Pasar al contenido principal

Vocabulario de Platón (LOMCE, CyL)

Ajustado al decreto 363/2015 de la Junta de Castilla y León (LOMCE)

Con la entrada en vigor de la LOMCE y los estándares de aprendizaje, el currículum de Historia de la filosofía insiste en el manejo de una serie de términos de cada autor. A continuación puedes encontrar los de Platón:

  • Idea: es un objeto que existe en un mundo separado del material, y se caracteriza por ser universal, eterno, único, perfecto e inmaterial. Esta realidad ideal es la que serviría como modelo al demiurgo (inteligencia ordenadora) en el acto de creación de la realidad material: cada cosa material imita o participa de su Idea correspondiente.
  • Mundo sensible: Se corresponde con la realidad material, y es el mundo que conocemos a través de los sentidos. En este mundo no es posible llegar a la verdad, pues está sometido permanentemente al cambio. Con todo, dentro del mundo sensible, Platón distingue dos tipos de conocimiento: imaginación, centrado en la imagen de las cosas, su apariencia y creencia, que implicaría un conocimiento del objeto material.
  • Mundo inteligible: Es la realidad a la que accedemos por medio de nuestra razón, y sería el mundo de las Ideas. Por tanto, es un mundo de verdades abstractas, y universales, en el que Platón señala otras dos formas de conocimiento: inteligencia discursiva y ciencia o pensamiento. La primera de ellas se ocuparía de los objetos matemáticos y serviría de preparación para el mayor conocimiento al que puede aspirar el ser humano, que consistiría en la contemplación intelectual de las ideas.
  • Bien: tal y como nos lo presenta en la República, el Bien es para Platón la Idea más alta a la que puede aspirar el ser humano, y también la más difícil de conocer, accesible solo para el sabio. El filósofo griego estima que la Idea de Bien sería la Idea suprema, y que, similar a la luz del sol, confiere inteligibilidad al resto de Ideas, que de una forma más o menos directa participan del Bien. Esta Idea de Bien es el objetivo último del sabio o dialéctico, y aquel que la conozca será la persona más adecuada para gobernar.
  • Razón: Es para Platón la mayor capacidad de conocimiento del ser humano, y sería la encargada del conocimiento del mundo inteligible. Es por tanto el rasgo distintivo del ser humano, y lo que nos permite llegar a la verdad, que Platón sitúa en el mundo inteligible. El conocimiento racional será para Platón siempre superior al empírico.
  • Doxa: término griego que suele traducirse como opinión y hace referencia al conocimiento del mundo sensible. La doxa sería el medio natural de los sofistas: si se trata de un conocimiento no verdadero, todo será objeto de opinión, y el lenguaje podrá orientarse en una u otra dirección para conseguir que las cosas parezcan lo que más pueda interesar en cada caso. En consecuencia, la doxa será un conocimiento falso, centrado en lo sensible, y dependiente siempre de intereses ajenos a la verdad. Se divide en imaginación y creencia.
  • Episteme: es el conocimiento propio del mundo inteligible, por lo que es superior a la opinión y nos conduce al descubrimiento de la verdad. La episteme, habitualmente traducido como ciencia, incluiría la inteligencia discursivo (conocimiento de los objetos matemáticos) y el pensamiento (conocer las Ideas directamente con nuestra razón). En consecuencia, la episteme apuntaría a la mayor abstracción que puede alcanzar el conocimiento humano.
  • Universal: Es uno de los rasgos de las Ideas platónicas, quizás el más importante de ellos y consiste precisamente en que una sola Idea sirve para comprender una pluralidad de realidades materiales, que se caracterizan precisamente por ser concretas, particulares. Con este concepto, que Platón hereda de Sócrates, comienza una larga búsqueda filosófica de un concepto verdadero, que no dependa de circunstancias sociales, culturales o históricas, con el que poder comprender la realidad. La buscada universalidad es tan importante que, por ejemplo, en la edad media se desatará la “polémica de los universales” que versa precisamente sobre la existencia o no, de realidades universales, similares a las Ideas platónicas.
  • Absoluto: características de las Ideas y, en consecuencia, también de la verdad. Las Ideas no son relativas, no dependen de un contexto social o cultural, sino que existen por sí mismas en un mundo separado del material. Están, por así decirlo, “sueltas de” cualquier condicionante. Por ello, el sabio que logre alcanzarlas poseerá también un conocimiento absoluto, independiente de cualquier condicionante.
