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Problemas de convivencia religiosa en los inicios del siglo XXI

El artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos afirma lo siguiente:

"Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia."

Nos encontramos ante un artículo polémico, que bien podría dejar insatisfechos a muchos. Estamos más que habituados a pensar que las sociedades occidentales cumplen con los derechos humanos, mirando siempre a países lejanos cuando hablamos de quienes los ignoran sistemáticamente. Frente a esta actitud, algo acrítica y quizás etnocéntrica, este artículo apunta a una libertad cuya realización en la sociedad democrática en que vivimos no contenta a nadie. Reconociendo la libertad de conciencia, la declaración está aludiendo de manera indirecta a la tolerancia y la convivencia entre distintos credos, y la experiencia demuestra que esto resulta más complicado de lo que pensamos.

Están quienes interpretan que la manifestación pública de sus creencias les legitiman para ocupar las calles y plazas en ciertas fechas del año. Entienden que los lugares públicos son tan adecuados como sus propios templos para expresar ante la sociedad sus propias creencias. En el polo opuesto, están quienes consideran que la sociedad debe mantenerse absoluta y totalmente neutral respecto a cualquier clase de creencia, por lo que esta debe recluirse al plano puralmente personal e individual, sin presencia en ninguno de los ámbitos públicos de la vida. Ni en la calle ni mucho menos en la enseñanza. Una vez más el artículo se mueve en el terreno de la ambigüedad: hace referencia a la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia que podrán expresarse tanto en privado como en público. Lo más asombroso de todo es que más de sesenta años después nosotros mismos, occidentales de pro y artífices en gran medida de la declaración, no nos ponemos aún de acuerdo en qué significan estas cosas.

Es fácil escapar de la confusión y mirar a los conflictos que parecen fuera de toda discusión: sabemos que hay países en los que ciertos credos están perseguidos. Quienes los profesan se exponen a la cárcel, a la tortura o a la muerte. Y creo que aquí será fácil lograr la unanimidad de creyentes y laicistas: este tipo de situaciones son de todo punto condenables. Cada uno de nosotros tiene derecho a creer en lo que considere oportuno: que Dios existe o que no. A adorar al Dios cristiano, al Yahveh de los judíos o a rezar cinco veces al día a Alá. Por la puerta de este derecho individual se cuela el problema del espacio público: cada cual entiende que este artículo respalda su derecho a la manifestación pública de su fe, y que no puede ser perseguido ni reprimido por el estado. Una invitación a la tolerancia que resulta paradójica: podríamos estar alentando creencias que atenten contra artículos de la declaración aún más esenciales que este. Más de seis décadas de derechos humanos que en occidente no han resuelto el conflicto, acrecentado en las últimas décadas, de la convivencia social. Porque no se trata de otra cosa: respetar que tú creas lo que quieras creer y que te puedas manifestar, si me permites a mí hacer lo propio mañana. Y siempre que nuestros credos sean compatibles con el resto de la declaración. ¿Es esto tan difícil de cumplir" La respuesta parece muy clara: sí.

