Pasar al contenido principal

Apuntes sobre Wittgenstein

Resumen de los aspectos más importantes del pensamiento de Wittgenstein

1. Introducción al texto

El fragmento estudiado en el ejercicio pertenece a la “Conferencia sobre ética”, enmarcada en la primera época de Wittgenstein. En ella distingue 2 sentidos del término “bueno”: el relativo (adecuación a un propósito determinado: “buen piloto”), y el absoluto (algo que toda persona se sentiría culpable de no hacer: “piloto bueno”). Así, define la ética como una investigación sobre lo bueno en su sentido absoluto. Por lo tanto, como la ética trata los valores del sujeto privado, el sentido absoluto sólo puede existir del sujeto privado para dentro. Como ejemplo de ello, muestra 3 experiencias con regusto religioso que para él han tenido valor absoluto:

  • el asombro de que el mundo exista
  • la vivencia de estar absolutamente a salvo
  • la vivencia de sentirse culpable

Además, reconoce que la dificultad para expresar estas experiencias a través del lenguaje no dependen de la incapacidad lingüística de quien las cuenta, sino de la incapacidad del lenguaje de ir más allá del mundo: el lenguaje sólo sirve para describir el mundo, no para expresar proposiciones éticas, pues la ética es sobrenatural y nunca puede ser una ciencia.

2. Biografía y época

Wittgenstein (1889-1951), autor influyente en el Círculo de Viena, en el desarrollo de la lógica formal, y en la teoría pragmática del significado, nació en Viena, estudió ingeniería aeronáutica, y fue profesor.

Wittgenstein vive por tanto en al primera mitad del siglo XX, una época marcada por las 2 grandes guerras mundiales (en las que participa), suscitadas por el auge de los nacionalismos y los fascismos. Además, asiste a la Viena de fin de siglo, el movimiento cultural más importante del siglo XX.

En esta época destaca el papel predominante del lenguaje en la filosofía. Un grupo de filósofos, al que por sus características comunes se denomina “movimiento analítico”, intenta dar un nuevo enfoque lingüístico a la filosofía, que consiste en tratar los problemas filosóficos partiendo de las formas lingüísticas en las que se expresan. [1] Creen que el fallo de la filosofía ha radicado siempre en la tendencia de los filósofos a extraer conclusiones sobre el mundo partiendo del lenguaje, cuyo uso podría ser la causa de los problemas filosóficos. [2] Creen por tanto que es necesario realizar un análisis del lenguaje para solucionar estos problemas, y que la filosofía debe ser la encargada de ello. [3] Además, a todos ellos les une una actitud empirista.

Este movimiento analítico puede dividirse en 2 etapas. La primera la formaron Moore, Frege, Russell y Wittgenstein, y la segunda se dividió en 2 tendencias: el Positivismo lógico (Russell y 1º Wittgenstein), según el cual el lenguaje sólo sirve para describir la realidad, y la Filosofía analítica (Moore y 2º Wittgenstein), cuyos autores prefieren analizar los usos del lenguaje sin juzgarlos.

3. Influencias

Aunque también le influyeron en menor medida Schopenhauer, Kierkegaard, Dostoievski y Tolstoi, destacan sobre todo Frege y Bertrand Russell.

Frege:

  • Es considerado uno de los fundadores de la lógica moderna, la matemática moderna, y la moderna filosofía del lenguaje.
  • Junto a Russell, es el representante del logicismo: intento de fundamentar la matemática en la lógica. Trató por lo tanto de deducir la matemática a partir de ideas primitivas exclusivamente lógicas, y para ello consideró que era necesario construir un lenguaje perfecto (el de la lógica), exento de las ambigüedades e inexactitudes que pueblan el usual.
  • Estableció una teoría del significado de los símbolos del lenguaje.

Russell:

  • A partir de sus estudios en el terreno de la lógica (continúa el proyecto de Frege) junto con el empirismo y el realismo filosófico, enuncia una teoría de la realidad denominada “atomismo lógico”: el mundo está formado por una pluralidad de hechos que son independientes entre sí e independientes de nuestro conocimiento.
  • Cree por tanto que hay que descomponer los hechos complejos hasta llegar a los más simples, y para ello dice que debemos analizar el lenguaje, ya que considera que la realidad y el lenguaje perfecto comparten la misma estructura lógica. Así, distingue los siguientes elementos tanto del lenguaje como de la realidad:
  1. En el lenguaje hay nombres propios cuyo significado es el objeto individual al que se refieren. [Teoría referencialista del significado].
  2. Cada objeto individual posee cualidades y entra en relación con otros objetos, dándose hechos que se expresan mediante proposiciones.
  3. Las proposiciones pueden ser atómicas o moleculares (varias atómicas unidas mediante conectivas lógicas [y,o,si...]).

Se deduce de aquí que todo lo que ocurre o existe puede ser dicho en lenguaje perfecto, y todo lo que se puede decir en lenguaje perfecto tiene su referencia en el mundo (isomorfía). Es decir, que el ámbito de uso del lenguaje perfecto queda reducido a la descripción (el lenguaje pinta la realidad).

