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¿Merecen la pena las disputas filosóficas si de ellas no derivan consecuencias prácticas?
"Es sorprendente ver cúantas disputas filosóficas se revelan insignificantes en cuanto se las somete a la sencilla prueba de localizar una consecuencia concreta. No puede haber una diferencia en algún lugar que no tenga consecuencias en otro distinto - no puede haber una diferencia en una verdad abstracta que no se exprese en otra diferencia en un hecho concreto y en la conducta correspondiente de alguien, en alguna manera, en algún lugar y en algún momento."
(William James, Pragmatismo)

Yo estoy muy de acuerdo con James. Me parece especialmente interesante esto en el tema de Dios. ¿Qué significa creer en Dios? ¿qué significa ser ateo? No se trata tanto de tener una creencia (en el campo de las ideas) sobre el origen último del mundo o de la moral o sobre lo que nos aguarda tras la muerte como de intentar objetivar qué consecuencias prácticas tendrían para la vida creer una cosa u otra. Algunos de mis alumnos dicen que no habría diferencias. Posiblemente esto se debe a que vivimos en un mundo de ateos o agnósticos prácticos. Esta claro para Kant una creencia u otra tendría consecuencias para la moral.

Saludos! El ejemplo de Dios es precisamente uno de los que pone James en su texto. Preguntarse sobre si hay consecuencias prácticas o no al afirmar o negar la existencia de Dios parece un tema olvidado. La crítica a la religión relega este tema a un segundo plano, y los intentos de construir una ética sin religión se han ido sucediendo (con mayor o menor éxito) en las últimas décadas. Hace tiempo estuvo de moda una conversación que mantuvieron en su día Habermas y el actual papa al respecto. Por otro lado, hay más ejemplos de discusiones filosóficas que quizás no tengan consecuencias prácticas: ¿Qué decir de la metafísica, por ejemplo? El comportamiento de un platónico convencido y el de un nominalista no tienen por qué diferir. Es curioso como las diferentes tradiciones éticas ofrecen fundamentaciones bien distintas para respaldas comportamientos, normas y valores que quizás coincidirían en un porcentaje significativo. Sin embargo, también hemos de mantener cierta mirada crítica respecto a esta idea de W. James. Ciertamente nos orienta hacia el sentido común, pero su propuesta adolece de otros criterios de verdad que también son necesarios. O al menos así lo veo yo... Las verdades científicas pueden no tener consecuencias prácticas. La tecnología, producto de la ciencia, crea ella misma esas consecuencias. ¿Acaso sólo lo práctico cuenta? Quien sabe...