Francamente, mira que he leído y releído el artículo y no veo absolutamente nada en él que lo constituya en polémico. Bueno, salvo que la tolerancia sea un asunto polémico. En cualquier caso, y afectos prácticos, habría que preguntarse: ¿es polémica en España la libertad de pensamiento? No, por supuesto que no. ¿ es polémica en España la libertad de conciencia? No, tampoco ¿ es polémica en España la libertad de religión? Pues….pues…..pues….sí y no. Si es la católica sí. Si no es la católica, no. Y esto es un hecho que el que no lo quiera ver pues allá él. Yo no estoy de acuerdo con aquellos que consideran “…..que la sociedad debe mantenerse absoluta y totalmente neutral respecto a cualquier clase de creencia, por lo que esta debe recluirse al plano puramente personal e individual, sin presencia en ninguno de los ámbitos públicos de la vida. Ni en la calle ni mucho menos en la enseñanza.” Y no estoy de acuerdo por dos motivos. 1.- Porque considero que las personas (y no la sociedad) no puede mantenerse absoluta y totalmente neutral respecto a cualquier clase de creencias. Cuestión aparte es que esas personas traten de imponer por medios no democráticos sus propias creencias. Me gustaría saber cómo puede darse un sistema educativo total y absolutamente neutro, por ejemplo. 2.- Quizás este motivo sea el más endeble. Y lo es porque está basado en mi experiencia personal. Y mi experiencia personal me lleva a la convicción de que quién así dice, en el fondo, lo que está diciendo es que la sociedad debe mantenerse absolutamente neutral respecto a cualquier clase de creencia, y a su no presencia en la enseñaza, siempre y cuando se trata de creencias contrarias a las suyas. Por cierto, que decir que debe de existir una neutralidad y no presencia en las instituciones de las creencias, que es si no, sino otra creencia. La suya, por supuesto, pero creencia al fin y al cabo. Yo no tengo absolutamente nada contra una manifestación pública (dentro de la legalidad) de ateos, de indignados, de musulmanes o de católicos. Al igual que no tengo nada contra la separación entre la Iglesia y el Estado. Es más, esto último ha sido uno de los grandes logros de la sociedad occidental. Pero se diga lo que se diga y se escriba lo que se escriba, no nos engañemos, aquí el único problema es el catolicismo. Obviamente el Régimen Franquista tuvo una gran parte de culpa en dicho problema (aunque el problema ya venía de atrás y por otras razones). Al igual que también tuvo una gran culpa la propia Iglesia Católica. Ante la persecución inicial sufrida, su posición, y en un primer momento, puede ser entendida. Pero después de la victoria militar (otros la llamarán cruzada), y si quería seguir el verdadero mensaje cristiano, tenía que haber abandonado dicho régimen y estar donde siempre debe de estar (con los que sufren y con las víctimas). Bien es verdad que lo hizo. Pero muy tarde…. demasiado tarde. Y también hay que tener en cuenta, no a los ateos, sino a los anticlericales. Afortunadamente ya no existe el régimen franquista como tampoco existe el régimen nacional-católico (perdón por la redundancia). Cualquiera que tenga la más mínima capacidad autocrítica se dará cuenta de que la influencia que posee la Iglesia Católica sobre la sociedad es cada vez menor. Pero a pesar de todo ello, el anticlericalismo, y sobre todo en estos últimos años, va en aumento. Por cierto, es un anticlericalismo-supongo que como todos- especialmente detestable. Y lo es por no desea hacer ni rehenes ni prisioneros. Y ese va a ser precisamente el motivo por el que va a resurgir la Iglesia Católica en España (ya lo verán). Y si ese es el caso (España es un país pendular) sólo espero que la Iglesia haya aprendido de sus errores pasados y que contribuya a la conformación de una verdadera y auténtica tolerancia. Un Saludo

Muy interesante tema el que Miguel ha escrito. Me gustaría decir algo que, quizás parezca heterodoxo. La “Declaración Universal de Derechos Humanos” no es la Biblia. (Quizás tampoco la misma Biblia lo sea en el sentido que se le suele atribuir). Sólo es el resultado de una convención que, como otras muchas veces ha pasado, se incumple con frecuencia. Esto es conocido. Como todas las convenciones, representa una cultura, una interpretación del mundo, en un momento histórico determinado. En lo que sigue la llamaré ”convención original”, C.O.. La cuestión es, si alguna convención puede atribuirse un “valor universal”. Este punto lleva directamente a la problemática que señala Miguel. Las sociedades actuales, al menos las occidentales, no son homogéneas. Son un conglomerado de diversas culturas con diferentes patrones de comportamiento y diversas creencias. Es decir, no participan en la C.O. Por lo que, suprimida la posibilidad de eliminar a los discrepantes, se busca un marco de coexistencia.(Entendiendo que, la eliminación física de los discrepantes, solo esta prohibida para los que participan de la C.O.) Debido a esta asimetría entre culturas, no pudiéndose hablar, por el momento, de una cultura universal, se manifiestan los problemas que señala Miguel y que se leen en los medios a diario. Es un problema. Saludos cordiales.

