresión "crisis de las humanidades" sea quizás alarmante y exagerada, pero es necesario que aumente su presencia social y muestren su utilidad y necesidad. Algo que debería venir desde dentro, y no estar a expensas de leyes educativas o voluntades políticas. Lo que no sé es si el personal está dispuesto a lo que ello implica. La filosofía sigue la misma línea. Es autónoma, sí, pero debería implicarse más y mostrar su necesidad. La firmeza en el combate... ni siquiera sé si hay alguien que la mantenga. En lo que se va aclarando el panorama, seguimos en ese estado intermedio, a mitad de camino entre la muerte y la gloria :) ¡Salud!

Hola Miguel En Antes de las cenizas llevamos algún tiempo -y de forma especial recientemente- denunciando el grave peligro en que la filosfía se encuentra dentro de nuestro sistema educativo. Y especialmente desde la LOE -que ha instaurado el peor bachiller español de todos los tiempos. Creo que es hora de decirlo alto y claramente: y no solo por la filosofía, lo que está en peligro es la misma decencia de nuestro sistema escolar, que ha caido en manos de unos irresponsables educativos. Saludos. Y esperamos que te sumes a esta denuncia.

[...] hay otros dos puntos sobre el tema que han sido señalados por Miguel Santa Olalla: Nadie sabe concretar muy bien qué es, y cómo se van a concretar sus ideas [...]

[...] no solo meramente académicas, sino también institucionales. Desde diversos blogs (I, II, III) amigos se ha abierto un meme al respecto. Nosotros hemos recibido la antorcha desde Antes de las [...]

Hay una obrita de teatro muy divertida que critica el actual sistema educativo. Se puede descargar gratuitamente en: http://didachos.bubok.com

[...] unos días, comentábamos los posibles efectos del plan Bolonia sobre la enseñanza de la filosofía. A través de Antes de las cenizas he conocido de primera mano la situación de la filosofía en la [...]

La filosofía no puede discurrir fundamentalmente sobre intereses sociales y políticos; entre otras cosas porque ello no es ló realmente interesante para el ser humano. Yo coincido en la necesidad de asumir la parte de culpa de filósofas y filósofos en la mutilación de la filosofía en los planes de estudio del sistema educativo en general, pero la culpa reside no en desvincularse de los asuntos sociopolíticos sino en desvincularse de los asuntos científico-técnicos por una vil huida de los contenidos matemáticos en nuestras licenciaturas. Ahora bien, que nosotras y nosotros tengamos responsabilidad, no exculpa la tremenda tomadura de pelo que supone el falaz falso dilema de Bolonia: Crear un espacio europeo de educación superior, no implica convertit la universidad en lo que no es: un seminario para empresarios. Por último, si convertimos a la filosofía en una ancilla economicae, habrá que inventarse otra cosa que se pregunte por la realidad, el razonamiento, el conocimiento y la ciencia... cosas que, por cierto, tienen un interés humano (que no necesariamente mercantil) impagable y ineludible.