4. Pensamiento

4.1. PRIMER WITTGENSTEIN

Habla de lo que menos le interesa (la ciencia), y no habla del resto de cosas, de lo “místico”, pues no cree que sean descriptibles con palabras sin que pierdan valor.

En su primera obra, El Tractatus, enuncia 6 afirmaciones fundamentales:

1. El mundo está formado por la totalidad de los hechos atómicos: Los hechos atómicos (las relaciones más simples que existen entre las cosas, imposibles de descomponer), son los que componen el mundo, y no los objetos que hay en él.

2. El pensamiento, y las proposiciones en que se expresa, son figuras de la realidad: Las proposiciones atómicas (imposibles de descomponer) representan (pintan: teoría pictórica del lenguaje) hechos atómicos, compartiendo su misma estructura (son isomórficos: Russell). Así, cada proposición corresponde a un único hecho, y viceversa (teoría referencialista).

3. El lenguaje es el instrumento a través del cual conocemos y expresamos la realidad: Éste lenguaje (constituido por la totalidad de las proposiciones) es un mapa de la realidad, por lo que los límites del lenguaje de un hombre son los límites de su realidad.

4. La manera de saber si una proposición atómica es figura de un hecho, es mirar al hecho: Así se comprueba si la proposición realmente describe lo que dice describir. Esto fue enunciado antes por Tarski, en su “teoría de la verdad como correspondencia de la realidad”.

5. Las proposiciones que no representan hechos atómicos carecen de sentido: Wittgenstein rechaza así toda metafísica y toda ética racional, pues las proposiciones relacionadas con esos temas (lo místico [que en realidad le importa]) no tienen dónde apuntar, luego no son auténticas, son pseudoproposiciones. Las únicas proposiciones auténticas son las relativas a las ciencias naturales, ya que tratan de describir lo que ocurre.

Cambia así el papel de la filosofía, atribuyéndole el de la aclaración lógica del pensamiento: debe descubrir las falsas proposiciones y disolverlas. No es importante para la ciencia, sólo sirve para separar lo que es ciencia y lo que no. Divide el mundo en 2, quedando así injustificada toda discusión en el lado de lo humanístico (lo que no es ciencia), pues como nada ahí es demostrable, nunca se sabrá quién tiene razón (sentido conciliador por las guerras del momento).

6.     Las proposiciones lógicas son todas tautológicas: Las proposiciones lógicas, a pesar de no hacer referencia al mundo, son verdaderas, ya que se limitan a repetir con otros símbolos lo que ya se ha dicho con otras proposiciones. Es por lo tanto un lenguaje analítico, verdades huecas.

En cuanto al tema del valor y el sentido, según Wittgenstein, todas las proposiciones y hechos valen lo mismo: no valen nada. No tienen un valor por sí mismos, el valor lo aporta el sujeto privado según la importancia que dé a cada hecho, según su apreciación. Por lo tanto:

  • no hay ningún sentido que seguir en la vida [ya que nada tiene más valor].
  • el lenguaje y la ciencia sólo pueden hablar de hechos, no de valores [ya que pertenecen al sujeto, están fuera del mundo].

4.2. SEGUNDO WITTGENSTEIN

A raíz de comenzar a trabajar en un jardín de infancia, se da cuenta de que los niños aprenden a utilizar el lenguaje aun sin conocer el significado de las palabras; aprenden su uso. Es por esto que decide dar un giro de 180º a su teoría, y abandona el pensamiento referencialista. Las razones expuestas se encuentran tanto en sus “Investigaciones filosóficas” como en los cuadernos de apuntes de sus alumnos:

  • Existen términos que no son nombres de objetos, no son referenciales. [Ej: ¡Socorro!]
  • Utilizamos nombres que se refieren a un objeto, pero que en función del contexto, la entonación o los gestos, adquieren un significado distinto. [Ej: Feo]
  • A veces usamos nombres que no se refieren a ningún objeto. [Ej: El equipo de fútbol ideal]

Así, en su obra plasma su nuevo punto de vista, la teoría pragmática: el significado de un término no hay que buscarlo en el objeto al que representa sino en el uso que le demos en un determinado momento.

Deduce así que los lenguajes funcionan como juegos, y que cada uno tiene sus propias reglas. Hay innumerables juegos, tantos como actividades puedan realizar los hombres, y por lo tanto, la ciencia es un juego más. Ahora el significado de las palabras no se obtiene mirando al objeto, pues no tiene por qué haberlo, ahora se obtiene preguntándole a quien las usa. Aun así, mantiene que todos estos juegos no tienen ninguna característica común a todos, únicamente mantienen un aire de familia (unos se parecen a otros en ciertas cosas). Por último, decide que no tiene sentido tratar de encontrar un lenguaje perfecto, porque no puede haber sólo uno: cada uno es para un uso.