Tengo que añadir, como aclaración necesaria que, en las sociedades occidentales modernas, que sí participan en la C.O., se mezclan otros grupos que no participan de tal C.O. Ese es el problema. Saludos.

¡Hola, Buho! Tienes toda la razón al afirmar que las sociedades actuales, al menos las occidentales, no son homogéneas. Que son un conglomerado de diversas culturas con diferentes patrones de comportamiento y diversas creencias. Y que debe de buscarse un marco de coexistencia. Y la pregunta sería: ¿Cómo encontrar ese marco de coexistencia? Creo que se marco ya existe. Y se llama la declaración de Responsabilidades y Deberes humanos. Aquí te dejo el contenido de dicha Declaración. Capítulo 1 El capítulo 1 formula las definiciones de deberes y responsabilidades que serán usadas en esta declaración. En su artículo 1 se define el "deber” como una obligación ética o moral, y "responsabilidad" como una obligación que tiene fuerza legal de acuerdo con el derecho internacional actual. Por su parte, "la comunidad mundial" refiere a los estados y sus autoridades, las organizaciones intergubernamentales y las no gubernamentales, las corporaciones públicas y las privadas, incluyendo las transnacionales, otras entidades civiles, pueblos, comunidades y las personas en forma colectiva. A continuación en el artículo 2 se explicita cómo los miembros de la comunidad mundial son los titulares de responsabilidades y deberes colectivos e individuales para promover el respeto universal, la observancia de los derechos humanos y las libertades fundamentales. El parágrafo 7 de dicho artículo establece la relación entre derechos, deberes y responsabilidades: Como titulares de los derechos humanos y libertades fundamentales, todas las personas, pueblos y comunidades, en ejercicio de sus derechos y libertades, tienen la obligación y la responsabilidad de respetar los de los demás y la obligación de tratar de promover y observar tales derechos y libertades. Capítulos siguientes Los capítulos siguientes definen específicamente deberes y responsabilidades a partir de los derechos humanos. •El capítulo 2 trata sobre el derecho a la vida y a la seguridad humana: oEl deber y la responsabilidad de la protección de la vida y a lograr la supervivencia tanto de las generaciones actuales como de las futuras (art. 3). oLa obligación y responsabilidad de promover la seguridad colectiva y la cultura de la paz. (art.4). oLa obligación de promover el desarme en interés de la paz (art. 5). oLa obligación de intervenir para impedir graves violaciones de los derechos humanos (art. 6). oLa obligación y la responsabilidad de respetar el derecho humanitario internacional en tiempos de conflictos armados (art. 7). oEl deber y la responsabilidad de la ayuda humanitaria y la intervención (art. 8). oLa obligación y la responsabilidad de proteger y promover un medio ambiente seguro, estable y sano (art. 9). •El capítulo 3 está dedicado a la seguridad humana y a un orden internacional equitativo: oLa obligación y la responsabilidad de promover un orden internacional equitativo (art. 10). oEl deber de aliviar la deuda usurera (art. 11). oEl deber y la responsabilidad de promover un desarrollo científico y tecnológico seguro, responsable y equitativo (art. 12). oLos deberes y responsabilidades de las corporaciones públicas y del sector privado (art. 13). oEl deber y la responsabilidad de impedir y castigar el crimen internacional organizado. (art. 14). oLa obligación y la responsabilidad de erradicar la corrupción y establecer una sociedad ética (art. 15). •El