  • Dualismo: Es una de las tesis generales del pensamiento platónico que consiste en afirmar la existencia de dos mundos distintos, el material y el de las Ideas, estableciendo entre ambos una relación de participación e imitación. Este dualismo defiende por tanto que el mundo material en que vivimos no es el único existente, sino que hay otra realidad de abstracciones de la cual esta nuestra depende. Este dualismo se extiende también a la concepción del ser humano, que para Platón es un compuesto de cuerpo (mundo material) y alma (mundo de las Ideas).
  • Reminiscencia: este concepto es el más importante de una de las tesis centrales de la teoría del conocimiento platónica, y se podría entender como “recuerdo”. En el Menón, Sócrates defiende que “conocer es recordar” y que el conocimiento implica un “reconocimiento”, es decir, un recuerdo de las Ideas que el alma conoció antes de encarnarse en un cuerpo. Implícitamente, Platón defiende la existencia de ideas innatas a través de este concepto de reminiscencia, pues lo que se está afirmando también es que el ser humano cuenta con conocimientos previos a la experiencia.
  • Transmigración: transmisión del alma de un ser vivo a otro más allá de la muerte. Esta es una de las tesis centrales de la antropología platónica y aparece recogida en varios de sus mitos. Con todo, no es una idea original, sino que habría llegado hasta Platón desde las religiones órficas a través del pitagorismo. Nos encontramos así ante una de las pocas ideas puente entre oriente y occidente. Si seguimos la descripción platónica, al morir el alma vuelve al mundo de las Ideas si se ha llevado una vida sabia y orientada al bien. Pero si no es así, el alma pasaría a otro ser vivo y comenzaría un ciclo de sucesivas “transmigraciones” hasta que volviera a tener la oportunidad de volver a existir como un ser humano.
  • Mímesis: Concepto griego que se traduce por imitación. Desempeña un papel importante en dos terrenos de la filosofía platónica. En primer lugar, y con caracter general, las cosas guardan con las Ideas una relación de mímesis, pues imitan a las Ideas, son una copia material de las mismas. Por otro lado, esta misma idea de mímesis caracteriza según Platón lo que hoy llamaríamos artes plásticas: la pintura y la escultura con una realidad de segundo nivel, pues son una imitación de la realidad material, y en este sentido serían una copia de copia, una imitación de una imitación.
  • Methexis: Platón utiliza esta palabra griega para referirse a la relación de participación que hay entre las cosas y las Ideas. Según la methexis, las cosas participan de las Ideas, pero al ser materiales lo hacen de un modo imperfecto. La methexis, que es un concepto clave para sostener el dualismo platónico, se va a poner en duda en los llamados diálogos críticos, pues la participación parece entrar en contradicción con el carácter “separado” y “absoluto” de las Ideas.
  • Virtud: el concepto de virtud aparece caracterizado en varios diálogos, por lo que es muy difícil dar una única definición del mismo. Es posible encontrar al menos tres caracterizaciones, no distintas, sino complementarias: sabiduría, purificación, armonía. El virtuoso es el sabio, aquel que empeña su vida en el conocimiento de las Ideas. Esto nos lleva casi de un modo natural al segundo significado: la virtud implica una renuncia a los placeres corporales en favor del cultivo del conocimiento. Y finalmente, quien haya alcanzado la sabiduría, quien conozca el Bien, tiene necesariamente que ser alguien armónico, cuyas “almas” estén en equilibrio, cumpliendo cada cual con la función que le corresponde.
  • Justicia: La justicia es la virtud fundamental de la polis y el tema central de la República. Será justa aquella polis en la que cada cual se ocupa de aquella función para la que está mejor preparado, sea gobernante, guardián o productor. El equilibrio de estas tres clases sociales y el hecho de que estén integradas por las personas más adecuadas para cada una de estas tareas es lo que provoca que surja la justicia, que igualmente puede entenderse, en el terreno ético, como un equilibrio entre las tres partes del alma que señala Platón (pensamiento, sentimientos e institutos o impulsos).