
Que internet puede ser, entre otras muchas cosas, un instrumento de poder ya ha sido comentado
aquí hace un tiempo. Sin embargo, la idea volvió a los medios la semana pasada, durante la celebración de la cumbre antiterrorista en Madrid. Curiosamente, el agente 00gle (sé que el chiste es malo, que le vamos a hacer) se ha convertido en uno de los servicios secretos más eficaces para controlar al crimen organizado. Precisamente porque se trata de eso, de estar organizado, el crimen necesita de algunos servicios de la red que pueden ser controlados con las herramientas adecuadas. Se decía que una de las ventajas de internet era el anonimato, pero parece ser que todo esto es mucho menos anónimo de lo que parece.
Y claro, que se pongan a la altura de las bandas de criminales no me parece mal. Si ellos se organizan a través de la red, no creo que a nadie esté en contra de que también la policía se actualice, y busque formas de acceder a información que de otro modo sería difícilmente conseguible. Sin embargo, no dejan de aparecer interrogantes que son, como poco inquietantes: ¿A qué tipo de datos pueden tener acceso a través de internet" ¿Quién nos garantiza que esos datos no van a ser utilizados para fines que nosotros no estaríamos dispuestos a admitir" La privacidad está pasando a ser un bien escaso, un bien de lujo. Los problemas de muchos consumidores que han denunciado el comercio de datos confidenciales son una realidad habitual en nuestra sociedad.
Y no se trata de que desconfíe de la policía. Pero no nos engañemos: las mismas técnicas que obran en manos de la seguridad, pueden estar disponibles también para empresas, o delincuentes, gentes que se dediquen a comerciar con los datos personales de los demás, o a elaborar perfiles de consumo en función de las páginas que cada internauta visita. Todos los que navegamos podemos estar siendo vigilados sin saberlo, cumpliéndose así la prescripción del panóptico de Bentham. Los ojos del "Gran hermano" pueden surgir por doquier, escondidos en un aparente anonimato que todo lo envuelve, y que a la larga puede ser sólo ficticio. Ip's, páginas visitadas, historiales, cookies... ¿Hasta dónde se puede saber de cada uno de nosotros a través de estos datos" ¿Quién, en qué circunstancias, por qué y con qué fines debe estar autorizado a acceder a esta información" La privacidad puede verse amenzada por esta red aparentemente neutral...