capítulo 4 acentúa la importancia de la participación significativa en los asuntos públicos; oEl deber y la responsabilidad de conseguir una participación significativa en los asuntos públicos (art. 16). •El capítulo 5 establece con respecto a las libertades de opinión, de expresión, de reunión, de asociación y de religión: oLa obligación y la responsabilidad de respetar y asegurar la libertad de opinión, de expresión y de los medios de comunicación (art. 17); oDeberes y responsabilidades referentes a las tecnologías de la información y de las comunicaciones (art. 18). oLa obligación y la responsabilidad de respetar y asegurar la libertad de reunión y de asociación (art. 19). oEl deber y la responsabilidad de respetar y asegurar la libertad de religión, creencias y conciencia (art. 20). •El capítulo 6 desarrolla los deberes a partir del derecho a la integridad personal y física: oEl deber y la responsabilidad de respetar y asegurar la integridad física y personal (art. 21). oEl deber y la responsabilidad de respetar y asegurar el derecho a la libertad personal y a la seguridad física (art. 22). oLa obligación y la responsabilidad de prohibir e impedir la esclavitud y las instituciones y prácticas análogas a la esclavitud (art. 23). oEl deber y la responsabilidad de respetar y asegurar la ausencia de tortura, de tratos o castigos crueles, inhumanos y degradantes (art. 24). oEl deber y la responsabilidad de prevenir y erradicar las desapariciones forzosas (art. 25). •El capítulo 7 expone convincentemente las obligaciones y deberes sobre la igualdad: oLa obligación de respetar y asegurar un trato igual y la no discriminación (art. 26). oEl deber y la responsabilidad de respetar y asegurar la igualdad (art. 27).. oLa obligación y la responsabilidad de asegurar la igualdad racial y religiosa (art. 28). oEl deber y la responsabilidad de asegurar la igualdad de sexo y de género (art. 29).. oEl deber y la responsabilidad de asegurar la igualdad de las personas discapacitadas (art. 30). •El capítulo 8 explicita la normatividad para la protección de las minorías y de los pueblos indígenas; oEl deber y la responsabilidad de respetar y proteger los derechos de las minorías (art. 31).. oEl derecho y la responsabilidad de respetar, proteger y promover los derechos de los pueblos indígenas (art. 32).. •El capítulo 9 refuerza a través de la enunciación de obligaciones y responsabilidades los derechos de los niños y de los ancianos; oLa obligación y la responsabilidad de respetar, proteger y promover los derechos de los niños (art. 33).. oEl deber y la responsabilidad de promover y hacer que se realicen los derechos y el bienestar de los ancianos (art. 34). •El capítulo 10 está dedicado a temas del trabajo, la calidad y el nivel de vida: oEl deber y la responsabilidad de promover el derecho a un trabajo justamente remunerado (art. 35). oEl deber y la responsabilidad de promover la calidad de vida y un nivel de vida adecuado (art.36). •El capítulo 11 trata los deberes con respecto a la educación, las artes y la cultura: oEl deber y la responsabilidad de promover y aplicar el derecho a la educación (art.37). oEl deber y la responsabilidad de fomentar las artes y la cultura (art. 38). •El capítulo 12 contiene las normas para el derecho a los recursos y una cláusula: oEl deber y la responsabilidad de prever y aplicar recursos efectivos (art. 39). oEl deber de observar y poner en práctica la Declaración de Responsabilidades y Deberes Humanos (art.40). •La declaración agrega al final una cláusula de no derogación (art.41).

