Viendo los acontecimientos de las últimas semanas, estoy empezando a convertirme a la nueva asignatura que ha aprobado el gobierno. Aún a riesgo de que algún lector habitual me acuse de veleta, creo que hace falta la educación para la ciudadanía. Pero las conversiones nunca son completas y hay que hacer un matiz a la asignatura: Educación para la ciudadanía política. Porque la otra, la ciudadanía de verdad, a lo mejor termina estando más y mejor educada que la ciudadanía que integra las filas de los diferentes partidos políticos. Es de suponer que los grandes políticos que acuden a nuestro parlamento y al senado han pasado por algún sistema educativo. Por mucho que a menudo se empeñen en disimularlo, tienen que haber estudiado. La EGB, el bachillerato, el COU... Quién sabe, quizás haya también nuevas generaciones de políticos que estén ya en puestos de responsabilidad aplicando la vasta y extensa cultura de la ESO. En fin, que alfabetizados están, y escolarizados han estado. Pero no se les nota. Ante esta grave deficiencia de nuestra clase política, hay una solución inmediata: crear una asignatura. La educación para la ciudadanía política.
¿Objetivos, contenidos, metodología y criterios de evaluación" Pues si nuestro actual presidente podía dominar la economía en 3 tardes, no se tardarían muchas más en diseñar la nueva asignatura. Que les digan, por ejemplo, que el senado o el parlamento no son las clases de la ESO. Hablar, molestar, insultar y acosar está permitido en una clase (la ley no hace demasiado por impedirlo, las cosas como son...), pero está feo en el lugar en el que aparecemos representados todos los españoles. Comentar por "lo bajines" la falta de ética o la "sinvergonzonería" del partido de enfrente tampoco es muy educado, sobre todo porque algún día el insultante será "el de enfrente", y por tanto se convertirá en insultado. Que se les enseñe que no se puede gobernar en contra del pueblo ni hacer oposición de un modo perniciosamente partidista, manipulador e irresponsable. Que se les enseñe que si una manifestación es popular ("del pueblo" se dice también) las autoridades políticas no deben ir en primera fila para salir en la foto. Que aprendan lo que significan palabras como "respeto", "tolerancia" o "pensamiento libre", tríada que se apaga cuando se enciende el piloto de la afiliación política (y si no, que pregunten a alguna parlamentaria europea del partido socialista).
Es verdad que, afortunadamente, sólo un pequeño tanto por ciento de las personas que cursan estudios elementales se dedicarán a la política. La asignatura sobraría para la gran mayoría de alumnos: es matar moscas "políticas" a cañonazos "educativos". Pero viendo la altura moral e intelectual de nuestras próceres, quizás no le quede otra al ministerio de educación. Por si las moscas. No vaya a ser que ese alumno que tan poco estudia pero que está tan bien relacionado (cuestiones de familia) vaya a llegar lejos, vaya a ser alguien algún día y tenga que tomar decisiones. No vaya a ser que quien no lo merece y quien jamás estará a la altura termine ocupando, por esos "azares" del destino, puestos de responsabilidad. Otra cosa es que el MEC vaya a tirar de las orejas a toda la clase política poniendo una asignatura semejante. Tal ejercicio de autocrítica no tiene lugar, ni en la política ni en la educación, donde todos los sistemas desde que se aprobó la LOGSE han servido, según sus mentores, para subir el nivel educativo de este país. Tan educados estamos todos, que ya sólo faltan unos pocos: entre ellos, los políticos.
Entradas relacionadas:
- Comentarios bloqueados