Hola Elias. Gracias por tu amable contestación. El problema, porque es un problema, es que "los otros", los que no participan de esta cultura que nosotros denominamos "civilizada", (de ahí que los otros pasen a ser "bárbaros"), no reconocen el valor de esa Declaración de Responsabilidades y Deberes. Como dicen los físicos actuales, algunos, quizás haya muchos mundos distintos. Esa coexistencia o consenso, parece que se va encontrando por si misma. Una especie de "entropia moral". Esto último es una especulación personal. Saudos cordialesl

!Hola Buho! Dices:"El problema, porque es un problema, es que “los otros”, los que no participan de esta cultura que nosotros denominamos “civilizada”, (de ahí que los otros pasen a ser “bárbaros”), no reconocen el valor de esa Declaración de Responsabilidades y Deberes." Pues bien, creo que tienes toda la razón. Eso sí, es que tampoco reconocen la Declaración de los Derechos Humanos. ¿Y cuál es la solución? Imponérselos. Y no será también que los "unos" no hacen más que hablar de los Derechos a "los otros" pero que esos mismos "unos" no tienen en cuenta los deberes hacia "los otros". En nuestra sociedad mucho hablar de Derechos pero de Deberes.......poco.... y mal.

Hola. Efectivamente es como dices:"Imponérselos". Imagino que, si esta pagina tiene lectores, muchos dirán que eso es "colonialismo". Pero, gracias al colonialismo se fueron "imponiendo",muchas costumbres que denominamos "derechos humanos". En el ejemplo metafórico, como todos, que citaba, es una especie de "entropía moral" que hace que, en conjunto las diversas culturas se vayan pareciendo. De forma que a un observador exterior la parecería que "la totalidad" parece algo más civilizada. Esto es un hecho obvio, creo. Saludos cordiales.

El problema de imponerlos es que va en contra del derecho a la libertad de conciencia y de credo. Es inmoral imponer unos valores (aunque nos parezcan "superiores") a quien no los comparta. La única manera de imponer unos valores es mediante el respeto a dichos valores y su realización práctica mediante la ejemplaridad (Palabra puesta de moda en los últimos tiempos por la Casa Real Española. Al menos, de boquilla).

Me parece que estamos hablando desde supuestos distintos. En tus escritos parece que se presupone que "hay unos derechos", y se debate sobre su alcance. Desde mi punto de vista, esos derechos "no caen llovidos del cielo". Es legítimo cuestionarse su origen, puesto que es un hecho indudable que lo que se denomina "derecho" depende de las diversas culturas. Es decir, para mí, y para muchos otros, los llamados derechos son el resultado de la evolución de los grupos sociales. Tendrían, por tanto, un origen pragmático. Y, como creo que también es indudable,los grupos sociales, las sociedades se van imponiendo unas a otras. El pez grande se come al chico. Y la práctica va demostrando que es más conveniente, "útil", el comercio que la guerra de conquista. Aunque el comercio también es otra forma de hacer la guerra. Hay, por tanto, una imposición. Y hay "sutiles imposiciones", la educación en los valores tradicionales, por ejemplo. Creo que esto es todo, desde mi punto de vista, sobre el asunto de los derechos humanos. saludos cordiales.

¡Hola, Buho! Hace muy poco había dicho, y perdóname la pedantería de citarme a mí mismo: “Hay algo en aquellas famosas palabras del no menos famoso pensador cristiano Maritain (que participó activamente en dicha Declaración de los Derechos Humanos) que no convienen olvidar ni dejar de re-pensar. Dicha frase decía así: “estamos de acuerdo con los DERECHOS con tal de que no se nos pregunte el porqué. Porque con el “porqué” comienza la disputa”. Supongo que cuando dices que en mis escritos se presupone que “hay unos derechos”, en realidad, y lo que quieres decir, es que yo considero que existen unos “derechos naturales”. Por cierto, dices:”Hay, por tanto, una imposición. Y hay “sutiles imposiciones”, la educación en los valores tradicionales, por ejemplo.” Supongo que lo que querías decir es que hay “sutiles imposiciones” cuando se imponen valores, ya sean tradicionales o actuales, siempre y cuando, no sean sometidos a la “crítica”. Salvo que en realidad consideres que sólo los valores tradicionales se imponen de forma sutil, y valores como el consumismo, por ejemplo, se hacen con luz y taquígrafos. Yo considero que el mundo de los valores es una creación del ser humano. Y por tanto, fruto de la construcción humana. Y que efectivamente, deben de ser “experienciados”. Y obviamente, dicha experiencia sólo puede ser histórica. Podría llegar a la consideración de que existen unos derechos naturales. Pero eso sí, dichos derechos naturales sería de carácter formal. Y ya, que cada cultura y que cada persona determine la concreción de dichos derechos formales. Yo podría considerar que la realidad humana es una realidad que se auto-posee. Yo podría considerar que el ser humano es un “ser” que constitutivamente tiene que hacer-se. Que tiene que hacer su propia vida. Y yo podría considerar que existe un derecho natural (universal) que consista en afirmar que todo el mundo tiene derecho a constituir-se su propia realidad. A realizar-se a sí mismo. A elegir su propia vida y su propia forma de realidad (personalidad). Y después, que cada uno elija su propia forma de realidad (su propio contenido) Si lo sé, una cosa es el Ser y otra el deber ser. Y sé que no se puede incurrir en la falacia naturalista. Pero no soy tan ingenuo de pensar que esto se consigue de forma idílica. ¿Qué hacer frente a un choque de civilizaciones? ¿Qué hacer frente a una persona, un pueblo, un país o una civilización que diga: Bien, tú respetas el derecho a la vida y a la libertad de conciencia, pero nosotros no, qué pasa? ¿Qué hacer si un país esta violando los derechos humanos? Pues sí, personalmente creo que hay que intervenir. El problema es cuando se interviene por motivos ajenos a los derechos humanos o cuando no se interviene en la defensa de los mismos. Un ejemplo de lo primero lo tenemos en Estados Unidos (creo que no hacen falta ejemplos), y de lo segundo, en Europa (creo que sí que hacen falta ejemplos). Cuando la guerra de los Balcanes, Europa no intervenía aunque había un país que estaba cometiendo un genocidio. Cuando IraK cometía genocido contra los kurdos Europa no intervenía (es más, España vendía armas de guerra a dicho país). También podríamos hablar de los intereses franceses o alemanes. Un cordial saludo

Hola Elias. Estaba para colocar en mi blog “el espectador desinteresado”, un resumen de este, más que debate diría, intercambio de pareceres, cuando acabo de leer tu comentario. Un buen comentario. Es agradable debatir contigo. Muchas gracias. Tras los saludos rituales te diré: Estoy, en general de acuerdo con lo que dices, pero…siempre hay algún pero, en este caso no de poca monta. Dices, entre otras cosas, “EXISTE UN DERECHO NATURAL (UNIVERSAL)”. Esa es la cuestión! De donde se debe discutir:1º Si hay algo a lo que llamamos “derecho natural”, de donde procede, cual es s fundamento. 2º Si tal derecho es “universal”. Ad 1º: entiendo que solo se puede hablar de “derecho natural universal” si se presupone que “existe una naturaleza humana común, universal”, lo que, si no es un supuesto previo, como en el caso de Kant, resultaría difícil de demostrar. “Esta prueba esta fuera del alcance de los medios actuales de conocimiento”.(G.E. Moore) Cuando se habla de derecho natural, en la escuela, suele ser dentro del esquema, “ley natural” de la que deriva. Ley natural que, a su vez sería resultado de la ley eterna, etc., pero esta es otra historia. Ese derecho natural expresaria unos derechos anteriores a cualquier norma positiva, social, histórica…unos derechos básicos derivados de la misma naturaleza humana. Ad2: Siendo el llamado “derecho natural”, un resultado de la práctica de los grupos sociales, de las sociedades, es decir del llamado derecho positivo, obviamente no puede reclamar la universalidad, si no es por consenso cual es el caso. “Considerando que una concepción común de estos derecho y libertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso, LA ASAMBLEA GENERAL PROCLAMA LA PRESENTE DECLARACION…” Luego los detalles que Miguel, con fines docentes, planteaba en su escrito se mueven en otro nivel. No se trata ya de discutir sobre el origen del derecho, sino que “dado que estamos dentro del horizonte del mundo actual”, a partir de ese hecho se puede discutir sobre los cumplimientos o incumplimientos que los diferentes estados hagan. Pero esto no es nuevo. Ya Moisés, según el libro sagrado, se tuvo que enfrentar con discrepantes, y eso que, según el relato, Dios ( Yahveh) parece que se manifestaba con frecuencia. Diría que eso es algo así como “filosofía aplicada”. Saludos cordiales,

¡Hola, Buho! Fíjate que yo y en referencia a los valores universales y al derecho natural he utilizado el “podría”. Además de que hice referencia a la falacia naturalista. También hice referencia a la universalidad (de existir) desde el punto de vista formal, y no, de unos contendidos concretos. Por ejemplo, la regla de oro de Kant, hace referencia al formalismo, pero no, a los contenidos concretos. Estos contenidos son algo que deben de ser determinados o concretados. Y esa es una labor histórica. En cuanto al tema que nos ocupa considero que hay tres posturas. -biologicista. Es una postura determinista. El ser humano posee una naturaleza humana que viene determinada por sus estructuras biológicas. -Culturalista. Coincide con la anterior en su concepción de la naturaleza humana. Lo que ocurre es que esta postura considera que a la naturaleza humana hay que oponerle la razón, la libertad y la cultura. Y considera que el factor radical que constituye a los hombres es su cultura, y no, su naturaleza. El culturalismo no niega, o no tiene porqué negar, la naturaleza humana, sino lo único que hace es considerar que el factor fundamental y definitorio del hombre es su cultura, y no, su naturaleza -La clásica (aristotélica-tomisma) que junto con el concepto de naturaleza humana introduce el concepto de persona. El problema para mí es que el Tomismo acaba incurriendo en cierto biologicismo. Y acaba, porque termina considerando que todo en el hombre está dado (datitud) y el hombre lo único que tiene que hacer es ir a “buscarlo fuera” (valores y leyes) independientemente de su libertad, creatividad y cultura. Por eso creo que esta posición debe de ser repensada teniendo en cuenta las dimensiones creativas y culturales en lo que atañe a la creación y/o concreción de los valores. Yo podría llegar a aceptar la existencia de unos valores universales. Otra cosa es considerar que esos valores estén dados definitivamente. Y ahí es donde considero que se equivocan algunos. La manera en que se concretan eso valores universales es histórica. La Verdad es histórica. El problema, por otra parte, lo tienen también (porque ese “pero” del que hablas nos alcanza a todos) en que si no se acepta la existencia de unos valores universales, la Declaración de los Derechos Humanos, queda sin fundamento último(no sin razones) alguno. La Declaración, lo quieran o no, hace referencia a unos derechos inherentes a la naturaleza humana. Es decir, los Derechos humanos están basados, para que posean un fundamento último, en la consideración de que existe una naturaleza humana común. Cuando se dice, por ejemplo, que “todos los hombres son iguales……” no se está diciendo que consideramos, que adoptamos o que convenimos en que los hombres deben de ser tratados como si fueran todos iguales. No. Se considera que “todos son" iguales independientemente de la época histórica, valores o cultura. Por tanto, que hay una naturaleza humana a-histórica y a-cultural común. Porque si no hay una naturaleza humana común ¿qué estamos diciendo, o qué queremos decir(si es que decimos algo con sentido)al hablar del ser humano? Si una persona o una sociedad considera que el hombre es “su” cultura puede llegar a la consideración de que un “negro”, y si no pertenece a su cultura, es otro tipo de hombre. Y por tanto, podrá acabar tratando a los negros como lo que son: “otros seres humanos diferentes a él”. Hoy se acepta (en términos generales) la Declaración de los Derechos Humanos. Pero qué ocurre si mañana no. Cómo defender a los más desfavorecidos, a los que sufren, y en palabras de Ellacuría, a los pueblos crucificados si no aceptamos la existencia de una naturaleza humana común (englobando el concepto de naturaleza humana biologicista y el concepto de persona es sus dimensiones sociales y culturales). Un Cordial Saludo